Capítulo cuatro

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4. Deidara

- ¡Eh, Yuki! ¡No seas holgazana! – Deidara tomo a su compañera de trabajo por la cintura y la llevo hasta la caja de cobranzas. La pelirroja se sonrojo, odiaba cuando el rubio la tocaba, rozaba o cuando simplemente la miraba, su cara se tornaba inmediatamente de un color rojo intenso.

- ¡Déjame idiota! Yo misma puedo ir hasta la caja.

- Si, pero es divertido cuando tu cara se pone toda colorada.

Yuki sintió que moría de vergüenza.

- Deidara, no seas pesado con Yuki – Una nueva voz se oyó.

El rubio rio.

- Haku, ¿Haz terminado de entregar los volantes?

- Si, veo que ha llegado algo de gente – Sus ojos recorrieron todo el lugar.

- Al parecer si, ¿Tuviste que hacerle ojitos a las chicas y cosas sucias a los hombres?

Yuki rio y Haku lo miro mal.

- ¡Por supuesto que no, idiota! – Exclamo Haku volteando hacia ellos.

- Solo es una broma – Soltó una carcajada – Ahora hablando en serio, parece como si estuvieras buscando a alguien.

- Algo así.

- ¿Te han cautivado, eh?

- Claro que no, solo me topé con una chica que parecía agradable, pero no hablaba mucho – Haku suspiro - Ni siquiera me dijo su nombre.

- ¿Y tú? ¿Le dijiste el tuyo? – Pregunto Deidara apoyándose sobre el mostrador.

- ¡Pues si!, ya sabes como soy.

- ¿Un mujeriego? – Deidara se carcajeo.

~

Como había pasado el tiempo, tantos cambios, Deidara ya no llevaba el cabello largo, incluso lo llevaba más corto de lo que ________ pudo dejárselo, cuanto le había dolido dejarla ir, pero actualmente por fin podía decir que la había olvidado, desterrado y borrado de su corazón y de su mente, su recuerdo no era más que una laguna mental, todo lo ocurrido antes, absolutamente todo, había comenzado una nueva vida y ¿Qué mejor que hacerlo en una Aldea tan lejana como la Aldea de la Luna?, al principio no fue fácil pero con el tiempo encontró amigos, un trabajo y un hogar en el cual refugiarse, además de que aquella Aldea jamás se metía en problemas (También se le llamaba "Aldea de la paz"), los habitantes jamás se metían en altercados y pocos extranjeros llegaban hasta allí, pues costaba mucho llegar debido a los desiertos y bosques que había que pasar, el tiempo estimado en ello sería de tres semanas como un extra-mínimo.

Deidara, unos cuantos meses y cumpliría los veintidós años, por fin podía decir que era feliz... Pero no lo hacía pues en el fondo de su corazón sabía que algo le hacía falta.

~

________ entró por la puesta corrediza y observó el lugar, daba un ambiente de paz y calor, los colores armonizaban perfectamente cada detalle del emplazamiento. Una gran luna de plata con un signo kanji colgaba desde el medio del techo. Tomo asiento en una de las mesas más apartadas junto a una ventana, donde se podían deleitar con la vista de las estrellas que iluminaban el cielo nocturno, y retiro el gorro de la capa que semi-ocultaba su delicado rostro.

~

- Dios... - Susurro Haku – Es ella.

Deidara observo como una chica, algo extraña, entro y se sentó lo más alejada posible, su rostro no era visible.

- ¿Estás de broma? Siquiera puedo ver su ros... - Las piernas le flaquearon, la joven que había entrado no era más que la que había sido la dueña de sus peores pesadillas durante casi un año por completo.

- ¿No es preciosa? – Volvió a hablar Haku.

Pero Deidara había quedado mudo, ¿Por qué de todos los lugares del mundo ella tuvo que estar justo en el mismo que él?



Notas: 

 La imagen anexada corresponde a la nueva personaje, Yuki. 

Undone, más frío que nunca - Sasuke, Deidara, Itachi y Tú.Where stories live. Discover now