N- Ya pasaron dos rondas -murmuró tratando de levantarse.
Uzi no lo soltó. Sus manos, que habían descansado discretamente sobre su cintura, ahora se apretaban con intención.
Uzi- ¿Seguro que quieres bajarte? -preguntó con ese tono ronco, íntimo-. El juego apenas empieza.
N- El juego terminó hace diez minutos -respondió, sin atreverse a girarse del todo-. Y no me estás dejando bajar.
Uzi- Tal vez quiero que juegues uno exclusivo... solo para nosotros.
La frase le provocó un escalofrío a N. No de miedo. Bueno, sí... pero también de otra cosa que no se atrevía a nombrar.
Como si los labios de Uzi no hablaran en palabras, sino en hechizos.
Uzi- Ven -dijo de pronto.
N- ¿A dónde?
Uzi- A un lugar más... privado.
N- ¿Qué? ¿Cómo que privado?
Uzi- ¿Te vas a echar atrás, ángel? -Alzó una ceja-. Pensé que eras valiente.
N- Soy valiente, pero no estúpido.
Uzi- Yo diría que eres deliciosamente ingenuo -le susurró al oído.
Y antes de que N pudiera contraargumentar con dignidad o con algún versículo sagrado, Uzi ya lo tenía de la mano, arrastrándolo fuera del círculo, atravesando la sala, evadiendo las miradas cómplices de Cyn y V.
N- ¿A dónde me estás llevando? -susurró con la voz al borde del temblor.
Uzi- A un lugar donde puedas pecar sin testigos -respondió con una sonrisa maldita.
Subieron las escaleras. N iba detrás, mirando las alas que llevaba puestas Uzi: eran sus propias alas del disfraz, sujetas con los broches torcidos. Verlas allí, en la espalda del demonio, le provocó una sensación extraña.
Como si algo simbólico acabara de pasar.
Como si alguien hubiera tomado su pureza, su personaje... y se lo hubiera robado con descaro.
Llegaron a uno de los cuartos vacíos. Uzi giró el picaporte con toda la confianza del mundo, como si fuera su habitación personal.
Adentro, luces LED rosadas bañaban el lugar, había peluches en la cama, y un espejo de cuerpo entero con luces alrededor.
Y lo más importante: privacidad.
Cerró la puerta. Y luego... la llave.
N tragó saliva.
N- ¿Por qué cerraste?
Uzi- No querrás que alguien nos interrumpa, ¿cierto?
N- ¿Interrumpir qué?
Uzi se acercó lentamente, con una mirada oscura y divertida, como si supiera la respuesta antes de hacer la pregunta. N retrocedió hasta chocar con la pared, justo al lado del espejo.
N- Uzi...
Uzi-;¿Sí, N?
N- ...no sé si esto sea buena idea.
Uzi- Yo creo que es la mejor idea que hemos tenido esta noche -respondió, arrinconándolo con el cuerpo.
Sus rostros estaban a centímetros. N sentía el calor de su respiración, el olor del cuero, la intensidad de los ojos delineados de Uzi.
N- Soy un ángel... -balbuceó.
Uzi- Y yo soy un demonio -dijo bajando una mano hasta la cintura de N-. ¿Sabes lo que hacen los demonios con los ángeles caídos?
N- ¿Los devoran?
Uzi- Solo si se lo piden.
Y en un movimiento rápido, casi teatral, Uzi puso ambas manos contra la pared, enjaulando a N entre sus brazos. Lo miró de arriba abajo, con una mezcla de deseo, burla y ternura perversa.
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Short StoryEn esta sección podrás leer historias cortas (de un solo capítulo) o quizás el inicio de otras historias a futuro aquí
~Angel y Demonio~
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