la academia distrital melancholy a primera vista puede aparentar ser como un colegio común y corriente, pero al cruzar la puerta se conocen muchas historias, la de cada alumno, la de sus amigos, la de los profesores y hasta la de sus familias. serim...
la madre quien fue la primera en romper el silencio:
—quizás hemos sido demasiado duros... —murmuró ella con sinceridad asomando por primera vez desde aquel encuentro tan tenso—. lo sentimos mucho...
el padre añadió tras una breve pausa:
—gyuvin... queremos pedirte perdón. te queremos tal como eres... regresa a vivir con nosotros.
las lágrimas brotaron instantáneamente de los ojos de gyuvin mientras sentía una mezcla abrumadora entre alivio y felicidad profunda por aquellas palabras tan anheladas:
—gracias... ¡gracias! ¡profesor serim! usted es el mejor.
serim sonrió cálidamente al ver cómo finalmente se forjaba esa conexión familiar rota; sus esfuerzos valieron cada segundo del momento presente. allen tocó la puerta de la casa y serim le abrió sin preguntar siquiera quien era.
allen no dijo nada, solo se acercó a su oído y le susurró un par de palabras que lo dejaron congelado.
—vamos a verlo ahora, tiene que hablar si o si.
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jungmo abrió los ojos lentamente y cuando vio con claridad, fue recibido por el rostro de minhee y suaves caricias sobre su cabellera.
—¡mogu! dios, pensé que entrarías en coma otra vez...
el chico se removió un poco en la cama y minhee lo ayudó, no quería verlo lastimarse. ninguno dijo nada, tenían miedo de empezar una conversación que habían pospuesto por tantas razones.
—jungmo...
—sé que debo decirte —lo interrumpió—, pero quería mantenerte fuera de todo esto.
—dime... ¿fue tu padrastro?
jungmo rió y negó.
—no, él solo me tomaba fotos.
—¡entonces qué pasa y quién es, jungmo!
jungmo no contestó pero en ese momento la puerta fue abierta mostrando a serim en compañía de allen.
—jungmo —serim se acercó hasta él, su voz era seria y no tenía ánimos de negociar o rogar—, debes decirme ahora quién y dónde está, la vida de dongyun está en peligro.
minhee lo miró, esperando su respuesta.
jungmo no contestó nuevamente y tomó una libreta de notas que se encontraba en el escritorio, escribió algo con un viejo lapicero y se lo entregó a su profesor.
—ahí debe estar y sean veloces, no quiero que nada le ocurra a dongyun por mi culpa.
serim miró la dirección y rápidamente marcó un número de teléfono, hablando de inmediato.
—necesito armar un operativo ahora, tenemos al abusador y debemos ser rápidos.
cuando colgó la llamada, tomó a allen de los hombros y le susurró:
