( ocho )

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Mi corazón late erráticamente en cuánto pongo un pie en la comisaría, inmediatamente al entrar me encuentro con Thomas, quien se encontraba hablando con el mismo comisario que me atendió el día anterior. Me acerco hacia donde él está, calmando mis fuertes y rápidas respiraciones mientras trato de pedirle explicaciones. 

—¿Dónde está Ava? —le pregunto, consciente de que mi cuerpo esta temblando. Por primera vez, tengo miedo de lo que él pueda decirme. Sin embargo, su tranquilidad me confirma que no es algo malo lo que va a decir. 

—No lo sé  —responde y frunzo el ceño—: No la han encontrado a ella como tal... pero, han encontrado varias de sus pertenencias. Encontraron sus ropas cerca de la playa, pero ella no estaba.

Suspiro, por alguna razón albergaba la esperanza de que entrara aquí y ella estuviera esperando en una de las bancas, riendo y diciendo que todo había sido una broma. Pero no es cierto, en vez de eso, la pesadilla se vuelve peor con cada segundo que transcurre. La realidad me golpea como una bomba y esta nueva aparición solo conduce a la idea de que es verdad lo que he estado tratando de evadir. Ella quizás ya no aparezca, quizás Vivian tenga razón y ella esté muerta. 

Puedo sentir las lágrimas quemar en mis ojos, pero sin embargo, lucho por permanecerlas ahí, escondidas y sin escaparse. No me puedo permitir llorar. —: ¿Dónde están? —pregunto, y me sorprendo al notar que mi voz no se ha debilitado. 

—Es evidencia, nuestro departamento se esta encargando de buscar huellas en ello  —replica el comisario. 

—¿Ahora sí me cree, idiota? ¡¿Ahora sí se da cuenta de que mi amiga está desaparecida?!  —grito, atrayendo toda la atención. Siento las manos de Max en mis hombros en una busca perdida de calmarme. 

—Baje la voz  —advierte—: Esta aparición no demuestra nada, a lo mejor su amiga decidió pasar un buen rato y olvido llevarse la evidencia. 

—¿Que diablos habla?  —esas palabras no escapan de mis labios, es Thomas quién lo dice y parece bastante enojado. —: Va a dejarse de juegos y se va a encargar de buscar a mi novia si no quiere perder su trabajo —amenaza Thomas y me sorprendo al ver como el comisario se redime ante sus palabras. 

Seguidamente logro calmarme, reprimiendo las ganas de gritar la incompetencia que ese "policía" posee y me desplomo en una de las bancas azules, las mismas en las que he estado ocasiones anteriores. 

—Ava no va a volver —susurra Vivian a mi lado, no sabía que estaba ahí ni siquiera—: No va a volver, Karen. No la vamos a volver a ver. 

—No digas eso, amor. Ava va a aparecer, ¿sí? Ella regresará y todos podremos ir a casa... shhh, no llores por favor  —la consuela Dylan, abarcando su cuerpo tembloroso y abrazándola suavemente. 

—¿Cómo puedes saberlo, Dylan? No lo sabes, no me mientas —ella dice y por primera vez en todo el día su voz no suena débil, en un ágil movimiento se levanta de la silla, saliendo de la comisaría con rabia y encargándose de hacer retumbar  a la puerta. Dylan se encarga de obsequiarme una mirada rabiosa antes de ir tras ella.

 —Esto es una pesadilla —susurra Thomas, poniéndose en cuclillas frente a mí —: La vamos a encontrar, Karen. Dónde sea que esté.

Quiero creer en sus palabras, pero sin embargo, ellas no tienen ni una pizca de cambio en mis ideas. Si Ava está muerta, no me queda nada más que encontrar a la persona que tomó su vida sin razones, y hacerle pagar por lo que ha hecho. 

—No nos engañemos, Thomas. El hecho de que hayan encontrado sus ropas solo conecta una afirmación. Lo último que vamos a hacer es encontrarla, supongo que lo mejor es que nos resignemos —respondo vacilante, no del todo de acuerdo con mis palabras. 

Coney Island [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora