capitulo 13

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Broma trágica: betabel.

Domingo por la mañana, parecía que hoy sería un bonito día -sonreí con tan solo pensarlo- Me levanté mucho más temprano que de costumbre esta vez. No podía dormir por el hecho de que James había dicho que me vería a la hora de la cena, sea lo que sea... siento que toda nuestra relación de... amigos está mejorando poco a poco. Me bañé en menos de cinco minutos y me arreglé, preparé mi desayuno y me senté en mi sala a ver un poco de televisión, uno de mis programas favoritos: Impractical jokers. Es una serie donde cinco amigos compiten para ver quién hace el ridículo, en lo personal nunca haría lo que ellos hacen. Sabía que al terminar el día de hoy, tenía mucho que contarle a Logan. Tan solo unos días de conocerlo y nos hablamos como si fuésemos unos súper amigos, cuando quizá solamente somos conocidos, porque sí... se podría decir así. Recordé a mis padres, los tenía demasiado olvidados últimamente y nuestra relación siempre fue buena, decidí llamar a casa, allá no sería tan noche. Luego de unos timbrados respondió mi mamá.

-¿Hola?
-¡Mamá! ¿Cómo están?
-¡Annie eres tú! Que gusto, muy bien extrañándote ¿Tú cómo estás?
-Bien, ¿Recuerdas que te había contado de un chico que no sabía si podía llamarle amigo?
-Sí lo recuerdo perfectamente, la última vez que hablamos por teléfono ¿Qué hay con él?
-Creo que... nos estamos llevando mucho mucho mejor.
-¿Segura que solo es tu amigo? No me vendría mal un yerno británico.
-¡Mamá por Dios! ¿Por qué piensas esas cosas?
-No lo sé, presiento que pronto me llamarás para darte un consejo amoroso.
-No lo creo, él está interesado por alguien más.
-¿Cómo lo sabes?
-La chica lo besa frente a mí y también lo abraza, pero él no se queja y eso me hace pensar que le gusta.
-¿Qué tal si la chica solamente lo desea y quiere algo de él?
-Mamá... no es así, créeme. James está enamorado de ella, estoy segura.
-Ay que niño tan complicado, tú también lo eres ¿Por qué no intentas algo con él chico? Quizá logres algo.
-Créeme que estoy en gran desventaja.
-¡Anne que pesimista eres!
-Es la verdad mamá.
-Entonces... ¿Te gusta James?
-No.
-¿No? Podría apostar que estás sonrojada.

Me miré al espejo... demonios, si lo estaba.

-No lo estoy y no me gusta, solamente... me gusta tener a alguien aquí conmigo, estoy sola.
-¿De nuevo batallando con todo eso de hacer amigos?
-Sí, ya lo sabes. Solo tengo uno.... Se llama Logan.
-¿Y alguna chica?
-Por ahora no, creo que todas son muy diferentes a mí.
-¿Ya saliste a alguna fiesta?
-Sí –recordé a James- fue... no lo sé, quisiera que se repitiera.
-¿Por qué?
-Ay mamá demasiadas preguntas, el teléfono te saldrá caro –reí-. ¿Podemos hablar mañana?
-Sí, llámame de vez en cuando por favor. Trata de no enamorarte del tal James, come frutas y verduras también, no te drogues y por favor pones atención en la escuela –reí-. Te amo mucho, cuídate.
-Está bien mamá, bye –colgué.

"Trata de no enamorarte del James" -repetía mi mente una y otra vez-. Por favor espero que eso no suceda nunca. Y hablando de él ¿Qué estará haciendo en este momento? No sé si estaría bien ir a su casa, ni siquiera sé si estará demasiado lejos... pienso irme en bicicleta. No me importó y salí de casa tratando de recordar el camino hacia su casa. No sabía si se encontraba despierto o no, pero si no lo estaba probablemente me grite y se ponga histérico. Luego de varias calles recordé el camino perfectamente, genial... ya sabía llegar a su casa. Toqué la puerta un par de veces y nadie me atendía. Observaba por las ventanas y todo estaba apagado ¿No había nadie? Tomé la manija y esta se abrió dejando ver a mis ojos la casa de James y por dentro, mi estomago comenzó a revolverse. Cerré la puerta y caminaba despacio ¿Dónde se suponía que era su habitación? A mi lado podía ver fotos de él, su papá y su mamá, con las yemas de mis dedos acaricié aquella foto que estaba en un cuadro, James tenía una amplia sonrisa de oreja a oreja, igual a la de su madre. No pude evitar sentir tristeza, aquella señora ya no estaba. Dejé la fotografía en su lugar y empecé a buscar la habitación de James en el segundo piso. La puerta del fondo estaba abierta, me acerqué lentamente y sí... ahí estaba él, completamente dormido. Sonreí y me senté en la esquina de la cama, observándolo. Era la tercera vez que lo veía así. Por más que yo quisiera enamorarme de él... no podría y probablemente saldría lastimada. Él comenzó a moverse y yo me comencé a poner nerviosa, más de lo que ya estaba.

-¿James? –susurré.
-¿Elisa?
-...
-Oh... eres tú.
-Sí –me levanté-. Creo que esperabas a alguien más.
-En realidad no, ¿Qué haces aquí?
-Estaba aburrida, quería saber que hacías.
-¿durmiendo...? ¿Acaso no vez?
-Ya lo noté –sonreí de lado-. Lamento despertarte.
-Ni siquiera sentí que estabas aquí –se enderezó-. ¿Qué no nos veríamos en la noche?
-Sí pero tenía ganas de verte.
-Ah... ¿Y no tienes algo mejor que hacer?
-No –me volví a sentar.
-Deberías, no quiero verte todo el día.
-Entiendo, tú quieres ver a Elisa. La estabas esperando ¿No es así?
-¿Por qué estas molesta?
-No lo estoy.
-Cómo digas. Si te quieres ir no me interesa, está la puerta abierta –no me levanté-. Oh... así que prefieres quedarte aquí.
-Sí –sonreí-. ¿Puedo?
-No quisiera pero tu tomas esa decisión.
-¿Puedo prepararte el desayuno?
-Hazlo mientras yo voy a comprar lo de la cena.
-Bien –suspiré-. No tardo.
-Cómo sea.

-

James-.

Como era de esperarse, Annie no dejó que me fuera sin mi estomago vacío. Más molesto que nunca salí de mi casa para comprar las cosas de la cena. Ella se había quedado ahí, no sé por qué ni para qué. Llegué al supermercado y me adentré al área de carnes. Tomé unas cuantas, no tenía idea de cuales... solo quería que se cocinaran y listo. Me acerqué al área de verduras y comencé a buscar algunas cebollas. A mi lado había un gran betabel, era justamente lo que estaba buscando. Tomé dos de estos y a la vez tomé unas cuantas verduras más, ya estaba lista la cena en mi mente. Después de Salir del súper me dirigí a casa una vez más. Abrí la puerta y todo estaba en silencio, al parecer esta niña ya no estaba. Me acerqué a la cocina a dejar las bolsas y había una nota, odiaba leer.

"Ya no estoy en tu casa jijijiji te veo en la noche

Annie"

Menos mal, tenía tiempo de preparar la cena.

-

Llegué a su casa con la comida ya lista, era de noche y las luces de su casa estaban encendidas por dentro, de seguro estaba esperando a que yo llegara.

-¡Ábreme ya llegué! –grité.

A los segundos ahí estaba ella, arreglada y diferente de nuevo. Entré y dejé la comida en el comedor, ella no tenía idea de que a la carne la había sazonado con betabel.

-Espero que este rico, porque tengo hambre –dijo ella.
-No me juzgues, lo está. Ya comienza a comer.
-Espera tengo que servir el agua.
-¡Ay por Dios yo lo hago! Quédate dónde estás.
-No, yo lo hago.
-No gracias, ya quiero comer y tu eres una lenta.
-¡Hey!
-¡Silencio! -ella guardo silencio y serví el agua-. Ya, come.

La observaba cortar la carne, estaba ansioso de que ella probara la carne para ver su cara de disgusto. Traía mi cámara lista para tomarle unas cuantas fotos, sería genial. Ella se lo llevo a la boca y su cara cambió, paso su bocado y se comenzó a tocar la garganta para lo cual empezó a toser.

-¡Tiene betabel! –Reí-. ¡Tonta, te dije que me las pagarías!

Continuaba riendo y ella solamente se tocaba su garganta y trataba de respirar por la boca, se tiró de la silla y comenzó a toser horriblemente.

-Llama... hospital –susurró inaudiblemente.
-¿Qué?
-¡Llama!

Through the dark ✓©® Ganadora Watts 2005Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora