— Bueno, por lo menos es su prima. Puedo ocuparme de ella si quieres — propuso sonriendo.
— Suenas como el capo de una mafia — rio Freen.
— La verdad es que sí — sacudió la cabeza riendo con la chica — pero no me gustaría que malgastaras tu tiempo.
Freen inspiró profundamente y sus ojos se quedaron fijos en algún punto indeterminado del horizonte. Se llevó una mano al pecho, intentando localizar los latidos de su corazón.
— Lo sé Heng — dijo por fin — Supongo que tendré que aprovecharlo.
La caminata había sido bastante larga y Becky estaba agotada. Nam sin embargo, parecía estar fresca como una lechuga cuando por fin lograron visualizar la fachada de aquel bar coronado por un cartel azul cielo en el que se podía leer AIVAR.
Becky estaba en un estado de forma física bastante lamentable, aunque debía admitir que la rehabilitación y sobre todo, aquel viaje, estaban haciéndola sentir bastante mejor respecto a sus numerosas dolencias. Dado que su plan de visitar el faro se había visto frustrado, primero por la familia rica que lo tenía en propiedad y segundo, por la chica simpática de la oficina de turismo, que aunque fuera muy agradable, parecía capaz de llamar a la policía si su prima seguía insistiendo en acercarse a la isla, Nam propuso acercarse hasta aquel bar para ver si al menos, visitar algo que llevara el nombre de AIVAR le servía a Becky como compensación.
El local estaba bastante concurrido. Era cerca de la hora de comer y varias de las mesas estaban ocupadas. Nam y Becky se acercaron a la barra y se sentaron en unos taburetes altos de madera esperando a que la camarera se acercara para atenderlas.
— Hola, buenas tardes — dijo la chica, que llevaba una camiseta blanca con el dibujo de un ancla entrelazada con un faro. — ¿Qué os pongo?
— Hola — contestó Nam sonriendo — Para mí una cerveza y algo sin alcohol para ella — señaló a su prima con la cabeza.
— ¿Por qué no puedo beber? — gruñó — Ya apenas estoy tomando pastillas.
— ¿Acaso lo necesitas? ¿tan mala compañía soy? — dramatizó — No seas pesada, anda. Mejor que no bebas nada ahora si quieres tomar algo esta noche. No hagas que me preocupe por tus problemas con la bebida.
— No tengo ningún problema con la bebida, Nam — dijo molesta — Es verdad que igual cuando trabajaba sí que bebía un poco más de lo normal pero...
— Y antes de eso, cuando salías conmigo — dijo poniendo los ojos en blanco — En fin, eso es pasado. Ya beberás más tarde.
Becky resopló y dejó que sus ojos vagaran por las paredes de aquel bar en un intento poco sutil de no mirar a su prima. Había muchas láminas enmarcadas con fotos del faro de Aivar. De cerca, de lejos, unas con el agua en calma y otras con el mar rompiendo contra sus acantilados. Su atención se centró en un dibujo a carboncillo de lo que parecía un Dios nórdico envuelto en el oleaje. De una de sus manos colgaba una cadena que agarraba un ancla, y en la otra llevaba lo que sin duda era un corazón humano.
Una sensación extraña le recorrió la espalda.
— ¿Quién es? — preguntó Becky a la camarera, que regresaba con sus bebidas.
— ¿Ese cuadro? — preguntando por la imagen que había cautivado a Becky — Se supone que es Aivar, el Guardián de Mar.
— ¿Aivar? — preguntó Nam dándole un trago a su cerveza — ¿Cuándo han despedido a Poseidón?
— Tal y como está la cosa, cualquiera puede ser un desempleado estos días — sonrió la camarera — Digamos que Aivar es su versión lugareña. O por lo menos, lo fue en este pueblo. Según las historias, todo esto era suyo ¿sabéis? No solamente el Faro, que es lo que ahora lleva su nombre. Hay documentos antiguos en los que consta que el pueblo se llamó Aivar en algún momento. Al pobre lo dejaron sin nada, parece ser.
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Aivar • FreenBecky •
FantasyCuando la tormenta atraviese tu pecho, yo seré el ancla que impedirá que tu corazón vague a la deriva. ___________________________________________ AIVAR Es una historia original con todos los derechos reservados.
DIECISEIS
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