( siete )

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Han pasado 8 horas desde que no sabemos nada de Ava, miro escéptica al detective detrás del escritorio frente a mí, sus manos entrecruzadas y su expresión tranquila me irrita, ellos deberían estar buscándola, no hablando estupideces. 

—Señorita, no podemos hacer nada por ahora. Se lo vuelvo a preguntar, ¿está segura de que su amiga no se fue con otra persona? Es muy extraño que ocurran "desapariciones" en un lugar tan tranquilo y pacífico como Coney Island  —dice el hombre por décima vez, el tono de su voz deja en claro que no puede estar más cansado de decir lo mismo pero eso es pura mierda. Ava no pudo haber desaparecido tan fácil de un lugar dónde habían tantas personas, es algo ridículo. 

 —¡Ella no se ha ido con nadie, maldita sea! —grito, levantándome exaltada de la silla en la que me encontraba. Inmediatamente, tras mis gritos, unos oficiales entran en la oficina con las manos sobre las armas en sus cinturas. 

—Le pido que se calme señorita Woods, podría encerrarla por irrespeto a la autoridad. Lo mejor es que vaya de regreso a su hotel y espere a que le informemos, quizás su amiga aparezca en las próximas horas —aprieto los puños ante su incompetencia, negando con la cabeza.—: Rain, Reynolds, encárguense de llevar a la señorita y sus amigos de vuelta a su hotel —ordena, derrumbándose de nuevo en su asiento. 

Seguidamente, los dos oficiales asienten, acercándose a mi. Me safo de sus intentos de tomar mi antebrazo. —: No hace falta que me lleven, mis amigos y yo nos iremos en nuestro auto —es lo último que digo antes de salir por la puerta de madera de aquella oficina, encontrándome inmediatamente con mis amigos.

Vivian se mantenía recostada contra el pecho de su novio, afortunadamente había dejado de llorar. Llorar era como un signo de que Ava no iba a regresar o que ya no estaba, y yo no lo iba a hacer. Rápidamente Max y Dylan dirigen su vista hacia a mi, una adormilada y visiblemente cansada Vivian apenas puede levantarse. 

—¿Que te han dicho?  —pregunta Vivian en un hilo de voz, sorbe su nariz y con el dorso de su mano limpia su rostro lagrimoso. 

—Han dicho que llamarían si hay una novedad, pero dudo que lo hagan —me encogo de hombros, soltando un suspiro. 

Luego de que Vivian había llegado a mi en la playa avisándome que Ava había desaparecido, Louis desapareció extrañamente. Thomas no había estado lo suficientemente preocupado por ello lo cual definitivamente causó dudas en mi interior. Él había dicho que haría lo posible por encontrar a Ava pero dudaba que el estuviera haciendo algo en este momento. 

—¿Como que no van a hacer nada? ¡Quien sabe lo que le puede a estar pasando a Ava! Karen, ¿y si....? ¿Y si Ava... y si Ava esta muerta?  —dice Vivian sollozando, niego con la cabeza y la sola idea me causa escalofríos. 

—¡Cállate Vivian! ¡Deja de llorar y de decir estupideces! —grito, no siendo consciente de las consecuencias. Vivian termina llorando más fuerte y refugiándose en los brazos de su novio. Dylan me mira negando con la cabeza, como si hubiera cometido el peor error del mundo. Y quizás, lo hice. 

El viaje de regreso al hotel se hace interminable, las calles aún están concurridas afuera. Una vez que llegamos corro hacia mi habitación, cerrando la puerta de un duro golpe antes de lanzarme al suelo, llorando por primera vez y deseando que mi amiga estuviera aquí. 

Me despierto por un fuerte ruido en la puerta, desorientada, me doy cuenta de que me quedé dormida en el suelo la noche pasada. Mis ojos arden y en rostro aún hay lágrimas secas, un dolor de cabeza me asalta mientras me levanto del suelo para abrir la puerta. Detrás de ésta, se encuentra quién menos hubiera esperado, Louis. 

—¿Que haces tú aquí? —escupo, mi dolor de cabeza desapareciendo momentáneamente. Louis no sonríe como usualmente lo haría, en su lugar, mantiene sus ojos azules en mi. 

Coney Island [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora