Bebés

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~Bodega Castello Di Borghese~

Jace ^^

Los pantalones ajustados, la camisa roja e incluso los zapatos de charol... todo lo que usaba Magnus cayó, como si alguien hubiera lanzado la ropa desde un segundo piso. El brujo mira con desdén el montón de ropa.

–Y sigue pasando. Al menos tengo más –mira malicioso a Izzy y sé lo que piensa.

¡No! No voy a permitirlo. Lanzó un cuchillo y el brujo lo detiene en el aire.

–Patético, simple...

Me levanto y salgo disparado para derribarlo, ya en el suelo comienza un forcejeo, lo golpeo con mis puños y codos mientras él lanza sus chispas que crean agujeros en mi playera. Al final, termino sometiendolo e inmovilizadolo.

–¿Qué te parece este experimento? –saco un cuchillo de mi cinturón–. Veamos si gritas cuando te arranque todos los dedos.

El brujo se ve nervioso >bien, almenos eso<, pero esa expresión se va cuando mira mi pecho. Ahora sonríe y sus tres ojos brillan con satisfacción.

–¿Por qué sonríes?

–Funcionó –declara con ojos de maniático–. Realmente funcionó.

–¡¿Pero de qué mierda hablas?! –exijo saber y hago más presión en el cuchillo sobre su cuello.

–Será mejor que los cuiden –sonríe de manera chueca y grita.

Un grito tan agudo y espantoso que me obliga a retroceder y taparme los oídos. Miro alrededor y todos están igual, en el piso cubriendo sus oídos de ese infernal grito. El brujo continúa gritando mientras se levanta y retrocede a una pared en la que comienza a trazar runas y crea un portal. Cuando salta, como si hubiesen puesto pausa a una canción de rock pesado, todo queda en silencio de pronto.
Me destapo los oídos y escucho un bip molesto. Tardo unos segundos en escuchar normalmente y cuando lo hago miro al rededor para asegurarme que los demás están bien. Clary ayudar a Simon a pararse mientras Izzy se acerca al montón de ropa que antes era Alec. Miro mi runa parabatai expuesta por un agujero y aún está negra, eso significa que Alec está vivo. Me acerco a Izzy y le toco el hombro.

–Sé que no está muerto –dice sin dejar de ver la ropa–. Tú me lo dirías y habría visto sangre brotar de tu runa.

–Lo encontraremos.

–Querrás decir, los encontraremos –señala Simon–. Estoy seguro que adónde sea que hayan ido estarán bien.

–Palabras sabias.

–Bueno, vámonos, seguramente Alec y Magnus intentarán llamar al Instituto donde sea que estén y debemos averiguar quién es ella –Izzy señala a la chica en el altar con el estomago abierto.

>Espero que nadie la extrañe.< Isabelle da media vuelta y camina a la entrada, me acerco al montón de ropa para recogerlo, pero Clary me detiene.

–¿Qué ocurre?

–No sabemos qué tipo de magia es. Mejor deja eso aquí, de cualquier modo sólo es ropa.

Miro el montón y me parece ver que algo se mueve... debo estar cansado.

–Bien, vámonos.

Ella toma mi mano y juntos vamos a la salida donde nos esperan Simon e Isabelle. Mi hermana me mira y yo le señalo nuevamente mi runa. >Está vivo, lo sé.<
Estamos a punto de salir cuando un ruido nos detiene, un especie de quejido. Todos nos quedamos petrificados cuando el sonido se repite con más fuerza, y otra y otra vez, hasta convertirse en un llanto, como el de un bebé. Damos la vuelta y encontramos la habitación vacía, con sólo los montones de ropa y el altar con la chica muerta, pero algo se mueve, algo cerca... no, debajo de la ropa de Magnus. Tal vez un demonio.
Mis músculos se tenzan y avanzo con cuidado para descubrir a la criatura. Los demás vienen atrás de mí e imitan mi paso sigiloso. Quedamos frente al montón de ropa que se mueve incesante y de un jalón la quito para descubrirlo...
Ahí está un bebé regordete, de piel morena y mechones de cabello negro, parece tan humano excepto que no tiene ombligo. El bebé para su llanto y abre los ojos. Son de un color amarillo verdoso con pupilas de gato.

Malec ¿otra vez? Where stories live. Discover now