N- ¿Dónde está la sección de novio ingrato para devolverte?
Uzi- Uh, agotado —respondió acercándose para besarlo rápido—. Todos los ejemplares ya están enamorados de ti.
N fingió mirar el pasillo con decepción.
N- Qué decepción. Quería uno que no me robara mis toallas.
Uzi- Yo no las robo. Solo… las adopto.
N- ¿Bajo qué cláusula?
Uzi- La del “soy tu novio, así que todo lo tuyo es mío, y tú también”.
N lo miró. Se le notaba esa pequeña sonrisa, la que solo aparecía cuando Uzi decía cosas así sin pensarlas.
Tiernas. Idiotas. Perfectas.
Siguieron avanzando, llenando el carrito con cosas que necesitaban y muchas que no: jugo de mango, snacks picantes, y unas galletas en forma de dinosaurio que Uzi juró eran esenciales para “mantener la salud emocional estable”.
Uzi puso una mano en la cintura de N mientras elegían frutas.
Uzi- ¿Ya estás imaginando lo que vamos a cocinar esta semana?
N- Sí. Pero también lo que te voy a hacer cuando se me acabe la paciencia y tú sigas provocándome con esa cara.
Uzi rió, sonrojado.
Uzi- ¿Me estás amenazando con sexo?
N- Con consecuencias inevitables.
Uzi- Me gusta cómo suena eso.
Pasaron a la sección de embutidos, y N fingió asombrarse con los nombres extraños de algunos jamones.
Uzi lo fotografió cuando se puso uno en la cabeza como gorro.
Uzi- Esto va directo al grupo de tus hermanas.
N- ¡Te atreves y tú mueres!
Rieron. Se besaron otra vez.
Y Uzi pensó que no podía haber una tarde mejor.
Cualquier persona que los viera desde fuera solo vería a dos chicos jóvenes enamorados, caminando por el supermercado, discutiendo sobre mayonesa y robándose miradas que decían más que mil palabras.
Todo estaba perfecto.
Hasta que una voz rompió la burbuja.
X- ¿Uzi?
Ambos se voltearon al mismo tiempo.
Una chica se acercaba, sonrisa abierta, paso ligero, mirada cálida.
N no necesitó más de un segundo para reconocerla. La reconoció al instante, por las fotos antiguas que Uzi había olvidado borrar de su galería.
Y en su pecho, algo empezó a picar con fuerza.
Algo pequeño.
Negro.
Y a punto de crecer.
Uzi parpadeó una vez, y cuando levantó la mirada, una sonrisa se dibujó sola en su rostro.
Uzi- ¡Mía!
Su tono fue cálido, genuino, incluso alegre.
N, a su lado, sintió cómo se le tensaba la espalda. Mía.
No necesitaba confirmación. Ya la había visto antes: en una foto borrosa que Uzi nunca borró, en el recuerdo de una historia que le había contado sin importancia…
“Terminamos bien, somos amigos, no fue nada tóxico.”
Claro.
Mia- ¡Wow, qué sorpresa! —dijo acercándose con paso ligero, como si estuviera encantada de verlo—. No pensé encontrarte aquí.
YOU ARE READING
One Shot ^^
Short StoryEn esta sección podrás leer historias cortas (de un solo capítulo) o quizás el inicio de otras historias a futuro aquí
Celos
Start from the beginning
