Capitulo 3

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Anonimo.

Las vacaciones pasaron rapido, y cuando me dí cuenta ya era el primer día de clases. Las ultimas semanas pasé mucho tiempo con Cecilia, es lo más cercano a una amiga que tuve en mi vida, aunque tuve "amigas" antes ninguna fue como ella conmigo, me abandonaron cuando más las necesitaba simplemente porqué creían que yo estaba loca, pero Cecilia no parece ser así, parece de ese tipo de personas que siempre se quedan. 

También pasé mucho tiempo con Martin, salimos varias veces y creo que le gusto, me ha regalado flores, comprado chocolates, dedicado un par de canciones que dicen bastante y creo que más de una vez a intentado besarme, pero no quiero relaciones amorosas por ahora. Tuve un solo novio en el pasado, pero fue una relación enfermiza, nos lastimamos demaciado, aunque creo que la que más salió herida fui yo, porqué al igual que mis "amigas", él me abandono cuando más lo necesitaba, me dijo que ya no soportaba mi enfermedad, que no podía tolerarme más, que su paciencia había acabado y tan pronto como se fué, mi mundo se desmoronó aún más, yo era un desastre, por esa razón no quiero involucrarme demaciado con nadie, no me siento muy segura de que todo salga bien, y si algo sale mal podría tener una recaida y sinceramente no quiero eso, estoy bien así, no quiero arruinar todo lo que logré avanzar. 

Estaba en la puerta de mi nueva secundaría, solo me faltaba un año para graduarme así que mi plan era tomarmelo como un trabajo, cumplir los horarios, cumplir con todas mis tareas, entregarlas a tiempo y socializar muy poco, no quería que nada me distraiga de mi objetivo, sí haría amigos sería afuera de la escuela. Yo sentía la tensión en el aire, aunque parecía ser la unica que sentía tensión, en la entrada todos se saludaban alegremente, corrían a abrazarse con amigos y amigas, y yo lo unico que esperaba era ver aunque sea una cara conocida para dejar de sentirme tan sola. Y en el instante en el que empecé a sentirme algo angustiada me encontré con unos ojos azules que conocía, Martin, estaba rodeado de amigos, hombres y mujeres, todos parecían estar contentos por su presencia, lo cúal me sorprendió, Martin no parecía ser el tipo de chico popular, ese tipo de chicos no solían querer hablar conmigo, siempre creí que era más bien un marginado en la escuela. Me miró y le sonreí, sin embargo el no me devolvió la sonrisa y siguió hablando con sus amigas y amigos, no me importó, quizás no se dió cuenta que era yo, es algo distraído. Entré a mi clase y la profesora aún no había llegado, sin embargo al parecer todos mis compañeros se encontraban presentes, eramos más de 20 y todos estaban socializando entre ellos, como siempre yo estaba siendo excluída, pero no me molestaba en absoluto, hasta me agradaba la idea de que no me vieran, quería pasar desapercibida. Martin entró y automaticamente grité su nombre

– Martin! hey! hola! – le dije sonriente como si lo estuviera esperando, aunque enrealidad desde que me senté estaba deseando que él estuviera allí. Me observo unos segundos, la gente que estaba hablando quedaron en silencio y mirandolo, como esperando atentos una respuesta de su parte, el solo frunció el ceño y me miró extrañado, como si no entendiera que es lo que estaba pasando. 

– ¿Martin? ¿que sucede? ¿hola? – seguia mirandome extrañado, como en otro mundo, me estaba empezando a poner nerviosa, y el silencio de los demás no me estaba ayudando para nada. 

 – ¿Quien demonios eres? no te conozco rarita – me respondió seco y todo el mundo comenzó a reír. 

¿Que? ¿Por qué se estaba comportando así? ¿Acaso hice algo que le molestó? ¿Estará enojado conmigo? no lo sé, lo que si sé es que su indiferencia y como se burló de mi me estaba matando, también podía seguir escuchando las risas de los demás detrás de mi, y algunos comentarios en voz baja sobre lo "rarita" que era, por desgracia tengo muy buen oido y pude escuchar todo, por más bajo que hablaran. Llegó la profesora y tuve que pedirle permiso para ir al baño, ella me miró preocupada y solo asintió, tenia muchas ganas de llorar y quizás se me estaba notando en la cara, nunca supe ocultar la tristeza. Llegué al baño y me senté en una esquina a llorar, fue una situación muy humillante y me sentí tonta, porqué me dí cuenta que sigo siendo debil, estaba empezando a querer a Martin y no debía encariñarme tan facilmente ¿Acaso no aprendí de mi horrible relación anterior? sé que Martin no es como mi ex novio, pero tampoco creí que fuera un cretino, no es que esté segura de eso, pero sí que se comportó como un cretino, gracias a él todo el curso se rió de mi y me estaba olvidando lo mal que se sentía estar tan expuesta y ser humillada, que todos los ojos se posen en tí, solo para juzgarte. 

Volví caminando a mi casa algo angustiada, tenia seca la boca y no podía dejar de pensar. Quería hablar con Martin y al mismo tiempo queria encerrarme en mi habitación, fingir que tenía 5 años de nuevo, mirar caricaturas y comer chocolates en lugar de hablar con Martin. Quizás la gente piensa que soy algo exagerada, pero la verdad, no puedo tolerar estas cosas, soy muy sensible aunque no lo demuestre, y me angustio muy facil si alguien se burla de mí, y si ese alguíen es alguien que me importa, peor aún. 

Pasaron unas horas y yo seguía tirada en el sillón, mirando la tv sin prestar realmente atención a lo que estaba mirando, estaba en otra parte, pensando, aguantando las ganas de llorar, Martin no había llamado y eso reforzaba una de mis teorias... Se había arrepentido de querer estar conmigo.

 El timbre sonó, esperé que mamá fuera a abrir, no me sentía de humor como para atender visitas. El timbre sonó por segunda vez y mamá no aparecía, con pocas ganas me levanté, abrí la puerta y para mi sorpresa, no había nadie allí. Miré hacía abajo antes de cerrar la puerta y noté que había un sobre en el suelo. Volví al sillón, agarré otro pedacito de chocolate y comencé a leerlo, era una hoja con un texto impreso en el.

Querida Belle: 

Hola ¿como haz estado? espero que estés bien y sonriendo, me encanta cuando sonries. Me gustaría verte en este momento para saber si mientras lees esto estás poniendo tu hermoso cabello rubio detras de la oreja, luces perfecta cuando llevas el cabello así. Vivo cerca de tu casa ahora y la verdad me cuesta mucho acercarme a hablarte (no te asustes, no soy un secuestrador jajaja) me siento muy inferior ante tí, siempre me sentí así, por eso nunca supe como tratarte correctamente, eres una princesa Belle, hermosa, un angel de verdad, y yo solo soy un cretino que no te merece. Ni siquiera sé porque te estoy escribiendo esto, pero quería que sepas que estoy contigo. Sé de tu sufrimiento, se nota cuando estás triste en tus hermosos ojos color miel, te ví muy angustiada en la escuela y como soy un cretino bueno para nada no puedo acercarme a tí a darte un abrazo como quisiera hacerlo, así que decidí esconderme en el anonimato y escribirte esta carta para que sepas que sí hay alguien que se preocupa por ti y que tu felicidad me hace feliz a mí, no dejes de sonreir. Eres hermosa Belle, me tienes encadenado.

Te amo. 

Anonimo.

No podía creer lo que acababa de leer. ¿Era una broma? seguramente era alguien de la escuela tratando de engañarme, alguna clase de trampa, siempre tuve pensamientos negativos cuando algo así me sucede. Pero... ¿y si era Martin? ¿y si se había arrepentido de haberme hecho eso? ¿si solo quería jugarme una broma y yo lo tomé muy a pecho? no lo sé, no quería pensar, me estaban sucediendo muchas cosas en pocos días, y el destino no me estaba dando el tiempo suficiente para que yo pudiera digerir todo. 

Stuck In The Middle (en pausa)Where stories live. Discover now