Capítulo ocho

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La noche estrellada invadió finalmente a la Aldea, luego de noches de intensa lluvia por fin se podía divisar los hermosos astros que inundaban el cielo con su resplandor que a sus ojos parecía casi inacabable. Era viernes, por lo general la mayoría de las personas salían a tomar un trago o a comer con los amigos, pero Deidara solo deseaba irse a casa y tomar una siesta, dormía mal desde dos semanas atrás, no es que tuviera insomnio pero algo estaba molestando en sus sueños, y claro, ese algo tenia nombre y apellido. Hoy él era el encargado de cerrar el local, por ende le jodió demasiado que sus amigos, y uno que otro empleado, decidieran irse hasta medianoche. Se asegura de cerrar cada puerta con su respectivo seguro y llave, opto por salir por la puerta de atrás, sería una buena idea ya que después de todo le haría la tarea más fácil. La gran luz de la luna ayudo un montón a la hora de llegar hasta las vacías calles de su Aldea, apenas se divisaban unos cuantos focos en los laterales de estas pero la luna era el gran espectáculo; Metió ambas manos en los respectivos bolsillos de su pantalón y avanzo unos cuantos pasos hasta llegar a una banca frente a una pequeña tienda de abarrotes cerrada. Tomo asiento y puso ambos brazos tras su nuca para observar el tranquilo panorama.

- Vaya, vaya, Deidara, no pensaba encontrarte fuera a estas horas de la noche – Esa voz... Era imposible confundir esa voz, dios, si era tan parecida a la del otro imbécil. En persona, el mismísimo Sasuke Uchiha apoyado en la puerta de la tienda, decidió no inmutarse ni un centímetro.

- Joder, tú... ¿No te cansas de ser ordenado?

Sasuke soltó una carcajada - ¿Ordenado? ¿Realmente crees que alguien sería capaz de ordenarme? Creo se te ha olvidado quien soy.

Deidara negó con la cabeza mientras se ponía de pie lentamente – Jamás olvidaría a una persona tan sínica como tú, niñato engreído.

- Eres la persona menos indicada para llamarme sínico – Sasuke comenzó a acercarse al rubio – Vamos a ver ¿Por dónde comenzar? Secuestraste a una jodida rata solo por el capricho de que la tipa te pareció guapa, luego sin saber quién era la llevaste contigo a una misión suicida acabando con la vida de tu jodido y débil compañero, la rata se hartó y te abandono, como un maldito imbécil pensaste que era por tu pasado y abandonaste la estúpida organización que te mantenía, pero la rata no volvió ¿Eh? ¿Quieres que continúe con tu pasado? ¿Quieres que te recuerde a cuantas familias aniquilaste? ¿A cuántos jefes de clan decapitaste solo por dinero? O quizás quieres que te diga que muy en el fondo estabas feliz porque Sasori murió, tendrías a la rata solo para ti y ya sabes...

- ¡Basta! – Exclamo el rubio, Sasuke había llegado muy lejos – No tienes por qué encararme por errores del pasado, estaba cegado.

El más joven avanzo, lanzando una mirada penetrante a Deidara – Si fuera tú ya habría recurrido al suicidio, no te queda nada más.

El viento azoto las débiles ramas de los árboles y un frío lo invadió, parecía que una tormenta prontamente abrazaría la Aldea, Deidara maldijo, la lluvia le jodía demasiado, en especial en este momento - ¿Oyes eso? – Frunció el ceño, no se oía ningún ruido además del jodido viento – Hey ________, ¿No quieres venir a saludar?

Los ojos de Deidara se hincharon como platos y siguió la mirada del menor hasta el techo de una casa un tanto alejada, allá, de pie y con mirada perdida, estaba una figura que conocía a la perfección.

"________... "



Últimamente he estado muy inspirada, ojala me dure todo el año jjj espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfrute escribirlo ♡ dejen sus comentarios y votos ♡♡♡♡ saluditos.

Undone, más frío que nunca - Sasuke, Deidara, Itachi y Tú.Where stories live. Discover now