Only 4 U (Yeongyu)

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Y jodidamente me encantó.

Beomgyu se llevó un dedo a los labios, y el brillo de sus ojos se convirtió en un territorio travieso mientras bajaba y tomaba mis bolas en su mano.

Les dio un fuerte tirón antes de rodearlas con el pulgar al mismo tiempo que rodeaba mi coronilla con el puño y hacía algo con los dedos que me hacía abrir la boca y agitar los párpados cuando el placer se disparaba en mí.

Hice un sonido que nunca antes había emitido, una especie de cruce entre un gruñido y un aullido que probablemente replicaba de cerca el sonido que emitió el primer hombre en descubrir el fuego.

Beomgyu ya ni siquiera estaba haciendo la típica sacudida hacia arriba y hacia abajo. No, de alguna manera era un asalto multidimensional de placer desde todos los lados.

—Oh Dios.

Mis caderas giraron tratando de seguir su ritmo, y cuando Beomgyu habló en un suave y engatusador arrullo.

—Shhh, relájate y déjame... —Estaba bastante seguro de que eso había estado en el guion, pero sonó exponencialmente más caliente en el calor del momento, entonces lo perdí.

Necesité todas mis reservas para mantener una mano agarrando el teléfono.

—Mierda. Oh, carajo. —Quise agarrar el toallero con la otra mano, pero en su lugar acabé clavando los dedos en el hombro de Beomgyu mientras estallaba en chorros calientes y gruesos que se clavaron en mi pecho y recorrieron sus nudillos como un flujo de lava.

Beomgyu me apretó las bolas y me acarició desde la base hasta la punta con largos y lentos tirones hasta que me quedé total y completamente agotado. Lo único que quedaba eran unas cuantas sacudidas y estremecimientos mientras Beomgyu exprimía hasta la última gota de éxtasis de ese orgasmo.

—Santo... infierno. —jadeé. Las ganas de devolverle el favor eran abrumadoras, y supuse que el orgasmo debía de haberme hecho delirar un poco. Pero no lo cuestioné; me dejé llevar.

Salí de la bañera, goteando por todo el suelo, mientras buscaba la cintura de los pantalones de Beomgyu. Me miró con desconfianza, pero me dejó bajarle los pantalones hasta los muslos.

Cuando me quitó la cámara de la mano, dudé.

—¿Seguro que quieres hacerlo? —El escepticismo en su expresión no hizo más que reforzar mi determinación de darle, aunque sea una pizca de lo que él acababa de darme.

Asentí con la cabeza y me pasé la mano por el desorden de mis abdominales. No estaba dispuesto a que un supuesto maestro juzgara mis habilidades de paja seca y, después de su reciente actuación, no tenía ninguna duda sobre sus afirmaciones ni sobre las futuras.

Esta había sido fácilmente la mejor paja que jamás había recibido en mi vida.

Pasé mi mano ligera e ineficazmente sobre su eje, lo que me hizo parecer que no sabía qué carajo estaba haciendo. Me concentré y apreté mis dedos alrededor de él. Yo era un tipo bastante grande, y aunque Beomgyu no era un tipo pequeño en el departamento de penes, mi mano envolvió su pene como un guante de gran tamaño.

Dejó que le devolviera el teléfono y se estremeció cuando el calor de mi palma se encontró con el calor de su piel.

Un pequeño empujón de sus caderas hizo que la piel de su eje se deslizara deliciosamente en mi agarre. Se mordió el labio inferior mientras gemía.

—Eso es. Mierda.

—Quiero que te sientas bien. —Pensé que eso había estado en nuestro guion en alguna parte. Una de las líneas de Beomgyu, tal vez. Supongo que la había robado, pero lo decía en serio. En parte, era un extraño sentido del ojo por ojo, y en parte era pura curiosidad mezclada con un espíritu competitivo sobre si yo sería bueno en conseguir que se corriera.