One Shot ^^

~Angel y Demonio~

J- ¿En serio? -dijo con una mezcla de indignación, cansancio y ganas de cometer un crimen-. ¿El armario? ¿Tú, de todas las personas, en un clóset?

Uzi- Tiene buena acústica -respondió encogiéndose más.

J- Sal de ahí antes que te saque con el exorcismo de mi abuela.

Uzi salió arrastrándose, como un demonio derrotado. Trató de arreglarse el cabello, pero los cuernos seguían chuecos.

Uzi- Ejem... señora J... -dijo con una sonrisa débil.

J- No me "señorees" como si yo fuera una visita indeseada. ¡Tú eres el indeseado! ¡El corruptor! ¡El enemigo de la moral y las sábanas limpias!

Uzi- Bueno... no estaban tan limpias...

J- ¡CALLA!

N quiso morirse en ese instante. Quizás si cerraba los ojos con fuerza, despertaría en su cama. Despertaría virgen.

Despertaría sin que su hermana estuviera a punto de matar al chico que lo hizo descubrir el cielo y el infierno en una misma noche.

J ¿Te das cuenta de lo que hiciste? -gritó señalando a N como si estuviera en juicio-. ¡Este pobre ser, inocente como el agua bendita, fue arrastrado al pecado por tus encantos de bajo presupuesto!

N- ¡J, por favor! -intervino con un hilo de voz-. Yo... yo quería... Yo lo quise.

J se giró, lentamente, como una puerta chirriante.

J- ¿Tú qué?

N- Que... que yo también quise estar con él.

Uzi levantó una ceja.
J entrecerró los ojos.
La almohada de calabaza tembló.

J- ¿Me estás diciendo -dijo con voz tensa- que esto fue consensuado?

N- ...Sí.

J- ¿Y que perdiste la virginidad con él? ¿En medio de una fiesta? ¿Con una maldita canción de reguetón de fondo?

N asintió en silencio.

J soltó un suspiro largo. El tipo de suspiro que anuncia una tormenta interna.

Bajó lentamente la escoba y se sentó en la cama, justo donde antes Uzi había estado... usando a N.

J- Dios mío. Necesito respirar.

Uzi- No te sientes ahí -dijo en automático.

J- ¿¡QUÉ HICIERON AHÍ!? -gritó saltando como si hubiera pisado lava.

N- ¡Uzi, cállate! -gritó lanzándole un cojín.

Uzi- Lo siento, lo siento -dijo encogiéndose otra vez-. ¡Es que me gana el demonio interior!

J se llevó las manos a la cara.

J- No puedo con esto. No puedo con ustedes. ¡Voy a hacerme exorcizar yo sola por haber presenciado esto!

Uzi- Podrías usar la escoba para volar lejos -sugirió en voz baja.

J lo miró como si fuera a reencarnar en mosquito.

J- Una más, demonio. UNA MÁS.

El cielo comenzaba a clarear, tímido y apacible, como si no supiera que esa noche un ángel había caído... y no precisamente del paraíso.

N caminaba a paso lento por la acera, cargando sus alas rotas como quien lleva una bolsa del supermercado con dignidad comprometida.

El disfraz ya no tenía forma: una sandalia colgaba de su mochila, su aureola estaba doblada como alambre de pan y su cuello tenía marcas que no se conseguían con maquillaje de Halloween.