Only 4 U (Yeongyu)

7

Yeonjun

Mis hombros estaban más sueltos y mi bíceps se sentía un poco mejor, a pesar de que Beomgyu lo había atacado como un mazo. Me lo había torcido en el entrenamiento anterior y apreté los dientes durante el resto de los ejercicios, porque no quería que el entrenador lo notara. Tuve que pasar la segunda mitad de los entrenamientos de primavera y no hacer nada durante los entrenamientos de verano después de que me destrozara el hombro en una competición que acabó con mis posibilidades de ser reclutado. Ahora que ya estaba mejor, quería aprovechar al máximo la temporada del último año y mi última oportunidad.

El calor permaneció en mi piel donde Beomgyu me había tocado la parte posterior de mi cuello. Esos toques habían sido más ligeros, más suaves, pero los había sentido más profundamente en mi estómago, una sensación de zumbido que no estaba seguro de cómo interpretar.

Estudié su perfil mientras él miraba fijamente la pantalla, sus labios se abrían en una parte suave. Su pulso latía constante y visiblemente contra el costado de su garganta, y tenía esas pequeñas puntas onduladas de cabello rojizo-dorado que se movían con el aleteo de sus latidos.

Levantó una mano y se tocó el hueco de la garganta, y por alguna razón yo también lo sentí, en ese mismo pozo profundo de mi estómago, como si fuera a mí a quien él hubiera tocado.

Cuando mi pene dio un respingo de conciencia, fruncí el ceño y presioné el talón de mi palma contra él. Al fin y al cabo, me estaba viendo a mí mismo masturbándome, así que la excitación era probablemente natural, aunque fuera mi propio pene el que aparecía.

Pero cuanto más miraba, más me daba cuenta de que no era necesariamente el vídeo lo que me estaba poniendo duro. Era ver a Beomgyu viéndolo, preguntándome si lo estaba excitando, buscando la evidencia de que así era. ¿Sentiría lo mismo si fuera una chica? Me miré a mí mismo y decidí que sí, que probablemente lo haría. ¿Quizás? Sin embargo, Beomgyu era un poco diferente a todo lo que conocía. Chico o chica.

Las yemas de sus dedos seguían moviéndose, frotando ese pequeño plato de piel en la base de su garganta mientras lo observaba, con las cejas inclinadas hacia abajo.

Estaba en el borde de mi habitual asiento con la anticipación de su crítica, como si acabara de entregar una película estudiantil de mierda a Richard Roeper y estuviera esperando el dolor de la honestidad brutal.

—¿ Beomgyu?

Parpadeó y dejó de mirar la pantalla, levantando los ojos hacia los míos, expectantes. Por un momento no estuve seguro de lo que había estado a punto de decir, si estaba comprobando cómo estaba o intentando preguntarle algo más. Era una sensación jodidamente extraña, y últimamente la notaba cada vez más cuando estaba cerca de él.

Nunca me había importado mucho si le agradaba a alguien o no, pero por alguna razón realmente quería gustarle a Beomgyu. Mierda, eso sonaba estúpido. Lo siguiente sería preguntarle si mi ropa estaba bien.

Hice un gesto con la barbilla hacia la pantalla.

—¿Qué te parece? ¿Es malo?

Arrugó la nariz, pensativo. —Tienes razón sobre el vapor. Es un poco molesto, el vapor físico, no el índice de vapor, que está por las nubes, jaja. Y hay más movimiento de cámara de lo habitual... Quiero decir, por lo que recuerdo —corrigió rápidamente—. Sin embargo, es muy caliente. Probablemente tus fans se alegrarán de tener algo nuevo de ti. Nadie lo va a analizar y criticar como lo hice yo o algo así.

—Te sorprendería.

—Probablemente no, ahora que lo pienso. La gente puede ser muy imbécil. ¿Es raro tener fans de tu pene? Como, ¿eso es todo lo que saben de ti? Sólo esa enorme verga de Kraken que... —Agitó una mano con un suave resoplido—. Ya me entiendes.