Año nuevo

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     Después de esa Noche de Halloween no me volvieron a dejar salir de la casa por casi dos meses. En algunas ocasiones amarraban mi pie mientras ellos salían a trabajar o de compras, otras me quedaba sola con uno, normalmente si era con Thomas no salíamos de la habitación, pues cuando Christian estaba conmigo rara vez dejaba que su hermano se acercara a mí.

     Un día me quedé dormida en la tarde y Christian me despertó a las 10:30 pm.

     — ¿Qué sucede?, ¿qué hora es? —Pregunté restregándome los ojos por el sueño. El cuarto estaba completamente a oscuras, iluminado solamente por una lámpara situada en la mesita de noche, justo al lado de mi cabeza.

     —Despierta. —Dijo sin responder alguna de mis preguntas. Me bajé de la cama, Christian estaba frente a mí con un vestido negro y unos zapatos de aguja del mismo color. Estiró sus brazos acercándolos.

     —Vístete y maquíllate. —Sí, era una orden, pero no parecía molesto ni nada. Supuse que simplemente quería tener otra de sus "cenas románticas".

     Ese vestido me llegaba por encima de los pechos, no tenía tirantes pero sí algunos decorados de flores. Me ricé el cabello y me maquillé un poco, aún sin saber la razón por la que lo estaba haciendo. Cuando salí del baño vi al castaño con una camisa negra y rayas blancas de botones y un pantalón negro. Me sonrió mientras se ataba una corbata del mismo color la cual casi ni se veía. Al finalizar me ofreció su mano, la tomé y bajamos los escalones. Abrió la puerta quitando los candados, salimos. No mantuve la cabeza baja, perono trataría de escapar buscando a alguien, no quería que nadie más resultara herido como le había pasado a aquella pobre mujer quien sólo había intentado ayudarme; días después de la fiesta de Melissa había visto en las noticias que estaban investigando el caso pero lo finalizaron como un intento fallido de robo. El rostro de aquella señora con un cuchillo enterrado en su sien aún aparecía en mis pesadillas.

     Llegamos a un restaurante bastante lujoso, nos sentamos en la terraza. Como no sabía qué pedir (pues no conocía aquellos platillos tan finos que parecían estar en francés) Chris ordenó la cena por mí. Thomas se había sentado en una mesa en la que había una chica castaña muy guapa a la cual empezó a coquetearle; de repente llegó un hombre aún más alto que él —la pareja de la chica— amenazándolo sólo con la mirada, el pelinrego le sonrió y se alejó lo más rápido posible al bar, no pude evitar reírme al verlo acobardándose así. Cuando terminamos de cenar todos empezaron a hacer una cuenta regresiva. Al principio no entendía muy bien qué pasaría cuandoésta hubiese terminado pero al comprenderlo me uní a los demás.

     —Cuatro, tres, dos, uno... ¡FELIZ AÑOS NUEVO! —Gritamos todos al unísono. Fuegos artificiales salieron disparados sobre nuestras cabezas, volteé a verlos asombrada. Christian se puso a lado de mí jalándome la mano para que me pusiera de pie junto a él. Todos se abrazaban, nosotros no fuimos la excepción.

     — ¡Feliz año nuevo, Lore! —Me dijo Chris en el oído mientras me abrazaba.

     —Feliz año nuevo. —En realidad no me gustaba estar en ese momento tan especial con ellos pero tenía que fingir lo contrario. Christian ya volvía a tenerme confianza, esa ocasión era una prueba y tenía pensado pasarla. Se quedó mirando mis labios, como si por primera vez me estuviera pidiendo permiso para besarme. De repente llegó Thomas y pegó su boca a la mía sosteniéndome por la nuca con una mano para impedir que me alejara mientras con la otra sostenía una copa de champán.

     — ¡Feliz año nuevo! —se rio.

     —Thomas... —La voz de Christian era de desaprobación como siempre que veía a su hermano haciéndome algo sin su permiso. Él volteó a verlo sin borrar su sonrisa. 

Secuestrada #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora