la academia distrital melancholy a primera vista puede aparentar ser como un colegio común y corriente, pero al cruzar la puerta se conocen muchas historias, la de cada alumno, la de sus amigos, la de los profesores y hasta la de sus familias. serim...
alex observó como subían a jungmo a una ambulancia y minhee iba a su lado, nunca pensó que la escena de meses atrás se repetiría. rápidamente, buscó a junho con la mirada y en el momento en el que lo vio, se acercó hacia él con rapidez para tomarlo en brazos.
junho no dijo nada, solo lloró en silencio y alex acarició su cabeza con dulzura.
—ya estás a salvo... tranquilo —murmuró—mientras yo esté aquí, siempre estarás a salvo.
el chico subió un poco la mirada para verlo, sus ojos temblaban y el miedo era más que evidente; no quiso preguntarle sobre lo ocurrido, ya conocía a junho y sus respuestas vacías.
—yo... yo quiero hablar.
alex abrió los ojos con sorpresa.
—¿lo dices en serio?
—sí... ¿dónde está el profesor serim o alguien?
—¡ya encontremos a alguien!
todo era un caos en el colegio debido a la ocurrido, por ende ningún profesor o hasta el mismo director parecía estar dispuesto a hablar ahora mismo y mucho menos cuando debían rendirle cuentas a la policía.
pero alex sabía de alguien que si estaba disponible.
tomó a junho del brazo con cuidado y lo hizo caminar por el patio hasta llegar a la oficina del director y ahí estaba hanbin, hablando por teléfono con quién sabe quien.
—¡que no! no sabemos que pasó —decía él y les lanzó una mirada—¡y si me disculpa, le voy a colgar porque tengo mucho trabajo!
hanbin colgó de inmediato y vio a los dos adolescentes frente a él, tenía un presentimiento y no muy bueno.
—¿qué pasa, niños?
junho se acercó hasta el escritorio y antes de hablar, miró a alex en busca de una señal la cual recibió en forma de asentimiento.
—yo... yo sé lo que pasó y ya me cansé de guardar silencio.
hanbin sintió como todos sus músculos se tensaban, era hora de enfrentar la realidad.
—¿qué pasó, junho?
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serim se detuvo frente a la puerta de la casa de los padres de gyuvin, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. junto a él estaba gyuvin quien miraba hacia el suelo, inquieto.
—¿estás listo? —preguntó serim en voz baja.
—no lo sé... —respondió gyuvin con la voz entrecortada. —¿y si no funciona?
—confía en mí —replicó serim con firmeza, justo cuando un sonido resonó proveniente del interior.
la puerta se abrió de golpe y apareció la madre de gyuvin, luciendo sorprendida al ver a serim.
