I (dieciséis)

4.5K 426 192
                                    

-Bienvenida al infierno, dulce Karen.

No me he movido del suelo desde que dijo esas palabras, mi cuerpo parece estar congelado en el suelo, el lugar que luce irónicamente como mi única arma protectora. Niego con la cabeza repetidas veces, creyendo que estoy en una pesadilla más del montón. Pero no, Louis sigue mirándome con un atisbo de satisfacción que me hierve sangre. Luce tan complacido como un asesino al no ser descubierto cuando ha dejado pistas, y eso es justamente lo que él ha hecho.

Jamás debí otorgarle ni un poco de confianza, es el peor error que pude haber hecho alguna vez. Sin embargo, a pesar de todo eso, jamás se me cruzo por la mente que esta circunstancia se daría... ¿Louis y Edward hermanos?

Louis me tenía comiendo de su mano, diciéndome cuentos falsos y haciéndose la victima solo para... traerme hasta aquí. Si, aquí es donde siempre me han querido desde un principio, desde que Ava murió... pero, ¿Por qué?

Todo parece tan fácil y a la vez tan difícil ahora, es cuando realizas un examen y estas casi seguro que tienes la respuesta correcta, pero luego, te das cuenta de que no era así, y que todo había sido un juego mental que acabo por costarte una buena calificación. Es justamente como eso, solo que, esta vez, no era una simple calificación, era mi vida... y la de Max.

-¿Dónde está Max? -logro preguntar con la voz entrecortada, Louis alza las cejas, como si estuviese sorprendido de oírme hablar.

Me estremezco y por acto reflejo me arrastro hacia la pared cuando Louis se inclina a mi altura y busca tomar mi rostro, su toque me repugna, por lo cual me alejo como un animal temeroso.

Él ríe. -No tienes por qué alejarte de mí, dulzura. Sé perfectamente que mi toque no es una molesta para ti -dice, refiriéndose a lo que ocurrió días atrás.

-S-solo dime donde esta Max, quiero saber si está bien -pido, casi suplicante.

Me doy cuenta de que Edward no ha dicho ni una sola palabra... si la historia que Louis me conto es falsa, entonces, ¿Quién es el asesino? ¿Él o Edward?

Louis me mira con desdén, notando como mi atención se ha vuelto a su hermano. -Tu amigo está bien, o bueno, relativamente bien. Pero no es de el de quien tienes que preocuparte, preciosa.

-¿Por qué haces esto? -inquiero, con lágrimas en los ojos, mirándole con lastima.

Él suspira, como si estuviese cansado. -¿Por qué haces esto? -me imita, rodando los ojos. -¿Es lo que todas pueden decir? ¿Por qué siempre hay una razón para todos? ¿Por qué somos despiadados, Karen? ¿Por qué la vida es injusta? ¿Adivina qué?, hay preguntas que no pueden responderse y perras que tienen que dormir -masculla, sonriendo malvadamente antes de girarse y luego, abruptamente encararme, solo para propinarme un golpe que me lleva la inconsciencia.

(...)

Cuando vuelvo a despertar descubro que una banda irrumpe mi visión y que mis brazos y manos están atados a una cama, sin embargo, cuando trato de levantarme, un fuerte dolor me invade la mejilla, resto de lo que Louis ha hecho para dormirme.

Me quedo quieta cuando el sonido de una puerta crujiendo suena, más sin embargo no tengo formas de saber si ha sido la de la habitación en la que seguro estoy o de otra parte de la casa.

Respiro cautelosamente, sintiéndose amenazada y desprotegida. ¿Cómo demonios lograre salir de aquí?

Repentinamente, siento un toque frío en mi pie y me doy cuenta de que ya no llevo mis jeans porque el toque se desliza hacia debajo de mi muslo, tocando tortuosamente y dejando caricias que queman. Doy un respingo cuando toca el punto más sensible de mi cuerpo, causando que un grito se escape de mi boca.

Coney Island [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora