CAPITULO 2: Ojos vacíos ✓

10.4K 1K 342
                                    


La sonrisa arrogante y perversa seguía dibujada en su rostro, sostenido aun con la enormidad de su mano; sus ojos atentos, pero fríos, se concentraron en él, tratando de ahogarlo en ese mar de café oscuro, casi negro, un foso turbio y malicioso, tan fijo que a cualquiera haría estremecer.

Todavía expectante a la reacción del rubio.

Min sólo pudo mantener su mirada altiva y desafiante, lo mejor que pudo, fingiendo desinterés y que no le carcomían las ganas de abofetear a ese maldito abominable, a este sujeto que cumplía un rol parecido al de Lucifer, pero en la tierra. Lo odiaba, odiaba a Choi SeungHyun con todo el rencor que era capaz de aguantar su corazón.

¿Cómo podía ser capaz de abusar así, de un chico tan pequeño?

¿De que manera consiguió engañar a un niño para que acudiese, o sucumbiera ante él?

¿Qué tan humillado estaría el chico, al ser abusada sexualmente por hombres enfermos y despreciables?

¿Qué clase de monstruo se aprovechaba de las ilusiones y fantasías de un niñato de 18 años? No, seguramente de un chico mucho menor aún, porque ese joven ya venía siendo abusado para "otro tipo de trabajos"... El mismo Choi se lo insinuó hace un momento. Y todavía le sostenía la mirada con tanto orgullo, tan satisfecho de conseguir a otro pobre diablo que torturar.

Otro punto que le costaba horrores imaginar, no por ser inimaginables, o para una persona cuerda lo serían, sino por la falta de humanidad en ello. ¿A qué rayos se refería con "Otro tipo de trabajos"?

Yoongi no podía parar de empatizar.

Tenía que ver con temas homosexuales, él lo sabía. Lo enfermaba la idea de ser participe o espectador de un acto tan inmundo y bajadero... Tan desnaturalizado y repulsivo.

Los nudillos de Yoongi comenzaron a tornarse blancos, debido a la fuerza con la que apretaba los puños por debajo de la mesa, obviamente, ocultando la ira que comenzaba a intentar desbordar su pecho, bajo un rostro indiferente; debajo de un perfil que todos sus compañeros conocían y aborrecían a más no poder.

—  ¿Sientes calor, Min? - le preguntó odioso, ensanchando su mueca divertida.

—  Para nada, ¿Por qué la pregunta? - El alto se acomodó en su silla de cuero, poniéndose recto y mirándolo desde arriba, menospreciándolo como siempre, con actitudes.

—   Tu cuello - le señalo - está un poco... Rojo.

—  Me estaba rascando hace un momento, tenía una pequeña comezón; supongo que algun insecto me habrá picado, mientras dormía - sonrió antipático.

—   ¿Toda la zona?

—   Sabes que eres monstruoso, que te detesto y que me provoca un enfado indescriptible toda esta mierda que me estas escupiendo ahora - sincero - ¿Qué rayos quieres que te diga, mandamás?

—   Cuanto adoro tu brutal sinceridad ¿Será por esto que todavía no te he roto esa linda boquita, de un solo puñetazo? - cuestionó con la mirada afilada, y la sonrisa más tenebrosa que Yoongi pudo contemplar en su vida...

Aun así, no lo intimidaba.

—  Me importa poco lo que pienses. Continuando con mis "ordenes" - retomó, arrogante - ¿Cuándo traerán al niño éste?

—   Cuanto interés... Vaya, vaya, vaya... - sonrió nuevamente, chasqueando la lengua - ¿Te mueres por otro surcoreano en el hotel? Te advierto que es bastante bien parecido, y quizás pueda derrocarte de tu puesto. Fácilmente te arrebataría la cima de una patada.

TRATA de no enamorarte [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora