N- Necesitaba el dinero. —se encogió de hombros— Te acostumbras después de 2 o 3 noches.

Uzi lo miraba con un brillo extraño en los ojos como si lo escuchara de verdad. N incómodo añadió con sarcasmo:

N- Algunos clientes hasta tienen sus fetiches. Uno me pidió que hablara como si fuera un niño… eso sí fue perturbador.

Uzi casi se atraganto con la bebida.

Uzi- ¿Qué? No, no… eso ya es demasiado raro.

N- Créeme he visto de todo. —dijo con un gesto de fastidio.

El silencio se coló entre ellos roto por la música lejana del local N apoyó un codo en la barra y lo miró.

N- Bueno ¿qué hacemos? Has pagado por la noche completa ¿Quieres subir a una habitación o prefieres seguir tomando aquí?

Uzi sonrió tranquilo.

Uzi- Vamos arriba.

N lo guio por los pasillos iluminados con luces rojas tenues hasta una habitación discreta.

Dentro la cama estaba hecha había un pequeño sillón y una lámpara de luz cálida todo preparado para lo que siempre ocurría ahí.

N cerró la puerta y se cruzó de brazos.

N- Muy bien cliente… ¿qué deseas que haga?

Uzi se sentó en la cama sin apartar la mirada.

Uzi- Nada.

N parpadeó tratando de entender aquellas palabras

N- ¿Cómo que “nada”?
Uzi- Quiero charlar contigo un rato.

N lo miró incrédulo.

N- ¿Me estás diciendo que gastaste tanto dinero solo para hablar?

Uzi- Exacto —respondió encogiéndose de hombros.

N- …Eres raro —soltó una carcajada nerviosa— Muy raro.

Uzi- Gracias me esfuerzo —replicó con ironía.

Se quedaron en silencio unos segundos hasta que N suspiró y se sentó a su lado.

N- Bueno… si solo quieres hablar pues hablemos aunque deberías saber que no soy buen conversador.

Uzi- Ya lo estás haciendo bien —dijo mirándolo con calma.

N lo observó desconcertado ese cliente no parecía como los demás.

No estaba desesperado ni hambriento ni con intenciones inmediatas solo estaba ahí mirándolo como si quisiera conocerlo.

Esa noche apenas empezaba.

El silencio entre ellos era solo interrumpido por el zumbido leve del aire acondicionado. N tamborileaba con los dedos sobre su muslo acostumbrado a que en este punto ya alguien le estuviera desabrochando la camisa o dándole instrucciones.

Pero Uzi solo lo miraba tranquilo.

Uzi- Oye, Noah… —empezó ladeando la cabeza— ¿por qué trabajas aquí?

N- Ya te dije no tenía muchas opciones. —soltando una risita forzada.

Uzi- Eso no responde nada. —replicó cruzando los brazos— Siempre hay opciones.

N lo miró de reojo.

N-¿Ah, sí? ¿Tú crees que hay un montón de opciones para alguien como yo?

Uzi- Depende de qué quieras decir con “alguien como yo”.

One Shot ^^Where stories live. Discover now