Capitulo 29

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¿Me quieres?


Era un día especial en la escuela, el edificio cumplía años y los directivos planeaban que nosotros los alumnos lo festejemos en grande. Claro, sin alcohol, ni excesos, era tan solo una kermesse, con feria, juegos, sorteos, y bandas en vivo. Iba a ser hasta la noche, lo cual me entusiasmaba un poco, nunca había estado en la escuela por la noche y tenía ganas de recorrerla.

Toda la escuela aquella tarde estaba completamente empapelada con carteles que te recordaban constantemente que "To December", la banda de Martin y los otros que lo acompañaban con la música se presentarían dentro de un par de horas. Me crucé con Martin un par de veces en los pasillos y ambos nos sonreímos, evidentemente no me guardaba rencor por la discusión que había tenido hace un rato con Thomas, lo cual me sorprendía porqué él solía enojarse por todo, cualquier cosa que sucedía por más minúscula que fuera él lo veía como una razón para alejarse de mí, pero aquella vez no, me sonreía como si nada hubiera pasado, eso me hacía creer de que probablemente estaba cambiando y para bien.

No tendríamos clases esa tarde y se notaba en el ambiente, todos estaban felices y el día estaba realmente hermoso, todos parecían ser amigos de todos y la única intensión de los presentes era celebrar.

Cecilia, Thomas y yo la estábamos pasando excelente juntos, teníamos una amistad tan hermosa que era envidiada por todos.

El reloj marcó las cuatro de la tarde y ya era hora de las bandas en vivo. El director pidió por el altavoz que todos fuéramos al teatro de la escuela, mis amigos y yo corrimos hacia el mismo jugando una carrera, y gracias a esa carrera, que por cierto ganó Thomas, conseguimos lugar en la tercera fila. El teatro siempre fue mi lugar favorito de la escuela, junto con el salón de química (este ultimo solo por él hecho de que Thomas tomaba esas clases conmigo), porqué estar en el teatro era como tener la hora libre, era sinónimo de risas, así sea para ver una obra, a la orquesta o a la directora hablar de las aburridas normas, no teníamos que hacer tareas, estábamos todos juntos, con eso bastaba para pasarla bien.

Miré hacia la izquierda y la sonrisa de mi rostro desapareció, Tyler estaba allí, a unos pocos asientos de nosotros, con su amigos y al lado de la preciosa Vicky, estaban abrazados, y él sonreía orgulloso, como si estuviera exhibiendo un trofeo, recordé que él solía hacer lo mismo conmigo, y sonreí sarcásticamente, recordé que yo disfrutaba de estar en su lugar, que él me exhibiera orgulloso como si yo fuera él más preciado tesoro de su propiedad, su mejor descubrimiento, y de hecho, yo me esforzaba mucho para que todos los días lo hiciera, todos los días era una guerra constante contra mí tratando de verme perfecta para él, como si él mereciera salir con una persona perfecta, pero en esa guerra tratando de ser una princesa para él, me había perdido a mi misma, a mi verdadero yo, y todavía estaba tratando de encontrarme.

Ya me había olvidado como era mi vida antes de Tyler, y era evidente que me iba a costar mucho seguir viviendo sin él. A pesar de que yo había cortado con él, y por una buena razón, no podía dejarlo ir, quería correr, pero no quería hacerlo si él no iba a venir detrás de mi. No quería dejar de ser importante para él, no quería dejar de ser parte de su vida, porqué eso me hacía sentir alguien, y sin él, simplemente me sentía nadie. No podía verme si no era en él reflejo de sus ojos verdes, cada día era una tortura sin enredar mis dedos en su pelo, sin escuchar su voz en el teléfono, de hecho, hasta extrañaba sus reclamos, extrañaba celarlo, ni siquiera era alguien para reclamarle atención, pero debía encontrar la manera de obtenerla.

Las luces se apagaron y se encendió el escenario, por la luz del lugar y por la luz propia de Martin, "To December" se había apoderado del escenario, y sonaban perfecto como de costumbre. Noté que Martin me miraba, y hasta en una ocasión me guiñó el ojo, juro que por un momento sentí como si en todo el lugar solo estuviéramos nosotros dos. Volví a mirar a mi izquierda y Tyler ya no estaba abrazando a Vicky, me estaba mirando a mi, preocupado, me extrañé, no entendía porqué hasta que caí en la situación, estaba celoso de Martin y de mí. Solo lograba que Tyler me mirara, aunque sea por unos escasos segundos, cuando Martin estaba conmigo, eso me dio ideas, ideas estúpidas que en aquel momento de desesperación parecían ideas ingeniosas. Accedería a estar con Martin solo para lograr a Tyler volviera a mí, ¿Que podía salir mal?, pensaba.

En un abrir y cerrar de ojos ya eran las 6 de la tarde, estaba con mis amigos bajando las escaleras cuando un chico de aspecto familiar se me acercó, resultó ser un amigo de Martin. Me dio un papel perfectamente doblado, me sonrió e hizo un gesto para que guardara silencio. Tomé el papel y asentí. "Belle, ¿Que pasó", preguntó Cecilia que ya estaba varios escalones abajo junto a Thomas, "Nada, solo me choqué con ese chico y le pedí perdón" respondí con una gran sonrisa escondiendo el papel en mi espalda, me estaba volviendo realmente buena en mentir.

Estábamos los tres sentados en el pasto del patio de la escuela, yo moría por saber que decía el papel, así que les comenté que debía ir al baño. Me levanté y me dirigí hacia el baño. Apenas entré, saqué el papel y vi lo que decía. "Te espero en la terraza a las 8. Martin" era el contenido de aquel papel, lo volví a guardar y me miré en el espejo, tenía una sonrisa dibujada en mi rostro, iba a poder concretar aquel "ingenioso" plan para que Tyler volviera a fijarse en mí.

Los minutos pasaron hasta que finalmente se hicieron las 8. Logré perder de vista a Thomas y a Cecilia y le pedí al cielo que no me buscaran. Subí las escaleras y allí estaba Martin, esperándome, con su pelo perfectamente despeinado como siempre, sonriéndome, mirándome con sus ojos celestes como el cielo.

— Hola — apenas pude articular. Siempre fui de ponerme nerviosa por nada.

— Hola Belle. Pensé que no vendrías y me dejarías aquí esperándote ... — me dijo y solo sonreí, no supe que responderle.

— Emm ¿quieres sentarte? — me preguntó y señaló un banco que se encontraba en una de las esquinas de la terraza. Ya era de noche y había una brisa especial, una brisa fresca de esas que aparecen en verano y te alegran la vida.

Le comenté que la noche estaba hermosa, y así comenzó aquella conversación, como todas, hablando del clima, de lo linda que estaba la noche, y en pocos minutos estábamos hablando de tonterías. Burlándonos de los más raros de la escuela (lo cual era algo irónico, ya que yo siempre fui considerada uno de ellos), riéndonos de las chicas más populares que hacían de todo para llamar su atención, y hasta hicimos bromas sobre la manera muy peculiar que tenía de caminar la directora de la escuela.

— ¿Quieres un chicle? — le pregunté.

— Prefiero que me des el tuyo — me respondió con una sonrisa en su rostro.

— ¿El mio? — pregunté sin entender a que se refería.

Y antes de que pudiera si quiera pensarlo, sus labios estaban junto a los míos. No sé como describir aquel beso, por alguna razón no tengo recuerdos muy marcados de aquella noche, lo que sí recuerdo es que yo disfrutaba los besos de Martin como si fueran los últimos, nunca se sabía. Cada tanto me separaba de él para poder ver sus ojos celestes que me miraban con deseo, lo cual me extrañaba y me gustaba, nunca antes me había mirado así.

— ¿Me quieres? — le pregunté en un susurro.

— Te quiero — me respondió y siguió besándome.

Al oír aquellas dos palabras mágicas, se me heló la sangre, sentí un escalofríos por todo el cuerpo. "Te quiero" eran unas palabras muy usadas por todos, pero era todo un logro poder hacer que esas palabras salieran de la boca de Martin, de hecho, podría apostar que tampoco se lo decía a su madre. Afortunada es la palabra que definía como me sentía en ese momento, y aunque solo fuera mi imaginación, aunque solo fuera una ilusión mía, me sentía querida... y me sentía bonita.

Martin tenia esa particularidad, me hacía sentir hermosa tan solo sentándose a mi lado. Era alto, de tez pálida, ojos celestes, cabello castaño perfectamente despeinado, se vestía como una estrella de rock y de hecho, al estar con él, sentías que de verdad estabas con una estrella de rock porqué tan solo con caminar por los pasillos de la escuela, lograba que todas las miradas se fijaran en él. "Si él se fijo en mí es porqué soy bonita" pensaba. En cambio Tyler, aunque se creyera el "conquistador de mujeres", al final del día simplemente era como yo, un don nadie. Y de hecho, jamás me había hecho sentir bonita, ¿amada?, claro, siempre me hizo sentir amada, pero de una manera enfermiza y claramente eso nunca terminaría bien. Lo de Martin tampoco tenia un futuro muy seguro, sabía que quizás estar con él no era lo correcto, pero tampoco creí que lo nuestro terminaría por llevarse lo poco de cordura que me quedaba. 

Stuck In The Middle (en pausa)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum