Nuzi, por su parte, tenía una corona de papel en la cabeza y le hacía muecas al hámster desde su silla.
Tessa… observaba.
Tessa- ¿Pan casero? —preguntó, levantando una ceja.
N- ¡Sí! —respondió con una sonrisa tensa—. Uzi lo horneó esta mañana.
Tessa- Vaya, qué detalle. ¿También limpia ventanas o solo corazones rotos?
Uzi tragó saliva.
Uzi- Estoy aprendiendo a hacer ambas cosas… sin dejar rayas.
Tessa- Hmm —respondió y partió un trozo de pan como si decidiera su destino.
N tosió para cortar el silencio.
N- Bueno… brindemos, ¿no? Por la familia.
Uzi- ¿Y por la tolerancia? —agregó con una sonrisa esperanzada.
Tessa- Brindaré por la resiliencia. Porque no todos sobreviven a una cena con su exenemiga.
Uzi- Ni a un tacon con dirección profesional —susurró.
Tessa- ¿Dijiste algo?
Uzi- No, señora. Solo mastico con humildad.
Mientras comían, la conversación giró entre los dibujos de Nuzi, las novedades de la escuela, y cómo Churito había logrado escapar de su jaula dos veces en la semana.
N- Estoy considerando que tiene alma de gato ninja —dijo.
Tessa- O está intentando escapar de la locura de esta casa.
Uzi sonrió con amargura.
Uzi- Yo también lo he considerado.
Tessa lo miró sin pestañear.
Tessa- ¿Y tú, Uzi? ¿A qué te dedicas ahora, además de hacer pan y redención emocional?
Uzi- Trabajo desde casa como programador freelance. Proyectos pequeños. Pagos grandes.
Uzi- Y le cocino a tu hijo como si fuera el último omega del universo.
Tessa- ¿Sabes que las croquetas no son terapia, verdad?
Uzi- Depende del queso.
Tessa lo miró… y luego, por primera vez, soltó una risa casi imperceptible.
Tessa- Parece que aprendiste algo de humor desde la última vez.
Uzi- Estoy evolucionando. Como los pokémon. Versión: Yerno Arrepentido.
Nuzi interrumpió:
Nuzi- Abuelita, ¿sabes que papá ahora se duerme abrazando la almohada como si fuera un burrito?
Tessa sonrió.
Tessa- Sí. Lo hacía desde los tres años. A veces lo encontraba dormido en el clóset, cantando canciones tristes.
Tessa- Dramático desde la cuna.
N- ¡MAMÁ! —protestó rojo.
Uzi- ¿También sabías que cuando se resfría, hace pucheros y se cubre con seis mantas? —agregó con picardía.
Tessa- ¿Y que llora si se le muere una planta?
N- ¡¿QUÉ PARTE DE “DEJEN MI DIGNIDAD EN PAZ” NO ENTENDIERON!?
La cena terminó entre risas contenidas, comentarios filosos y miradas de advertencia.
Pero algo había cambiado.
Tessa ya no disparaba con la misma hostilidad.
Y aunque sus palabras seguían cargadas de pólvora, su tono era más… familiar.
KAMU SEDANG MEMBACA
One Shot ^^
Cerita PendekEn esta sección podrás leer historias cortas (de un solo capítulo) o quizás el inicio de otras historias a futuro aquí
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