Marionette ©

Capítulo 13.

Maratón 2/?

―¡Muñequita! ―grito desesperado al verla desvanecerse en el suelo tan herida de gravedad.

Me intento deshacer del chico que quiere llevársela. Este pelea muy bien, debo admitir. Pero yo soy más rápido. En un movimiento lo noqueo y lo tiro al suelo. Antes de poder hacer nada más, desaparece sin más, no sin antes dedicarme una mirada acusadora, obligando a fijarme en sus ojos: púrpuras.

No me detengo a pensar en nada de eso por ahora. Corro hacia la niña y levanto su cabeza. Tiene los ojos cerrados. Está llena de sangre, y está fría.

―No, no, no. Despierta ―susurro nervioso mientras cojo su rostro entre mis manos.

Todavía late su corazón, pero muy débilmente. Sin pensármelo dos veces me hago un corte en mi muñeca y derramo mi sangre en su boca. Muevo su cabeza para hacer que se la trague y la dejo de nuevo en el suelo tumbada. Poco a poco veo como su corte en el cuello va cicatrizando, y tras unos minutos de espera agobiantes abre los ojos de golpe.

Mira a todos los lados horrorizada, hasta que se fija en mí y se para. Me observa detenidamente para después mirarme directamente a los ojos. Por primera vez no veo terror en ellos. Creo que veo alivio. Cuando pasan unos segundos en los que me deleito de sus ojos violetas que brillan de vida, baja la mirada hacia el suelo, como percatándose por primera vez de que se me ha quedado mirando, que así es.

Sin saber por qué noto una punzada de molestia en mí. ¿Quién será el idiota que ordenó que los humanos no podían mirar a los ojos de los vampiros?

Cuando me descubro pensando esto sacudo la cabeza. ¿Qué me ocurre?

―Kyron ―oigo su voz en un débil murmullo.

Giro mi cabeza hacia ella, sorprendido de que me haya llamado por mi nombre. No me da tiempo a reprenderle pues noto como recibo un fuerte golpe en la cabeza y sin poder evitarlo caigo al suelo inconsciente.