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–¿Les gustó la película? –pregunta Magnus esperanzado.

Lo poco que entendí fue: chica con poderes, chica no sabe controlarlos y huye, chica ataca hermana y hermana se convierte en hielo, la nieve tiene vida.

–¿Por qué las rocas hablan? –pregunta Alec.

–No son rocas, son trols.

–Los trols no son así –le recuerdo–. Son más grandes y no les crecen hongos.

–Esto es una película mundana –señala Magnus–. No hay nefilim o subterráneos en Hollywood.

–Hasta donde tú sabes.

–¿Los hay? –pregunta Magnus sorprendido.

–Creo que es hora de dormir –me levanto y apago el dvd y televisión–. Mañana irás a... al funeral.

–Oh, sí –Magnus se levanta rápidamente–. Debo irme, buenas noche –tan rápido se despide, sale directo a su cuarto.

–Parece que sí le afecto la muerte de su maestra.

–No sabes cuanto –me da la razón Alec.

Jace ^^

–Gracias, Robert, te los regreso el lunes –me despido cuando los otros dos ya han pasado por el portal.

–No hay problema, y salúdame a Catarina.

–Claro –respondo sin importancia y cruzo el portal.

Una vez aterrizo del otro lado veo a Pam, quien me extiende su mano y no para estrecharla. Su piel es pálida con un ligero brillo perlado, tiene cabello castaño y ojos con pupilas de estrellas. Sería muy linda si no fuera tan...

–¿Cuánto te debo? –pregunto sacando mi cartera.

–Un portal a Idris abierto por poco más de media hora, son cuatrocientos dólares –responde directa y claramente impaciente.

–De acuerdo. Doscientos... trescientos... y cien, toma.

Le ofrezco el montón de dinero y ella prácticamente me lo arranca de la mano, después se gira y sale chocando sus botas contra la madera. >Agria, la palabra era agria.<
Siento un cuerpo contra mi pierna y veo a Miss Cuack.

–Miss Cuack, Clary –pido y la gata maúlla antes de comenzar a caminar.

Desde que Robert la trajo se ha quedado aquí, no pareció molestarle los mimos de mis hijos o de Isabelle, ellos la llaman Miss C (algo que a Magnus le molesta bastante). Además de ser muy linda es increíblemente inteligente, puedes preguntarle dónde está alguien y si sabe te guía directo a él y si no, no te hace dar vueltas como cierto gato persa lo hacía. Miss Cuack me guía a la cocina donde veo a mi esposa calentando algo.

–¿Qué haces amor?

Clary salta y gira sorprendida.

–Mmm, la comida, haré un poco de arroz y pollo.

–No te hubieras esmerado.

Clary me golpea el hombro.

–Pronto estará listo, ¿llamas a los demás?

–Claro –le doy un beso antes de irme.

Salgo al pasillo y subo las escaleras. A medio camino, logro escuchar un golpe seco y el quejido de una voz que nunca confundirá.

–Alec ¿estás bien?

–¡Esto te mereces por tirar mi barniz! –grita Magnus y escucho otro golpe.

Malec ¿otra vez? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora