One Shot ^^

Mi casa mis reglas

Bueno chicos/as ya saben lo que viene por el título (N ♂️, Uzi ♀️)

Narrador/a:

La tarde estaba nublada y cargada de humedad cuando Uzi tocó el timbre del departamento de N, con una mochila al hombro, expresión resignada... y un poco de vergüenza.

Uzi- Mi edificio está siendo fumigado -dijo en cuanto él abrió-. Solo serán 7 de días. ¿Puedo quedarme aquí?

N alzó una ceja, medio desnudo, con un pantalón de algodón bajo y una camisa que claramente solo usaba para dormir. La sonrisa que se dibujó en su rostro fue tan perversa como acogedora.

N- ¿Vienes a pedirme asilo, preciosa? -se cruzó de brazos, apoyado en el marco de la puerta-. ¿Estás segura de que sabes lo que estás pidiendo?

Uzi parpadeó.

Uzi- Solo es por 7 días, N. No empieces...

N- Ah, no no no -interrumpió él, dejándola pasar con una palmada en el trasero-. En mi casa, se vive bajo mis reglas. Y las mías no son precisamente... civiles.

Uzi entró, mirando de reojo el lugar. El ambiente tenía su aroma. Su desorden. Su estilo. Pero también esa energía intensa, casi carnal, que N sabía imponer cuando quería.

Él cerró la puerta tras ella y fue directo al cajón del escritorio. Sacó una hoja doblada.

N- Te hice esto por si algún día se daba. "Reglamento para huéspedes hermosas, atrevidas y con cara de que necesitan ser corregidas."

Uzi- ¿Tú... tenías esto planeado?

N- No me subestimes, Uzi -le guiñó el ojo-. Siempre supe que ibas a caer.

Ella abrió el papel, incrédula... y se quedó helada al leer las primeras líneas:

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REGLAS DE CONVIVENCIA PARA UZI (versión sin censura):

1. Nada de ropa interior dentro del departamento. Piel contra tela, o nada.

2. No te tocas sin permiso. Tu cuerpo, mientras estés aquí, me pertenece.

3. Antes de desayunar, gemido obligatorio. ¿Tú eliges cómo? No. Yo decido

4. El sofá es mío. Tú duermes en mi cama. Y si te mueves mucho, lo pagarás.

5. Si llegas mojada de la ducha, vas directo a mi lengua. Sin toalla.

6. No puedes decir "no quiero" sin proponer algo mejor.

7. Castigos aplicables sin previo aviso. Quejarse los multiplica.

8. Si me provocas, atente a las consecuencias.

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Uzi- ¡Esto no es legal! -exclamó pero ya tenía la cara roja. Su voz, sin embargo, temblaba más de excitación que de protesta.

N se acercó por detrás y le susurró al oído:

N- ¿Cuál te asusta más? ¿La uno o la cinco?

Ella se quedó en silencio.

N- Eso pensé -le murmuró, rodeándola con los brazos-. No te voy a obligar a quedarte. Pero si cruzas esa puerta con tu mochilita... ya no eres solo mi novia. Vas a ser mi juguete de carne. Y cada noche, voy a recordártelo.

Uzi tragó saliva. Lo miró con el ceño fruncido, pero los muslos tensos. Una parte de ella sabía que esa intensidad era peligrosa.

Otra parte... ya estaba mojada.

Uzi- Solo 7 días -dijo, cruzando los brazos, fingiendo firmeza.

N- 7 días, cuarenta castigos, quinientos gemidos. Dale, pasa -la empujó suavemente-. Y empieza a pensar qué parte del reglamento vas a romper primero... porque no pienso tener piedad.