Capítulo 50

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Narra Camila:

Veo a Lauren correr, llega hasta nosotros y los dos hombres que estaban a mi lado la toman. Ella empieza a luchar para soltarse. Pero ellos son dos hombres grandes y muy fuertes. La aferran. El idiota que tengo al frente me mira y sonríe.

- Vaya, vaya que tenemos aquí -dice el viejo asqueroso y se acerca a ella- Rescatando a la princesa príncipe chimbo? -le dice y la golpea fuertemente en su rostro. Yo cierro los ojos y volteo la cara. Escucho otro grito de parte de ella y sé que la están golpeando. Miro rápido y veo el siguiente golpe justo en el abdomen. Otro en la mandíbula, otro en el ojo. Dios... las lágrimas siguen bajando en mi rostro. Estoy muy adolorida pero ningún golpe que me han dado me duele tanto como ver como la golpean a ella. Otro golpe y ella cae de rodillas, la sultan y queda acostada. Empieza a patearla. Una en el estómago, y otra y otra. Luego le da la vuelta y la patea por su espalda. Y luego uno en la cabeza que la hace dormir.

- Así que tu noviecita se hace la valiente -dice y se acerca a mi- Bien, eso es una estupidez! -me golpea el rostro y siento sus fríos anillos de nuevo. Escupo la sangre que se acumula en mi boca- No... -me golpea- Debió...-golopea- Venir -y otro golpe en el abdomen. Yo me retuerzo de dolor. Ya me duele tanto que ni siento. Debo tener por lo menos una cosilla rota- Que estupidez! -vuelve a gritar frustado- Pero es mejor... doble botín -dice riendo. Escucho los quejidos de Lauren. Los tipos la toman y la levantan. Esta muy débil. El estúpido de enfrente va hasta ella de nuevo- No, no podré sacarle a su familia 10 millones -dice negando y le suelta otro puñetazo en el otro ojo- Así que mataré a una -yo abro mis ojos como platos- Vamos a ver quin sufre más por la otra -dice sonriendo- Llevenla hasta ella -ordena y los otros matones acercan a Lauren hasta mí. Yo juraba que no la volvería a ver y ahora la tengo no pude aguantar la sonrisa que apareció en mi rostro. Pero esa no era la manera en que quería verla y sé que yo no estoy mejor que ella.

- Lolo -le digo, ella me mira, sus ojos apagados y grices me lo dicen todo- Dios... -suelto en un sollozo, la detallo y noto como la sangre deciende desde su cabeza hasta el suelo. Pero hay algo que veo diferente- Estas... -oh no es posible- Lolo no llores -le digo juntando nuestras frentes- Estaremos bien.

- No, no lo estarán! Una de sutedes morirá así que despidanse! -ordena el imbécil.

- Lo siento Camz -empieza, cierra sus ojos ya inchados, y deja escapar aún más lágrimas- No debí haber venido pero tenía que rescatarte. Yo... no me podía quedar de bazos cruzados, ahora -abre sus ojos- Dios Camz -dice mirándome- Te amo amor y lo sabes... cierra los ojos y espera lo mejor -mira a los lados- Yo sé que me iré y...

- No, no -digo asustada- No puedo vivir si ti Lolo -le digo negando y sin parar de llorar- Te amo como no he amado a más nadie. Jamás te dejaré ir, saldremos de esta... por favor, no te despidas.

- Te amo y siempre te amaré mi bella durmiente -besa mi frente- Tu eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. Solo sigue adelante superarme y... enamorate de nuevo.

- No, oh Dios por favor -pido sollozando- No lo haré, yo te amo y... no, no puedo dejarte ir.

- Tu seguirás con tu vida -absorbe su nariz- Tendrás una familia amorosa y amarás de nuevo. Tendrás hijos todos esos que quieres y un esposo o esposa asombroso. Entiendes?

- No me hagas esto Lolo -le digo con mis ojos pidientes y soltando las lágrimas más dolorosas de esta noche.

- Amor...-nos miramos profundamente y directamente a los ojos- Te amo Camz -dicho eso los tipos la separaron de mi.

- No, no, no favor! -grito tratando de levatarme. Ella esta justo en frente de mi pero alejada.

- Bien, hora de la función -dice el mal nacido. Hace unas señas y dos tipos más aparecen a mi lado- Levantenla -ordena y quedo de nuevo de pie. Siento el primer golpe en el estomago y suelto un gemido, el segundo de nuevo en el mismo lugar, me doblego del dolor. Y el último en la mandíbula que me hace caer de rodillas con las cabeza gacha.

- Oh no! Camila! -exclama Lauren.

Miro hacia arriba y veo el cañón de la pistola. Bajo de nuevo la cabeza y cierro mis ojos. Ya no hay nada que hacer. Mis lágrimas siguen bajando. Mi cuerpo esta adolorido y temblando desde que llegué aquí. Este definitivamente es el peor día de mi vida y, al parecer, el último. Miro a mi alredor y veo a Lauren como se esta muriendo con el dolor que debe sentir, esta llorando y eso me lo dice más que mil palabras. Miro de nuevo la punta de la pistola y más allá esta el infeliz sonriendo victorioso. Bajo la vista.

- Te amo tanto Lolo -susurro para mi. Sabiendo que nunca lo volverá a escuchar de nuevo. Sabiendo que no volveré a ver a mi familia. Sabiendo que mi cuerpo descansará para siempre. Y sobretodo, sabiendo, que me llevo a Lauren conmigo, su alma, corazón y espíritu. Solo espero que no sea así. Y que ella se reponga. Como hizo con su mejor amiga, aunque ella se volvió fría... ya no sé ni que pensar.
Escucho que Lauren grita mi nombre, ya no hay vuelta atrás y, solamente, escucho el sonido ensordecedor del disparo.

Narra Lauren:

Esto no puede estar pasando. Veo como el idiota la golpea una y otra vez. Esto me duele, trato de safarme pero no puedo. Lloro desconsolada. Hace mucho que no lo hacía pero se siente tan bien. Veo cuando el tipo saca su pistola y se la coloca apuntando la cabeza de Camila. Qué hace?! Me tiene que matar a mi! Oh Dios...

- Oh no! Camila! -exclamo mirándola. Ella levanta su vista y ve la pistola, su expresión es de miedo total. Dios... no puede estar pasando! No puedo perder a Camila es la única que me mantiene viva. Por favor! Ella mira a todos lados, luego su mirada se encuentra con la mía. Y esa misma mirada se despide de mi. Agacha la cabeza y balbucea algo. Dime! Quiero gritar pero el agarre de los matones estos me esta doliendo mucho. Sin contar con el resto de mi cuerpo. Ella se dio por vencida. No, no lo hagas! Amor debes vivir por ambas! Por ti! Por tu familia Camila. Ellos me acercan un poco más y tengo la vista mejor. Pero no quiero ver esto. Él, él no puede hacerlo.

Veo cuando el tipo quita la mirada de Camila y cierra los ojos. Grito su nombre y cierro mi ojos. Escucho el disparo y cuando abro mis ojos siento como mi corazón se detiende, justamente, en el mismo instante, en el cual mi mayor miedo se hace realidad.

Adolescentes en Casa (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora