Malec ¿otra vez?

Otra vez

El video muestra la coreografía que Magnus hace más adelante.

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~Nueva York (Instituto)~

Catarina }{

–Magnus, ¿de verdad no quieres comer? –pregunto preocupada.

–No tengo hambre –aleja su plato con papaya.

–Todos llegaran del funeral en unos minutos –tomo un sorbo de mi jugo verde–. ¿Prefieres desayunar con ellos?

–No, sólo no tengo hambre.

–Magnus, desde ayer te vi muy decaído y fue antes de la noticia de Isabelle. ¿Qué pasó?

–Nada.

–Magnus, no quiero que hagas eso. Soy tu madre, tu amiga. Por favor tenme confianza.

Magnus suspira con pesar antes de tomar un tenedor y comenzar a jugar con él entre sus dedos.

–Alec y yo nos veíamos a escondidas...

–¡Magnus! –exclamó con reproche– ¿Cómo pudiste hacer eso?

–¿Me dejas terminar?

Me muerdo el labio inferior y asiento para que continúe. Después de todo, no puedo juzgarlo sin escuchar toda la historia. Tal vez un poco.

–Como decía, Alec y yo nos comenzamos a ver a escondidas hace un par de semanas. Ayer Lucas nos descubrió. Le gritó a Alec, le dijo que habían terminado –Magnus aprieta el tenedor con fuerza al tiempo que de su mano salen chispas azules–. Y Alec fue tras él. Me dejó como a un calcetín viejo, pero no iba a quedarme de brazos cruzados así que lo seguí hasta el cuarto de Lucas. Alec estaba de espaldas, no se dio cuenta que estaba ahí, pero Lucas sí. Le preguntó a Alec si lo amaba y él le respondió que sí, y después si me amaba a mí y yo pensé: Finalmente le dirá que por lo menos tiene la duda. Pero Alec respondió que no, que yo era su hermano –Magnus suelta el tenedor que ahora está deformado con la marca de sus dedos.

–¿Recuerdas cuando te dije que eras un estúpido por haber dejado ir a Alec? –Magnus asiente de mala gana– Bueno, ahora él es el estúpido por dejarte a ti.

–Yo lo amo, pero parece que él se aferra a Lucas como si fuera la ultima chaqueta Gucci del planeta.

No puedo evitar reírme con su comparación, pero tratándose de Magnus no podría haber esperado nada mejor.

–Alec está confundido...

–¿Qué ha hecho él por mí? –pregunta de pronto.

–¿Él? Fue a Edom para salvarte, se reveló como homosexual frente a todos para estar contigo. Estuvo ahí en muchos momentos, Magnus.

–Me refiero a esta vida, ahora. ¿Qué ha hecho por mí?

–Te protegió cuando eras pequeño, te dijo que la oscuridad no era un monstruo sino tu aliada, estuvo ahí cuando tenías pesadillas.

–Y aún así fue con Lucas.

–Escucha. Existe un antiguo proverbio chino que dice: Un hilo rojo invisible conecta a aquellos destinados a encontrarse. A pesar del tiempo, el lugar y a pesar de las circunstancias. El hilo se puede apretar o enredar, pero nunca se romperá. Yo nunca he creído en cosas del destino, pero si lo hiciera, te diría que su hilo rojo es el más brillante de todos.

–¿Eso crees? –pregunta con un poco de esperanza.

–Claro que sí. Mira, Alec está destrozado ahora que su hermana murió y tú debes estar ahí para él.