La llamada

74.7K 3.6K 386
                                    

Cuando los tres terminamos de comer Christian levantó los platos comenzó a lavarlos. Thomas se había ido a la sala, yo decidí quedarme en la sala pues no sabía qué más podía hacer.

     — ¿Quieres ver una película? —Preguntó una vez terminado lo que había estado haciendo.

     — ¿Cuál? —Me puse de pie.

     — ¿Los Vengadores? —Sugirió— Sé que es de tus favoritas.

     — Claro. —Traté de sonreír pero como ésta no era sincera (junto con el hecho de recordar lo que le había pasado a Sofía) mis labios temblaron un poco. Fuimos a la sala, puso la película y me senté en medio de un sillón para tres personas, entre ambos hermanos.

Christian pasó su brazo sobre mi hombro recargándolo en el sillón. Thomas puso su mano en mi rodilla, la aparté al instante, pero (al no entender la "indirecta" o que no le importó) él volvió a poner su mano. Decidí dejar que la mantuviera ahí pues sabía que podíamos estar haciendo eso todo el día. Poco después la fue acercando más a mi muslo, volví a apartar su mano, pero él la puso aún más cerca que antes. Me paré del sillón y volteé a ver a Christian.

     —No puedo con él. —Salí corriendo a su cuarto (mi cuarto se ubicaba en el sótano y no quería volver a ese).

Me había dicho que me quedaría otros días más en el cuarto de metal, pero sabía que si fingía bien que no quería escapar, no me volvería a llevar allá.

***

     —Lore —Christian entró al cuarto. Yo estaba a lado de la cama dándole la espalda, viendo hacia un punto invisible de la pared.

     —No sé si me pueda enamorar de ti con él manoseándome y abusando de mí todo el tiempo. —Dije mientras daba media vuelta y él se colocaba enfrente de mí—. Por favor, aleja a ese idiota de m...

Christian me tomó del cuello por sorpresa empujándome hacia atrás hasta que choqué con una pequeña mesita de noche.

     —Recuerda que es mi hermano y no voy a permitir que hables así de él. —Me dijo. Después aflojó su mano (pero sin soltarme), se acercó a mí y me besó. Me sorprendí por su bipolaridad.

Le devolví el beso, tenía que confiar en mí, creer que estaba enamorada de él.

¡Que asco!

Cuando se alejó bajando su mano por fin, me sonrió.

     —Lo siento —no era verdad—, pero si realmente me amaras no permitirías que él me hiciese...

     — ¿Cómo puedes decir que no te amo?

     —Bueno, no has hecho mucho por demostrármelo. 

     — ¿Qué no? —Se ofendió— Te he alimentado, te he vestido, vives en esta hermosa casa... —abrió los brazos hacia los lados señalando la habitación. 

No soy un perro. Además, olvidaste mencionar que me has violado, golpeado, ahorcado, y permitido que tu hermano también lo haga.

     — ¿Quieres llamarle a tu familia? —Preguntó de repente.

     — ¿Qué? —Parpadeé varias veces sin creerme lo que acababa de escuchar. No comprendía porqué me lo ofrecía si ni siquiera llevaba el tiempo suficiente para saber que yo no iba a pedirle ayuda a mis padres.

     —Como una muestra de amor de mí para ti, y también para que les digas que estás bien. No quiero que mis suegritos estén preocupados. —Soltó una pequeña risa mientras acariciaba suavemente mi mejilla. Asentí con la cabeza temiendo que fuese a cambiar de opinión de u momento a otro.

Me tomó de la mano, bajamos a la sala sin soltarnos. Christian le pidió a Thomas que quitara la película y se fuera. Lo hizo sin protestar, el pelinegro no parecía muy interesado en ver a seis superhéroes juntándose para salvar al mundo.

     —Antes de que te vayas —puso una mano en su pecho deteniéndolo—, necesito que me des el celular. —Thomas me miró de manera sospechosa.

     — ¿Por qué?

     —No te importa, dámelo. —volteó la palma de su mano en dirección al techo para que su hermano pusiera ahí el aparato.

     —Si vas a dejar que ella...

     —Igual no podrán rastrearlo —lo interrumpió—, y si lo hicieran sabemos que la policía está de nuestro lado. —tragué saliva. Si lo que acababa de decir era cierto, no tenía muchas oportunidades de irme de esa casa o de que se hiciera justicia.

Llamé a casa, probablemente no contestarían, pero no sabía si era peor que lo hicieran o no.

     ~ ¿Hola?  ~Sonó la voz de mi mamá por la bocina.

     — ¿Mamá? —Mis ojos se llenaron de lágrimas. Christian me quitó el teléfono y puso en altavoz la llamada para asegurarse de escuchar todo lo que diríamos.

     ~ ¿Lorena? ¡Hija! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¡Estamos muy preocupados por ti! ¡Vuelve a casa!

     —Estoy bien. —Le dije en un intento por tranquilizarla pero al mismo tiempo yo trataba de ahogar mi llanto y que no lo notara. Christian se puso atrás de mí colocando sus manos en mis hombros, no era para tranquilizarme, más bien era para amenazarme.

     ~ ¿Dónde estás?

     —Mamá, yo... —el castaño rodeó mi cuello con sus manos sin apretar aunque sentía que mis pulmones se quedaban sin aire—. Hui de casa.

     ~ ¿Tú qué? ¡Hija, por favor vuelve! Si nosotros hicimos algo mal...

     —No, —mi corazón se rompió— ustedes no hicieron nada mal. Son unos excelentes padres —me tapé la boca en un desesperado intento por que no escuchara mi llanto—. Pero conocí a un chico y decidí irme con él, me estoy quedando con él y su hermano. –dije, era una especie de pista; que empezara a buscarme en compañía de dos hermanos. Ante esto Christian apretó cuello de tal forma que me lastimaba pero aún entraba aire a mis pulmones. Sabía que había hablado demasiado y si seguía haciéndolo me mataría y permitiría que mi madre escuchara mientras lo hacía.

     ~ ¿Qué? ¿Quién?

     —Mamá... —quedé callada unos segundos tratando de calmarme—. Te amo —mi mandíbula temblaba—, y dile a papá que también a él.

     ~Mi amor, no nos hagas esto. Por favor, Lorena. Regresa.

Christian colgó el teléfono y entonces fue cuando empecé a llorar como jamás había llorado. Quería tirarme al suelo pero el castaño me rodeó con sus brazos impidiéndomelo. Lo abracé de vuelta, en ese momento no me importaba nada más que llorar. 

Sí, ¿cómo era posible que estuviese llorando sobre el hombro de mi secuestrador? Esa era una pregunta que daba igual contestar, solo pensaba en mis padres y el sufrimiento que estaban pasando. Al menos no sabían la verdad, que me habían secuestrado y violado. No sabía lo que me pasaría después o, en caso de ocurrir lo peor, si podrían encontrar mi cuerpo y reconocerlo.

Secuestrada #1Where stories live. Discover now