capitulo 59

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Fingir.

Salgo de mi casa postiza para dirigirme directamente hasta la universidad, donde se supone que James y Logan me están esperando. No tengo la menor idea si Matt se nos unirá ahí mismo, o después. Dios... nuevamente pisaré esa tierra lleno de buenos y malos recuerdos, tan solo pensar que ahí inició todo me abruma y encanta a la vez. Por otra parte, sinceramente... no quiero ver a Elisa. Estoy nerviosa, mucho. Suspiro y sigo caminando con un sentimiento en el pecho inexplicable. Al estar frente el portón, me quedo de pie y me recargo en una de las paredes. Aun no salen de su última clase y el encargado de vigilancia se encuentra observándome de pies a cabeza.

-¿Le puedo ayudar en algo, señorita? –me pregunta y tiene una mirada autoritaria. Oh... no me recuerda.
-Estoy esperando a alguien –murmuro y sonrío tímida, hundiendo mis manos en los bolsillos de mi jean color negro.
-¿No gusta pasar? -asiento. Camino con la mirada baja y le sonrío una vez más para después, acercarme hacia la entrada, tengo pensado caminar por los pasillos. Al notar que no me dice ninguna palabra, me adentro en los corredores en los cuales están los casilleros. Voy recorriendo cada uno de ellos rozando mi dedo índice. Al llegar al mío, un aire nostálgico me recorre mi cuerpo. Sonrío y puedo notar que ya tiene un nuevo dueño, mi nombre ya no aparece en aquella etiqueta. Ahora le pertenece a un tal "Alexis Kingston". Continúo mi caminata hacia la cafetería. A penas pongo un pie dentro y un chico con el cabello castaño, alborotado y rizado me clava la mirada. Me quedo quieta, sin saber que hacer realmente. Oh... esto me pasa cada que no conozco a alguien. Él baja su vista hacia su libro y veo por el rabillo del ojo que sigue mirándome algunas veces. Doy pasos hacia atrás lentamente, tratando de no hacer ningún ruido posible con las plantas de mis zapatos.
-Todos se van, tranquila. Sal de aquí sin compromiso alguno –su voz suena ronca y ahogada. Oh... ¿Me estoy alejando de él? ¿Cómo todos los demás? Muerdo mi labio inferior nerviosa y me acerco. Sigue sin mirarme a los ojos. Me siento frente a él, reprimiendo un suspiro y entrelazo mis manos, nerviosa.
-Yo... no... no pienses eso de mí, no soy igual a los demás –una sonrisa de lado (una débil sonrisa) aparece y no me responde. Vamos, Annet. Haz un esfuerzo por entablar una conversación con el chico-. ¿Cómo te llamas?
-William –por fin me mira a los ojos. Son azules y se ven apagados, sin brillo alguno-. ¿Y tú? –cierra su libro y comienza a jugar con sus manos.
-Annet, pero todos me dicen Annie –le sonrío y él lo hace penosamente. No sé qué más decir, no soy buena en esto. Un silencio incomodo se hace presente y no sé hacia dónde dirigir la mirada.
-¿Qué te trae por aquí? –habla por fin y me siento aliviada.
-Estoy esperando a mi novio y a mi mejor amigo, están aún en clases.
-Oh.
-Hmm, ¿Tú no tendrías que estar ahí también?
-Sí, pero me botaron de la última clase.
-Oh...
-¿Tu no estudias?
-No, es una larga historia. Antes estuve aquí pero por razones personales volví a mi país natal.
-¿De dónde vienes?
-Estados Unidos. Los Ángeles.
-Nunca he ido –se levanta y toma sus cosas-. Fue un gusto en conocerte, tengo que irme Annie –me lanza una última sonrisa y sale directo por donde yo entré. Me quedo sentada sin hacer absolutamente nada. Es un muchacho bastante reservado y ni siquiera puedo decir que me ha agradado o no. La campana de salida suena y las personas empiezan a salir inmediatamente. No me muevo y espero a que vayan pasando por la cafetería para salir hacia el patio. Trato de buscar con la mirada a las razones del por qué estoy aquí pero mi mirada se cruza con la persona que tanto me desagrada. Elisa al verme su mandíbula se tensa y me rueda los ojos. Bajo mi mirada y la ignoro completamente, estoy segura que James me diría que no le tome importancia y eso es lo que estoy haciendo. Cuando por fin logro verlos entre la multitud, me acerco sigilosamente a ellos por detrás, tengo planeado darles un pequeño susto. Ellos alzan la cabeza por encima de la gente y eso me hace pensar que de igual manera me están buscando, pero no saben que me encuentro aquí. Al estar detrás, cuento hasta tres y les doy un golpe leve en la espalda.

-¡Ah! –Logan da un brinquito y James abre los ojos más de lo normal por la reacción que ha tenido mi mejor amigo. Suelto una carcajada y mi novio me achica los ojos. Me da un pequeño empujón y luego me toma del brazo y me envuelve en un fuerte abrazo. Sonrío y doy un beso en su pecho, oh... lo quiero muchísimo.
-No vuelvas a hacer eso, Annet –me regaña y sigo riendo, es inevitable-. ¿No vez que al pobre de Logan casi le da un infarto?
-Lo siento, ya no lo volveré a hacer –mi mejor amigo y yo reímos al unísono y caminamos hacia la salida, mientras que voy con James tomándolo por la cintura y él tiene su mano izquierda descansando en mi hombro. Me siento feliz, esto es lo que siempre había querido.
-¿Tienes mucho aquí? –baja la mirada ya que estoy más pequeña que él.
-No, quizá unos diez o quince minutos.
-Logan y yo estábamos desesperados, se nos hacía eterno. Sabíamos que estabas aquí esperándonos y el maldito profesor no se apuraba –ambos niegan con la cabeza y sonríen después. Recuerdo perfectamente que ambos no se toleraban y ahora son inseparables y buenos amigos, por lo que puedo notar. Volteo mi mirada hacia Logan y está distraído, caminando desganado y con sus manos en los bolsillos de su pantalón. Mi sonrisa se borra con tan solo verlo tan... cambiado. Bajo mi mirada y me separo de James para después, tomar a aquella persona que tanto me duele verla ahora y darle un fuerte abrazo que le hará saber que yo estoy aquí, con él.
-¿Qué ha sido eso? –me pregunta desconcertado al separarse de mí. Una sonrisa aparece y nuevamente lo abrazo, colocando mi rostro en su hombro. Le acaricio su espalda y él me peina mi cabello con la palma de su mano-. Estoy bien cielo –me susurra al oído y se me hace un nudo en la garganta. No puedo llorar ahora-. No tienes por qué preocuparte –dejo de abrazarlo y estoy sosteniéndolo por sus hombros-. ¿Bien?
-Te noto distraído.
-Lo estoy porque tengo que buscar a Matt –aquella sonrisa que hace mucho tiempo no veía aparece y me reconforta saber que al menos alguien puede hacerlo sentir bien-. Ve con James, me adelantaré. Estaré en el portón de la entrada esperándolos, ¿Sí? –asiento y veo como camina más rápido que yo, casi trotando. Se pierde entre la multitud y tomo la mano de James, le da un fuerte apretón y me sonríe. Vaya, pensé que se enfadaría.
-Normalmente si hubieras echo eso con otro chico, le hubiese partido su mandarina en gajos y luego te abandonaría entre toda esta bola de changos para que te las ingeniaras en salir sola y sin ayuda, pero solamente es Logan. Soy celoso, pero comprendo lo que significa él para ti –me da un fuerte abrazo rodeándome con su brazo derecho y me hundo en su pecho. Huele bien... él siempre huele bien-. Me debes un beso –me susurra al oído y suelto una risita.
-¿Por qué?
-No me lo has dado –frunce el ceño y da un beso en mi cabello. Lo aprieto más hacia mí rodeándolo por la cintura y en este momento no quiero soltarlo. Al fin cuando ya estamos en el patio, veo a William con sus amigos, fumando un cigarrillo. Ahogo un suspiro y preparo mi boca para contarle a James lo que ha pasado mientras estaba en la cafetería.
-Oye –él voltea hacia abajo y levanta sus cejas-. Hoy conocí a un chico en la cafetería, su nombre es William. Es muy tímido y distante.
-¿Te hizo algo?
-No, solo charlamos. De nada interesante, por cierto.
-¿Y qué hay con ello?
-No lo sé, es solo que se me dificulta un poco hablar con personas que no conozco mucho.
-Mi niña tímida, la cual no lo fue conmigo –sonríe y me contagia aquella sonrisa.
-No sé por qué –explico y me encojo de hombro. Decido omitir por ahora el tema de que vi a Elisa hasta llegar a casa.
-Amor a primera vista –sus hoyuelos se marcan en sus mejillas y me hace sonrojarme. Logan está junto a un chico alto (más alto que él) y es apuesto, es Matt... lo sé-. Allá están los enamorados, no vayas a abrir tu boca de más, Annet.
-¡Me ofendes!
-Eres capaz de preguntar algo indebido, te conozco.
-No hablaré tanto, lo prometo.

Caminamos hacia ellos y Logan me extiende su mano. La tomo y me acerca a ellos.

-Matt, ella es Annie. Annie, Matt –El chico al cual acabo de conocer me sonríe de oreja a oreja y me extiende la mano. La estrecho unos instantes y después, decido abrir mi boca.
-Hola –me encojo de hombros y me grito a mí misma que pude haberle dicho algo más... inteligente.
-Hola, Annie –Su voz es tan ronca y varonil-. Me alegra mucho conocerte al fin, Logan me cuenta maravillas sobre ti.
-¿De verdad? –él asiente.
-Sí y bueno... a James ya lo conocía, ¿Ya están saliendo al fin? –me ruborizo y volteo hacia atrás donde se encuentra mi novio.
-Sí, al fin –contesto y siento unos brazos rodeándome por la cintura. Tomo sus manos y logro sentir ese aroma tan único que él tiene.
(...)

-¿Por qué no ordenamos una pizza con el dinero que papá me ha enviado? Lo he recogido esta mañana.
-No pienso dejar que pagues tú todo –James me reclama y ruedo los ojos.
-Hablo en serio, no le hayo lo malo.
-¿Mitad y mitad? –Lo dudo por unos momentos y cuando pienso que no está nada mal, asiento y sonríe satisfecho. Estamos los cuatro en la sala sentados en el piso mientras jugamos monopoly versión bob esponja. Logan es el Sr. Don Cangrejo, Matt es Gary, mientras que James es Calamardo, ya que mi mejor amigo lo ha obligado. Dice que ambos se llevan bien porque son unos cascarrabias, mientras que yo escogí a Patricio, porque, según James, soy lenta y no digo cosas con mucho sentido. Comienzo a creer que no se le ha olvidado todavía cuando tenía miedo de que la langosta me mordiera y... ya estaba hervida. La pizza llegó y de nuevo James discutiendo con el repartidor por que llego tres minutos de lo acordado, lo cual él defiende como si fuera su vida ya que si demoraban, sería gratis. Al final terminó pagándole él. Su reloj estaba adelantado. Me causa gracia el hecho de que sea como es y al final de cuentas, no le sale nada como esperaba. Dejamos el juego a un lado y comenzamos a comer.
-¿Piensas quedarte aquí? –me pregunta Logan y yo niego-. ¿Por qué no?
-Bueno, si el departamento donde vivía sigue disponible, regresaré. James habló con papá cuando estaba en casa para decirle que podría quedarme aquí. Me enviará dinero cada quincena para ayudar a pagar los gatos y todo lo demás.
-Como si fueran marido y mujer –murmura Matt y luego, le da un mordisco a su triangulo de pizza. Oh... sé que me he ruborizado.
-Se aman y se casarán pronto, yo lo sé –agrega Logan y miro a James, el cual sonríe al verme. Toma mi mano y la entrelaza lentamente. Dios... soy un tomate, lo sé, lo sé. La pareja que está frente a nosotros abre los ojos como plato y sonríen.
-¿Puedo tomarles una foto? –me pregunta mi mejor amigo, el cual está sacando su teléfono móvil en menos de diez segundos. Asentimos y recargo mi cabeza en su hombro mientras que nuestras manos siguen entrelazadas. Vemos la luz del flash salir e inmediatamente veo bolitas de colores por todo el cuarto, maldito flash-. ¡Esta foto es preciosa, me ha encantado!
-Quiero verla –me acerco hacia ellos y me extiende el teléfono para que ambos la veamos-. Parezco momia.
-Eso es porque no tienes maquillaje –agrega James mientras que da otro mordisco a su pizza y lo observo con ojos achicados. Me encanta su caballerosidad.
-Cállate. Hablaremos esta noche, ¿entendiste? –Logan suelta una risita y veo como le da un codazo a Matt.
-¿Por qué? –lleva una mano a su pecho como si no hubiera dicho algo grosero, lo odio con amor.
-En la noche he dicho –continúo comiendo y trato de ignorarlo la mayoría del tiempo. Su comentario no me ha agradado del todo.

(...)

Estoy con James en su habitación cruzada de brazos y de piernas sobre la cama. Logan ha ido a dejar a Matt hacia la parada de autobús. No estoy molesta, pero no me gusta que se comporte como un idiota cuando están nuestros amigos.

-¿Me puedes decir que te pasa? –se pasa una mano por el cabello y se sienta en el borde de la cama esperando por mi respuesta, al parecer, más que agobiado.
-No hace falta que te lo diga si tú lo sabes bien –volteo mi rostro tratando de no encontrarme con sus ojos.
-Créeme que si lo supiera no estuviera preguntándote, ¿No es eso más que obvio?
-Haz memoria, yo no pienso decirte.
-¡Annet! ¡Deja tu orgullo atrás! Sigues siendo tan...
-¿Tan qué?
-...
-¡¿Tan qué?!
-¡Tan ridícula y dramática! –me levanto exaltada y ahora más que furiosa. ¿Ridícula yo? ¡Me ha dicho dramática! ¡Nadie supera su inmadurez, ridiculez y dramatismo!
-¡¿Qué hay de ti?! –sus labios forman una delgada línea, está molesto. Lo sé-. No hables de ridículos y dramáticos porque saldrías perdiendo, Devine.
-¿Desde cuándo me llamas por mi apellido?
-Desde hoy –el llamado a la puerta me hace levantarme de golpe, es Logan. Dejo a James detrás y al bajar las escaleras me doy cuenta de que no me ha seguido. No me interesa. Le abro la puerta a mi mejor amigo y pasa a mi lado observándome extrañado. Trato de poner una sonrisa totalmente forzada y es inútil. Me conoce bastante bien. Caminamos hasta el sofá y nos sentamos mientras que yo estoy tratando de tranquilizarme.

-¿Estás bien? –me pregunta y coloca su mano en mi hombro.
-Acabamos de discutir, pero eso ya lo hablaré después con él. ¿Tú lo estás? –apenas lo pregunto, sus ojos se aguadan al momento. Mi corazón da un vuelvo y mi ceño se comienza a hundir mientras que el nudo en la garganta no tarda en hacerse presente. Se abalanza sobre mí y lo sostengo en mis brazos. Para mí en este momento él es como un niño pequeño al cual tengo grandes deseos de proteger. Me separo de él para mirarle sus ojos azules llenos de lágrimas-. ¿Qué te ocurre cielo? ¿Qué es lo que no quieres decirme?
-Solo... estoy viviendo un maldito infierno. Tú, James y Matt son las únicas personas que tengo. He estado fingiendo desde que te conocí. Tú me conociste con mi pierna enyesada y la razón por la cual me había accidentado fue porque mamá me empujó desde las escaleras, ella dice que había sido un accidente, pero... -solloza y mis lágrimas comienzan a salir, oh Dios mío-. Ahora que sé lo que ella piensa sobre mí, ni en un millón de años podría tragarme esa gran mentira de que todo fue un simple accidente. Me odia, le doy asco –cubre su rostro con ambas manos y acaricio su espalda de arriba hacia abajo. No sé qué decirle, estoy en estado de shock. Se levanta y me mira profundamente. Puedo ver ese dolor en sus ojos. Se levanta su camisa y puedo distinguir que tiene moretes en su estómago y costillas-. He estado fingiendo estos malditos meses, pero ya me harté. Ha estado intentando aventarme, pero no lo ha logrado. ¿Sabes lo que es tener que vivir con miedo? Papá no le dice nada, no me quieren, me quieren ver muerto, eso es lo que quieren. Me da miedo que ella cometa alguna estupidez, sabes a lo que me refiero –lo tomo de la mano y lo hago sentarse de nuevo. No aparta sus ojos de mí y trato de sonreírle aun así mi rostro este cubierto de lágrimas.
-Eres mi mejor amigo, yo tu mejor amiga –susurro-. Y no dejaré que nada malo te pase –tomo una de sus manos y con la otra le seco sus lágrimas con mi dedo pulgar-. Esto –le muestro nuestra pulsera de la amistad-. Me ha hecho ser más fuerte. Cada que pasaba por un mal momento la veía, te recordaba y todo el dolor cesaba. No te des por vencido. Es solo... un mal momento. Muchos quizá, pero esto cederá. Ya lo verás cielo. Yo puedo hablar con el cascarrabias que esta allá arriba para que te quedes aquí algunos días si quieres, ¿Quieres dormir aquí el día de hoy?
-No lo sé... no quiero ser una carga.
-No eres nada de eso, de verdad –le doy otro fuerte abrazo y le limpio más de sus lágrimas, al igual que él limpia las mías.
-Tengo miedo de dormir aquí, bueno... llegar a mi casa después de dormir aquí.
-Si quieres quedarte hazlo –le sonrío a medias y él baja la mirada.
-Por más que quisiera, no puedo. No quiero problemas con mamá –se levanta y sé de inmediato que no dormirá aquí esta noche-. Me tengo que ir... es algo tarde. Gracias por escucharme siempre y este día tan genial... a excepción de la noche –sonríe de lado desganado. Me abraza y no quiero soltarlo. Siento la necesidad de protegerlo-. Te amo –susurra en mi oído y de nuevo esas ganas de llorar aparecen.
-Yo te amo muchísimo más –Limpio mi nariz con el dorso de la mano y lo acompaño hasta la puerta-. Matt es un chico muy agradable, me ha encantado pasar el día con ustedes hoy.
-No será el último, tenlo por seguro –Me sonríe por última vez y camina hacia su casa. Vuelvo a cerrar la puerta y doy un gran suspiro. ¿Cómo no pueden querer a una persona como él? Tantos problemas que puede tener una persona y los esconde detrás de una sonrisa... Dios, cuanto daría para que lo que sienta en este momento desaparezca.


Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005Where stories live. Discover now