Cyn- ¿Tienes sal bendita? -preguntó como si fuera un dato técnico.
J- Tengo agua bendita en spray y un rosario de emergencia.
Cyn- ...Te respeto, tía -dijo alzando su copa.
Con el mismo ímpetu de una cruzada medieval, J subió por las escaleras. Cada paso resonaba como sentencia.
De vez en cuando se escuchaba un golpe seco: estaba usando la escoba como bastón de justicia. O para golpear puertas, aún no estaba claro.
Abajo, la gente comenzaba a grabar con sus teléfonos. Algunos murmuraban "¡es ella!", como si J fuera una celebridad del caos.
V- Cinco dólares a que encuentra a N sin pantalones -murmuró sacando su billetera.
Cyn- Yo apuesto a que encuentra a Uzi usando las alas de N como capa.
V: Pff, muy específico. Pero sí suena posible.
Mientras tanto, arriba...
N estaba en el cuarto aún tratando de subirse las medias con dignidad, mientras Uzi batallaba con el cierre de su pantalón.
N- ¡¿Por qué te pusiste mis alas?! -gimió sonrojado y frustrado.
Uzi- ¡Pensé que quedaban sexys! Y lo hacen -dijo girando y mirándose en el espejo con orgullo.
Uzi- ¡Dime que no parezco un ángel caído en pleno colapso emocional!
N- ¡Tú pareces una causa judicial!
¡BANG!
La puerta fue pateada tan fuerte que el pomo salió volando. J irrumpió con una mirada encendida por el odio, la protección fraternal y la falta de terapia.
El cuarto estaba hecho un caos. Las alas blancas de N estaban sobre el escritorio como si hubieran sido arrojadas durante una batalla entre arcángeles; un zapato colgaba de la lámpara, y la sábana principal había desaparecido misteriosamente (probablemente testigo silencioso del crimen).
En medio de todo eso: N, con los cachetes más rojos que las luces de la fiesta y un intento triste de cubrirse con una almohada decorativa con forma de calabaza.
J estaba parada en el umbral, con el palo de escoba apoyado sobre el hombro como si fuera un rifle militar.
J- ¿Dónde está? -dijo con voz helada, como si supiera que el "enemigo" aún estaba en el perímetro-. ¿Dónde está ese degenerado?
N tragó saliva. Tenía la boca seca y la voz atrapada en la garganta. Pensó en correr, en saltar por la ventana... pero recordaba que seguía sin pantalones. Y con J, eso podía convertirse en otra condena.
N- Y-yo... p-puedo explicarlo -balbuceó, encogiéndose más sobre sí mismo.
J- ¿Explicar qué? -exclamó entrando de un salto, revisando detrás de la cortina, el escritorio, y hasta debajo de la cama-. ¿Que decidiste perder tu inocencia en una casa ajena, en una fiesta satánica y con el mismo demonio que te hizo gemir "¡más fuerte!" hace veinte minutos por altavoz?
N- ¡AHHHH, POR FAVOR! -gritó tapándose la cara con la almohada-. ¡No lo repitas!
J- ¡Lo repetiré cuantas veces sea necesario hasta que recapacites! -rugió abriendo el armario de un tirón.
Y ahí estaba él.
Uzi.
De cuclillas entre chaquetas, con los cuernos torcidos, el pantalón medio abierto y cara de "yo no fui". Se congeló como un gato sorprendido en la basura. Solo le faltaba maullar.
BẠN ĐANG ĐỌC
One Shot ^^
Truyện NgắnEn esta sección podrás leer historias cortas (de un solo capítulo) o quizás el inicio de otras historias a futuro aquí
~Angel y Demonio~
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