One Shot ^^

Juegos en Casa

Bueno chicos/as iré directo al grano este será mi primer 🍋🍋🍋🍋🍋 este OneShot tratara exclusivamente de eso así que por consiguiente debo advertir que si no les gusta está clase de contenido eviten leerlo sin más que decir comenzemos (N ♂️, Uzi ♂️)

Narrador:

La tarde había caído sobre el vecindario con una calma engañosa.
N caminaba hacia la casa de Uzi con el corazón al galope, aunque intentaba convencerse de que solo irían a "ver películas". Así había sido el mensaje. Así había sido el tono.

Pero algo en su estómago le decía que eso no era todo lo que le esperaba esa noche.

Tocó el timbre, con su mochila al hombro y una excusa lista: "Traje la peli que te dije. La de zombies mutantes que hablan japonés con acento francés."
Algo estúpido, algo para reír.
Algo para ignorar el hecho de que tenía mariposas en la garganta desde que Uzi le mandó un emoji de 🍑 con un simple "te espero".

La puerta se abrió con un click suave.

Y ahí estaba él.

Uzi. Con un delantal de cocina... y nada más.

Sus piernas estaban desnudas, su pecho descubierto, su cabello ligeramente húmedo como si acabara de salir de la ducha. El delantal negro tenía escrito en blanco "Best Mom Ever".

Uzi- ¡Hola, papá -dijo con una sonrisa torcida-. ¿Llegaste del trabajo?

N abrió la boca... y no encontró palabras. Su cerebro se apagó, se reinició, y volvió solo con una frase:

N- ¿Q-qué... es esto?

Uzi se echó el cabello hacia atrás con los dedos, con ese aire entre arrogante y juguetón que siempre lo hacía ver peligroso. Entró de espaldas, dejándole la puerta abierta.

Uzi- Tarde como siempre. Hoy la cena está lista, la casa está limpia, y los niños están... ah, cierto -giró hacia él-. No tenemos hijos. ¿Todavía no los hacemos?

N se quedó en la puerta, sin saber si entrar o salir corriendo. Pero sus pies lo traicionaron: entraron.
Y la puerta se cerró tras él con un clic sutil.

N- Uzi... -empezó, torpemente-. ¿Esto es una especie de... juego?

Uzi- Exactamente -dijo él, girando con gracia, haciendo que el delantal se alzara justo lo suficiente para mostrar piel-. Jugamos a "la casita". Tú eres el papá que llega cansado. Yo soy la mamá perfecta. Y hoy... tenemos la casa solo para nosotros.

El corazón de N daba tumbos contra sus costillas. No sabía si reír, gritar o arrodillarse a rezar.

N- ¿No íbamos a ver una película?

Uzi- Podemos verla después -dijo acercándose con pasos lentos, medidos-. Aunque... la función principal acaba de empezar.

N retrocedió un paso. Uzi avanzó dos.

N- Esto es una broma, ¿verdad? -tragó saliva-. Tú no... no vas a seguir con eso, ¿cierto?

Uzi- ¿Tú crees que esto es una broma? -Ladeó la cabeza, con una sonrisa pícara-. ¿Crees que me pongo esto solo para hacer reír?

Se detuvo frente a él, muy cerca.
Demasiado cerca.

Uzu- Tú llegas tarde, papá. Has estado trabajando mucho. Yo también. Limpié toda la casa, horneé galletas, y ahora solo quiero una cosa -su voz bajó-: que me mires como si fuera tuyo.

N bajó la mirada y vio el tatuaje en el costado de Uzi, justo donde el delantal ya no cubría. Una línea negra fina que no había visto antes.

N- ¿Eso es nuevo?