Capítulo 14: De nuevo en casa

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  Sintió como se agitaba todo su ser: Primero un fuerte tirón, luego un brusco cambio de presión seguido de un mareo. Por unos segundos se sintió etérea, como el aire, pero pronto tuvo la sensación de que iba a desmayarse. De repente notó como sus pies se apoyaban en el suelo, sin embargo sus piernas parecían no responderle. Temió caer, pero unos brazos la sujetaron firmemente y la recostaron en lo que parecía una tierra blanda y húmeda; Solo entonces abrió los ojos, un poco confusa por todas las sensaciones que acababan de recorrer su cuerpo. Lentamente su vista borrosa se fue enfocando, hasta distinguir a la perfección la silueta de un chico joven de cabellos níveos con mechones castaños y ataviado con extraños ropajes.

El muchacho la miraba con preocupación y algo fatigado.

- ¡Elsa! ¿Estás bien?

La reina miró a su alrededor algo desconcertada: Estaba en un lugar oscuro y húmedo, rodeado en su totalidad de piedra fría.

- Si... - dijo al tiempo que llevaba una de sus manos a la cabeza y trataba de ponerse en pie -. Es solo que he sentido algo muy extraño - logró ponerse en pie con ayuda de Jack. Miró de nuevo a su alrededor -. ¿Dónde estamos?

Jack desvió la mirada y se pasó una mano por el cabello, algo nervioso. Titubeó antes de hablar.

- En mi casa - respondió con una sonrisa nerviosa.

- ¿¡En tu casa!? ¿¡Me has traído a tu mundo!?

Los ojos de Elsa parecían querer salir de sus órbitas. Se quedó pálida y sintió que las piernas le fallaban de nuevo. Jack la agarró por los hombros y la balanceó levemente para sacarla de su estado de shock.

- ¿Cómo voy a regresar Jack?

- Del mismo modo que llegamos aquí, no te preocupes por eso, confía en mí.

- Hay que volver ¡El reino, mi hermana!

- Tranquila, respira. Regresaremos en breves, te lo prometo, pero... ya que estamos aquí... me gustaría enseñarte algunas cosas, si me lo permites.

- ¿Y los hombres que me atacaron? ¿Qué pasa con ellos?

- Pues que te han visto desaparecer del mismo modo que tú me viste desaparecer a mi hace años en tu ventana.

- ¿¡Tardaremos tanto en regresar!? - Exclamó alterada y con respiración entrecortada.

- ¡No, no! Eh, mírame - Jack irguió la cabeza de Elsa sosteniéndola gentilmente por la barbilla y la miró a los ojos -. Vas a regresar a Arendelle, y cuando lo hagas todo seguirá igual. Te prometo que tu hermana no será una anciana cuando volvamos.

Acompañó sus palabras con una gentil sonrisa, y eso pareció tranquilizar a Elsa. La reina guardó silencio unos segundos y finalmente asintió.

Jack hizo un gesto para que Elsa lo siguiera, y eso hizo, sin pensárselo dos veces, pero cuando comenzaba a emanar la claridad el muchacho se paró en seco volviéndose hacia su compañera.

- Creo que no es buena idea que salgas así.

- ¿A qué te refieres? - preguntó extrañada.

- Tu ropa no es... la adecuada.

Elsa miró a Jack algo confusa, pero luego comprendió. Lo miró como tratando de descifrar un código, en este caso, el de la vestimenta de ese nuevo mundo que le esperaba tras los muros de piedra. La indumentaria de su compañero era, cuanto menos, extraña para ella: blusas extravagantes con capucha y bolsillos, largas mangas abombadas en los puños, pantalones raídos sujetos con cordones a las pantorrillas.

Hielo y Escarcha ❆Jelsa❆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora