Capítulo 15.

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«―Shh, pequeña. Estás a salvo.»

Mis ojos se cristalizan al escucharlo. A salvo. ¿De quién? Miro anonadada la pelea que todavía permanece ante nuestros ojos. El chico, Evian, sangra por distintas partes del cuerpo, desde la nariz hasta las manos y los brazos. En cambio, Axel no tiene ni un rasguño. No parece siquiera despeinado. Es increíble.

Por desgracia, un dolor punzante en mi hombro me hace retorcerme de dolor, volviendo a la realidad. El sonido que mientras observaba la lucha había desaparecido por completo, vuelve a hacerse presente en mis oídos. Las manos de Kyron se materializan por arte de magia alrededor como si no hubieran estado ahí nunca. Siento cómo se tensan contra mí cuando oyen mi grito de dolor.

Poco a poco estas me vuelven para encontrarme cara a cara con los ojos rojos del vampiro. Bajo la mirada al instante cuando de nuevo el dolor azotaba mi cuerpo. Es como si mi hombro, al haberse dislocado, diera vueltas por sí solo retorciéndome la carne.

La preocupación es palpable en su rostro. Entonces se lleva una de sus muñecas a la boca y la muerde. Un hilillo de sangre le mancha la camisa. Aproxima su muñeca hacia mí y la posiciona a centímetros de mis labios.

―Vuelve a beber ―dice presionando su piel contra mi boca, a la vez que siento el líquido frío de su sangre, sin una pizca de calidez.

Frunzo el ceño ante sus palabras. ¿Vuelve? No recuerdo haber tomado nunca de su sangre.

Sin darme tiempo a reaccionar me coge de la cintura y me tumba de espaldas contra sus rodillas, vertiendo su sangre en mi boca, que llega hasta mi garganta como una exhalación helada. Trago a duras penas mientras el sabor metálico traspasa mi cuerpo.

En cuanto me tomo lo que creo que para él parece suficiente, Kyron vuelve a incorporarme sentándome entre sus piernas.

―Prueba a moverlo ―indica refiriéndose a mi hombro.

Cuando lo hago me quedo pasmada: el dolor ya no está, se ha esfumado.

Él parece darse cuenta de eso pues asiente satisfecho. De repente un sonoro golpe a nuestras espaldas nos hace volvernos de inmediato. El cuerpo de Axel se encuentra tirado en el suelo con los ojos abiertos, expresando sorpresa. Entonces levanta la vista hacia nosotros y su mirada se clava en mí, penetrándome con esos ojos carmesí que hacen que un escalofrío recorra mi cuerpo. Siento como las manos del vampiro me atraen hacia él de una manera ¿protectora?

―Bien, mi trabajo aquí está hecho ―dice Axel enderezándose mientras se pasa una mano por la frente secándose el sudor. Se incorpora y esboza una mueca de clara molestia―. Aunque se ha vuelto a escapar el maldito, pero eso no es ya asunto mío.

Se encamina hacia la puerta y cuando su mano se coloca en el pomo para abrirla, la voz de Kyron lo detiene, pronunciando unas palabras que me sorprenden.

―Gracias ―dice como a regañadientes.Axel se vuelve y una sonrisa burlona se extiende por su rostro.

―Haz el favor de no descuidarte más, o acabarás mal de verdad.

Se da la vuelta y abre la puerta. Sale tras ella cerrándola de un portazo.

De pronto me veo sola de nuevo con el vampiro. Me vuelvo al notarlo y descubro que me mira fijamente. Abro la boca para decir algo cuando de repente hace lo que nunca hubiera esperado: me besa.








Marionette ©Where stories live. Discover now