Capítulo 10

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Viernes, 20 de noviembre de 1998

16: 45 hs.

Con el transcurso de los días la desesperación de Hermione creció y creció. Harry no sólo se había vuelto susceptible e irritable de la noche a la mañana, de la nada se quería ir a los puños con cualquiera, y ella se había pasado prácticamente toda la semana intentando mantener la paz, desafortunadamente sin éxito, entre éste y todos a su alrededor. La cosa no mejoró cuando, por accidente, Ron coincidió con Ginny en una drástica caída en sus habilidades como Buscador durante el entrenamiento, y Harry comenzó a gritar e insultar tanto a todos que, la nueva integrante del equipo, una niña de primero, acabó hecha un mar de lágrimas.

―¡Por eso fue que perdimos el partido de hace dos semanas! ―gritó Potter, mientras se bajaba de la escoba con un salto.

—¡Ya cállate y déjala en paz! —increpó Ginny que llevaba un pesado bate en la mano.

—¡Basta! —bramó el pelirrojo con ojos entornados, viendo cómo Hermione, salía disparada desde las gradas para intervenir antes que la situación se le fuera de las manos a su novio.

―¡Fue una atajada facilísima! ―replicó el Alfa con frialdad―. ¡¡Es la niña más tonta que conocí!!

—¿Acaso te volviste loco? —El Beta le agarró del codo y lo jaló, esperando que el resto del equipo no pudiera oírlos para decir: —.Viejo, no puedes gritarle así a una niñita; tiene doce años, ¡mira cómo llora!

―¡Que se largué si no soporta la presión ―ordenó el capitán de los leones, tirando de su brazo con impaciencia―; no quiero mediocres en el equipo! ¡Hay muchos otros desesperados por su puesto!

―¡Cálmate! ―se plantó Weasley―. ¡¿Qué diablos te pasa?!

—¿A mí? ¡Qué diablos te pasa a ti! —El de cabello crespo, tiró su escoba al suelo y le agarró de la pechera―. ¡¿Por qué no dejas de meterte en mi vida?!

―¡¿Quién se mete en tu vida, viejo?!

Ambos se sostuvieron la mirada por un momento, luego Ron movió la cabeza con consternación; por un instante creyó que su mejor amigo iba a darle un puñetazo, pero éste hizo una desagradable mueca, se agachó a recoger la escoba y se marchó, murmurando un discurso de maldiciones.

El muchacho pecoso se dio vuelta y todos los miembros del equipo le miraron boquiabiertos. Hermione se acercó a Ginny que consolaba a la pequeña niña, musitando: ―Ere su novia, ¿por qué no hablas con él?... Pregúntale qué le pasa.

―¿Y crees que no lo hice? ―respondió ella con bronca―. Cada vez que me acerco se pone más nervioso que la cresta; ayer me dijo que no podía pasar la tarde conmigo porque tenía que preparar un material para Historia de la Magia y estudiar para Adivinación. ¿Te lo puedes creer? ¡Él estudiando Adivinación! —Ella le limpió la nariz a la niña con la manga de su túnica—. No eres la única que quiere saber qué cuernos le pasa...

Grenger se resignó con un suspiro.

***

Severus apuntó su varita hacía la botella y el tapón salió despedido, vertió un poco del contenido dentro del pequeño vial entre sus manos; el liquido empezó a arremolinarse y girar. Él observó con la más absoluta incredulidad como éste lentamente iba cambiando de un amarillo translúcido a un ámbar anaranjado, y en último lugar, a una tonalidad verde brillante.

—Cambiá... Cambiá... —masculló Snape, echando una ojeada al cronometro junto a la balanza; aún le quedaban diez segundos—. Por favor, cambiá... ―Agitó enérgicamente el recipiente, incitándolo a mutar; si la pócima no transmutaba a una tonalidad añil en tres segundos...

Odio y Posesión (Snarry/Omegaverse) EDITADO. Where stories live. Discover now