Stuck In The Middle (en pausa)

Capitulo 30

Ahora es mi turno de lastimarte a tí.

Ese solo fue el comienzo de una montaña rusa de emociones que terminó por estrellarse. Desde aquella noche en la terraza se me hizo costumbre preguntarle todos los días a Martin si me quería, a lo que él siempre me respondía "Claro que te quiero" o "Sí ¿como no voy a quererte?", y yo me sentía aliviada, no quería pasar un día sin escuchar un "Te quiero" de su parte, sin darme cuenta, me volví adicta a su "amor", o lo que sea que haya sentido aquel tiempo por mí.

Una tarde salí con él a tomar un helado, y luego quería pasar por mi casa para ver "Supernatural" juntos, su serie favorita que también era la mía, era una de las pocas cosas que teníamos en común. Esa tarde la pasamos genial, o al menos, yo la pasé genial. Me sentía la mujer más afortunada del mundo al estar con alguien como él. Íbamos caminando por una peatonal mientras él me abrazaba sobre los hombros y yo abrazaba su cintura, íbamos riendo, y allí, en ese instante, nos cruzamos de frente con Tyler. Juro que pude sentir como el tiempo se detenía frente a nosotros. Pude ver su cara de sorprendido, no podía creerlo y se notaba. Yo siempre tuve que ver ir y venir a Tyler con distintas mujeres las veces que nos separamos, pero él jamás me había visto con otra persona. Cuando él decidía dejarme, me destrozaba, se reía mientras yo sufría, luego volvía como si nada hubiera pasado y volvía a darle sentido a mi vida. Ahora Tyler estaba viéndome darle otro sentido a mi vida que no lo incluía a él, no estaba llorando por los rincones suplicando porqué volviera, estaba siguiendo adelante, estaba caminando al lado de alguien que no era él.

Después de caminar varios minutos junto a Martin fuimos a sentarnos en una plaza, hablamos sobre tonterías como de costumbre, y de repente ¡BOOM!, Tyler apareció con Vicky y se sentaron en el banco de enfrente a nosotros. Estaban coqueteando, él acariciaba su pelo y ella sonreía. Miré a Martin quien seguía contándome una anécdota sobre su perro, simplemente lo callé dándole un beso. Cuando me separé de él, disimuladamente volví a mirar a Tyler, quien ahora estaba besando a Vicky, un beso que fue rápidamente interrumpido por un cachetazo de parte de ella, que dio vuelta la cara de Tyler de una manera muy graciosa. Martin rió y me señaló la escena, evidentemente soy buena fingiendo porqué al parecer realmente creyó que no los estaba mirando desde antes. Martin y yo nos reíamos a carcajadas, sin disimulo, Vicky estaba discutiendo con Tyler, y al cabo de unos segundos y unos cuantos gritos ella solo se levantó y se fue, ¿la sorpresa?... Tyler no la siguió.

Seguí hablando con Martin un rato más, y Tyler solo seguía allí mirándonos fijo, claramente la situación comenzó a ser incomoda, así que solo nos levantamos y tomamos un autobús hasta mi casa. Cuando llegamos mi mamá nos estaba esperando con galletitas y nos ofreció un café, mi mamá siempre tuvo esa costumbre bonita de tratar bien a los invitados, aunque no estaba de acuerdo con que trajera a Martin, le había explicado que solo eramos amigos, pero ella sabía que había algo más y no le parecía nada bien, decía que veía algo extraño en Martin que no la dejaba tranquila, no le daba buena espina, yo apodé aquel sentimiento de mamá como "paranoia de madre sopreprotectora".

Al cabo de un rato subí las escaleras y Martin me siguió. Fuimos al balcón de mi habitación, mi lugar favorito de toda mi casa. Nunca creí que iba a decir algo como esto, pero en ese momento no deseaba estar con nadie más, solo con Martin. Miré sus ojos celestes y en ese instante le pedí al cielo siempre poder verme reflejada en ellos, escuchaba sus carcajadas y era música que sanaba mi alma. Empecé a sentirme tímida, a estar callada, solo lo escuchaba hablar, estaba empezando a tener miedo, estaba empezando a enamorarme de él y eso no formaba parte de mi macabro plan. Nos recostamos en mi cama y vimos varios episodios de la serie que habíamos acordado ver, cada tanto nos hacíamos cosquillas, o yo jugaba con su cabello, juegos que siempre terminaban en besos, besos que me hacían sentir completa, besos que poco a poco empezaron a convertirse en mi droga.