~Todo por una chompa~

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Bueno chicos/as aquí esta un nuevo oneshot (N ♂️, Uzi ♂️)

Narrador:

El sol del mediodía ya se había escondido tras unas nubes caprichosas, y el ambiente estaba ideal para una tarde de películas, abrazos, y quizás... algo más. N, como si el universo hubiera alineado cada astro a su favor, tenía la casa para él solo. Sus hermanas —las temidas J, V y Cyn— habían salido juntas al supermercado. Algo tan poco usual como que Uzi llegara puntual.

Y esa era la cereza del pastel: Uzi venía de camino.

Con el corazón latiendo como si hubiera bebido cinco cafés, N acomodó el sofá, preparó unas bebidas, puso snacks en la mesa (porque siempre hay que mantener a los animales salvajes alimentados), y se miró en el espejo por quinta vez. “Tranquilo”, se dijo. “No va a pasar nada”. Claro que no. Nada en absoluto. Solo una tarde tranquila con tu novio, completamente solos, sin nadie más en casa. ¿Qué podría salir mal?

Minutos después, un golpe sonó en la puerta. No fue un timbrazo sutil. Fue un golpe de “ya estoy aquí, abre, que no pienso esperar”.

N abrió con una sonrisa nerviosa.

N- ¿Tan rápido? —preguntó, impresionado.

Uzi, de pie en el umbral, sonreía como quien entra a una tienda y ve un cartel de “liquidación total”.

Uzi- ¿Tú me invitas y esperas que me haga rogar? No seas tierno —le respondió con esa voz suya que sonaba como pecado con piernas.

Vestía su chaqueta negra de siempre, jeans rotos en las rodillas, y el cabello alborotado justo como le gustaba a N. Pero lo que más destacaba era esa sonrisa ladina, esa mirada brillante... y esa energía peligrosa que llevaba a todos lados como perfume.

N- Pasa… —dijo retrocediendo para dejarlo entrar.

Uzi- ¿Y tus hermanas? ¿O es esto una trampa para que me golpeen con un sartén? —bromeó mientras cruzaba la puerta, husmeando como un sabueso.

N- Fueron al supermercado. Las tres. Van a demorar —respondió como si no lo hubiera planeado a propósito desde hace dos días.

Uzi se detuvo. Lo miró. Y la sonrisa se le curvó aún más.

Uzi- ¿Solas tú y yo? Hmm. Perfecto.

N se sonrojó. Maldita sea, su piel era demasiado delatora.

N- Vamos a la sala —dijo rápido, girando sobre sus talones—. Hay bebidas, palomitas, y… juegos de mesa.

Uzi- ¿Juegos de mesa? —repitió, siguiéndolo con pasos lentos pero decididos—. Bueno, sí… supongo que también se puede jugar al parchís antes del… otro tipo de juego de mesa.

N- ¿Eh? —se giró sin entender. Uzi solo guiñó un ojo.

Una vez en la sala, N se sentó en un extremo del sofá. Uzi, sin pedir permiso (como era costumbre), se dejó caer justo a su lado, tan cerca que sus rodillas se tocaron. El contacto bastó para que a N se le olvidara respirar por un segundo.

N- Entonces… ¿Qué veremos primero? ¿Terror? ¿Comedia? ¿Drama romántico? —preguntó, tomando el control remoto.

Uzi- ¿Hay una categoría que sea “tú y yo sin ropa”? —soltó, tan fresco.

N- ¡Uzi! — le lanzó un cojín, pero el rubor ya se le había disparado hasta las orejas.

Uzi- ¿Qué? Yo solo pregunto. Uno nunca sabe qué tienen estos servicios de streaming hoy en día.

N intentó no reírse, pero fracasó. Aquel idiota tenía un talento especial para hacerlo reír, incluso cuando lo dejaba sin aliento.

Eligieron al azar una comedia absurda sobre un perro que hablaba (que claramente ninguno de los dos iba a mirar con atención), y se acomodaron. Uzi estiró el brazo sobre el respaldo del sofá, dejándolo justo detrás de los hombros de N, y comenzó a acercarse muy lentamente, milímetro a milímetro, como quien intenta besar una bomba.

One Shot ^^Where stories live. Discover now