Capítulo 14

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Sábado, 21 de noviembre de 1998

11: 44 hs.

Sus ojos se abrieron de pronto. Harry recobró el conocimiento e inmediatamente notó la diferencia. Su cuerpo se sentía... se sentía... ¿aliviado? En verdad se sentía relajado. Toda la tensión que había estado acumulando los días pasados, la contractura en sus hombros y espalda, todo... todo había desaparecido. ¿Cuánto tiempo había dormido? Sentía como si hubiesen pasado días enteros.

Miró a su alrededor, todo era una masa de formas borrosas. Ladeó la cabeza, olfateando la almohada. Olía a desinfectante, alcohol, solución yodada, entre otras cosas. O sea que... estaba en la enfermería. Él siempre se sorprendía con las pequeñas similitudes entre ambos mundos, ya sea de éste o del otro lado, todas las clínicas siempre olían iguales.

Pero, ¿por qué estaba en...?

«Snape...» Todo le volvió de golpe, y por mucho que él intentó convencerse que era un sueño o algún tipo de alucinación, sabía muy bien que no lo era.

Casi podía sentir aquellos labios cálidos, ligeramente agrietados y húmedos sobre su boca. O la textura de la piel bajo su lengua mientras la deslizaba sobre la tensa mandíbula, bajando por la garganta con sus dientes...

El recuerdo de un gustito metálico le hizo agua la boca.

Esa piel caliente, su olor masculino, penetrante y ligeramente almidonado le había desquiciado, tentándole a acercarse y a tocarle, a...

El Gryffindor se agarró la cabeza con las manos. Esa boca entreabierta, jadeando más que respirando, y sus pupilas dilatadas que opacaban hasta el color de su iris. Dejando un negro eterno, absoluto, tan profundo que casi le daba miedo ser absorbido y dejarse caer y caer y no detenerse nunca.

Su voz tan profunda, tan rica, tan... necesitada.

El Niño que Vivió gimoteó y se sentó.

Un momento... ¿Cómo habían logrado salir del armario? ¿Quién lo había llevado a la enfermería? ¿Snape? Era lo más probable, pero, ¿cómo y cuándo? Él sólo recordaba una fuerte luz cegadora y su cuerpo derrumbándose hacia adelante, completamente hipnotizado por aquel olor exquisito.

Otra vez Potter intentó enfocar la habitación. No había movimiento, y eso lo alivió.

Potter estuvo solo con sus pensamientos por un largo rato. A lo lejos se escuchaba el ulular del viento. ¿Qué hora seria? Había mucha luz, entonces era de mañana. Sus ojos se sentían irritados; él se los frotó con torpeza.

Una voz femenina hizo eco, detrás del quejido de una bisagra.

―Ya despertó, jovencito. ¿Cómo se siente?

El muchacho abrió los ojos e hizo un esfuerzo por localizar la forma borrosa de color blanco que se acercaba a lo lejos.

―E-enfermera ―consiguió croar Harry―. Sí. Bueno... no del todo. ¿Qué pasó?

―Eso mismo le iba a preguntar ―Ella se sentó a su lado para inclinarse por encima de él hasta que su cara se aclaró―. Apareció tendido boca abajo frente a la puerta, volando en fiebre, deshidratado y desvariando; le tuve que poner una intravenosa.

Odio y Posesión (Snarry/Omegaverse) EDITADO. Where stories live. Discover now