J- ¡ESTABA TENIENDO UN DÍA NORMAL! —continuó gritando, arrancándose una hoja de lechuga del cabello, que nadie supo cómo había llegado ahí—. ¡SOLO QUERÍA VOLVER DEL SUPERMERCADO Y ALMORZAR COMO UNA PERSONA DECENTE!
Cyn- ¿Con precios justos? —agregó en voz baja.
J- ¡Y SIN ESCUCHAR A MI HERMANO CHILLANDO “¡MÁS!” COMO UNA MANGA DE NOVELA EROTICA DE TERCERA!
Cyn- No chilló —dijo viendo su celular—. Fue más como un gemido grave, muy comprometido, seguido de lo que claramente eran palmadas de impacto. Mira, lo grabé.
J- ¡NO QUIERO VER ESO!
V- Yo sí —dijo antes de arrepentirse a la mitad de la frase—. No, espera, no quiero.
J- ¡A LA HABITACIÓN DE N, YA! —ordenó como si estuviera comandando una unidad de asalto SWAT.
Subieron las escaleras con la furia de una manada de bisontes hormonales. J iba al frente, con los ojos en llamas. V detrás, murmurando una oración por lo bajo. Y Cyn… bueno, Cyn grababa con la linterna del celular encendida, narrando en susurros como si fuera una periodista de guerra:
Cyn- Aquí estamos, 17:37 p.m., en la misión “Atajemos al Hormonal”. Objetivo: confirmar si el joven N ha caído en las garras del pecado carnal. Evidencias: sonidos prohibidos, vergüenza familiar y papas rodando por el suelo.
J- ¡Deja de narrar como si esto fuera un documental de Netflix! —gruñó.
Cyn- Mira que ya hasta tengo título: Crónica de una cama.
Cuando llegaron frente a la puerta de la habitación de N, todo estaba… en silencio.
Demasiado.
J respiró hondo, apretó los puños, y golpeó la puerta con fuerza.
J- ¡N! Tienes UN minuto para abrir esta puerta o la tumbo yo misma.
Cyn- Cuenta regresiva activada —anunció—. Minuto final: destino fatal.
Dentro de la habitación, el pánico era absoluto.
N y Uzi se habían vestido tan rápido que N tenía los calcetines mal puestos (uno sobre el pantalón, otro al revés) y Uzi apenas logró cerrarse el cierre antes de dar un paso en falso hacia la ventana.
N- ¡Van a matarme! —susurró con los ojos tan abiertos que parecía haber visto un fantasma triple.
Uzi- ¡Van a matarme a mí! ¡Soy yo el que estaba… "moviendo las caderas"! —respondió con una mezcla de miedo y urgencia.
N- ¡Escapa por la ventana!
Uzi- ¿Estás loco? ¡Estamos en el segundo piso!
N- ¡Tú mismo dijiste que por mí lo harías todo!
Uzi- ¡Eso fue antes de saber que J tiene fuerza sobrehumana cuando se enoja!
N- ¡Trepa, rápido! ¡Yo las distraigo!
Uzi, aún abrochándose la camisa al vuelo, subió al escritorio como un gato salvaje, abrió la ventana, y se preparó para saltar cuando N lo tomó de la muñeca.
N- ¿Y si te rompes algo?
Uzi- ¡Ya me rompí emocionalmente escuchando a tu hermana gritar desde la cocina! ¡Esto es lo de menos!
Y justo antes de dejarse caer (sobre un arbusto que parecía amigable), Uzi se giró, le dio un beso a N en la frente y susurró:
Uzi- Vale la pena.
Y saltó.
En el mismo instante, J reventó la puerta como una villana de anime.
J- ¡TE TENEMOS, UZ…! —se congeló al ver solo a N, parado al lado de la cama, con cara de “yo no sé qué pasa pero me orino del miedo”.
ANDA SEDANG MEMBACA
One Shot ^^
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