Only 4 U (Yeongyu)

8

Yeonjun

—¿Esto es todo?

—Esto es todo. —dijo Beomgyu ligeramente, dando un paso alrededor de mí para cerrar la puerta de su habitación.

Busqué en los rincones de su habitación, hice otro barrido visual desde las estanterías repletas de libros hasta las fotos artísticas en blanco y negro de sus paredes, intentando averiguar si me estaba perdiendo algo. Cuando dijo que tenía una "idea súper erótica", esperaba... no sé. Esposas peludas, o crema batida, o... algún tipo de escenario sensual. ¿Un columpio sexual?

Sí, probablemente eso no. Había pasado mi entrenamiento matutino y todas mis clases pensando en ello. Había tenido un semi durante la mayor parte de mi clase de kinesiología.

Pero esto era sólo la habitación un poco desordenada de un universitario.

—Okay.

Beomgyu se rió ante la decepción de mi voz y me dio un golpe en el bíceps al pasar.

—Desnúdate y te lo desglosaré. Vas a tener que confiar en mí en este momento. Vamos. Tenemos una hora entera, y no quiero desperdiciar nada de ella por si acaso.

—¿Por si acaso qué?

—No lo sé. Sólo en caso de que necesite tiempo extra para... —Agitó una mano distraídamente—. Si meto la pata en algo. No lo haré, pero sólo lo digo. El tiempo extra siempre es bueno.

Me saqué la camiseta por la cabeza y la tiré a un lado, mientras mi atención se desviaba hacia Beomgyu, que apoyaba el culo en el brazo de un sillón y lo acercaba a la ventana. El sol brillaba en la coronilla de su cabeza, haciendo que los mechones fueran de un cálido rojo dorado.

También tenía un pequeño puñado de pecas justo debajo de los ojos, algo que nunca había notado antes.

Recogió la ropa del suelo, arrojándola sobre su cama, y ajustó las persianas para que la luz del sol entrara por el sillón. El sillón tampoco era nada del otro mundo; era un sillón estándar acolchado a cuadros.

Rebuscó entre el montón de cosas que tenía sobre la cama y sacó una manta blanca, luego se dispuso a arropar la silla para tapar los cuadros.

—No te ofendas, pero esto parece un poco... ¿básico?

—Es básico, esa es la cuestión. Este video en particular va a ser caliente por eso. Además, la luz va a entrar en ángulo y va a formar todo tipo de sombras sexy en tu enorme pecho de He-Man. También podríamos mostrar las gloriosas recompensas de todas esas horas que pasas en el gimnasio.

Beomgyu jugueteó un poco más con la manta, luego se dio la vuelta y se detuvo, mirándome fijamente. Extendió una mano sobre su pecho.

—Wow. Dios —Sacudió la cabeza con una sonrisa burlona—. Ni siquiera digas 'qué'. Puedo ver cómo se forma en tus labios, y sabes qué. Nadie pasa tanto tiempo en el gimnasio y no sabe cómo se ve sin camisa.

Me miré a mí mismo, luchando contra una risa.

—Acabas de pasar de hacer un cumplido a hacerme sentir extrañamente cohibido.

Y lo estaba, pero también había otro sentimiento que lo envolvía. Una sensación cálida entretejida con la provocación que hizo que los pelos de mi brazo se erizaran de conciencia.

—De nada. Déjate los bóxers puestos —dijo cuando enganché el pulgar detrás de la cintura—. En realidad, no, quítatelos. Los bóxers son aburridos. Tengo algo mejor.

Metió la mano en un cajón, moviéndose con eficiencia empresarial, sacó un par de calzoncillos y me los lanzó antes de volver a su negocio de pellizcar y meter con la silla.