Only 4 U (Yeongyu)

14

—Demonios, amigo, realmente lo estás persiguiendo. —Maldita sea, eso sonó... nada sexy.

La mano de Yeonjun se frenó y luego se detuvo. Dejó escapar un suspiro del que me hice eco.

—Esto no está funcionando, ¿verdad? —Dejé la maquinilla de afeitar.

—Creo que lo estamos pensando demasiado —Se asomó por la cortina con una sonrisa de disculpa—. Me cuesta concentrarme.

—Todo lo que estamos diciendo suena obviamente falso. Quiero decir, no es que sea diferente de un porno normal, pero nos está desconcentrando, supongo.

Yeonjun apartó más la cortina y yo clavé mi mirada en su rostro y no en la gloria desnuda de su cuerpo, sus cuádriceps enormes, sus brazos gigantes y su Cocktimus Prime desfalleciente.

Se pasó una mano por el pelo, quitando el agua de su corona dorada.

—¿Y si intentamos algo diferente? Estamos tratando de hacer que suene natural algo que simplemente... no lo es. ¿Qué tal si nos inclinamos hacia esto? Entrar de lleno en la fantasía. Sonamos como si tuviéramos miedo de que la otra persona se burle de nosotros. ¿Y si aceptamos la premisa ridícula? Nos metemos de lleno en ella. Si decimos alguna mierda ridícula, ¿a quién le importa? Si nos reímos el uno del otro o lo estropeamos, da igual.

Asentí lentamente y tragué. —De acuerdo, me apunto a intentarlo — Dejé que mi mirada bajara hasta su semi y me lamí los labios—. Realmente quiero tocarte. —confesé.

La mirada de Yeonjun se dirigió bruscamente hacia la mía, con una expresión de desconcierto, como si lo hubiera tomado desprevenido. ¿Tal vez se suponía que debíamos hacer una cuenta regresiva o algo así?

—¿De verdad?

¿Yeonjun quería que me meta en esto de lleno? Lo iba a conseguir. Asentí con la cabeza.

—¿Puedo?

Me dio otro de esos asentimientos lentos y con los ojos vidriosos.

Cerrando los ojos, estabilicé mi respiración, luego los abrí y presioné hacia adelante con decisión, envolviendo mi mano alrededor de su pene.

Oh, Jesús, era enorme. Enorme, sedoso y húmedo y tan jodidamente caliente en mi mano que se me hizo agua la boca.

Lo apreté, y los ojos de Yeonjun se cerraron por un segundo mientras hacía una mueca de placer, luego pareció recordarse a sí mismo.

—No soy... no soy... yo no... maldita sea.

Cocktimus Prime, término formado a partir de la unión de dos palabras: Cock (pene) y Optimus Prime (Robot extraterrestre gigante de la franquicia Transformers)

Me mordí una sonrisa.

—Está bien —le dije suavemente, tranquilizándolo—. Sólo déjame ayudarte. De compañero a compañero. No es gran cosa. Se siente bien, ¿verdad? De eso se trata, de hacerte sentir bien. No tiene que significar nada más.

—Dios mío —susurró Yeonjun, con los ojos clavados en los míos, y la confusión volvió a aparecer en su expresión. Era obvio que estaba dudando sobre si esto era alguna parte del guion que había olvidado o si era yo quien se dejaba llevar por la corriente. Frunció los labios como si estuviera a punto de decir algo, pero en su lugar dejó escapar un lento suspiro, con la mirada puesta en mi mano—. ¿Estás seguro?

—He estado pensando en esto todo el puto día, créeme. —Tampoco tuve que fingir sobre eso.

Bailé con las yemas de los dedos sobre la cabeza de su pene y acaricié con el pulgar la apretada raja de Yeonjun hasta que me regaló un resbaladizo chorro de líquido preseminal y una lenta y cuidadosamente medida exhalación de él. Sabía que goteaba como un hijo de puta. Ahora que el juego estaba en marcha... No podía esperar a tenerlo goteando.

—Mierda —susurró mientras yo empezaba a bombear su eje—. Oh, mierda, eso es tan jodidamente bueno, Beo-quiero decir Ben.

Se mojó los labios distraídamente y buscó a tientas el toallero de la ducha, agarrándolo con fuerza, con los nudillos palpitando al ritmo de mis caricias. Con la otra mano, agarró la cortina de la ducha. Podía apostar a que él ni siquiera se dio cuenta, pero yo sí. Me deleité con las pequeñas señales de que se estaba deshaciendo, empapándome de ellas mientras me ponía más duro.

Tuve que concentrarme para mantener la cámara apuntando al lugar correcto con mi mano libre, hipnotizado como estaba por el movimiento hacia adelante y hacia atrás de sus caderas, cómo los poderosos músculos de sus cuádriceps, culo y muslos se flexionaban y contraían mientras follaba en mi puño.

Seguí echando miradas de reojo a la cara de Yeonjun para asegurarme de que se sentía bien y de que él estaba bien, aunque pronto se hizo evidente que no lo necesitaba. Yo era bastante bueno cuando se trataba de masturbar a un tipo o de chupársela, y la expresión de felicidad de Yeonjun lo reflejaba.

Tampoco tenía nada que demostrarle. No podía cambiar su sexualidad y, en cierto modo, eso añadía un elemento de liberación a esta experiencia cuando pensaba en ello.

Era libre de satisfacer todas las fantasías subyacentes de chico heterosexual que alguna vez había tenido, y estaba empeñado en disfrutar al máximo tachando esta casilla mostrándole el mejor maldito momento que jamás tendría con un chico.

Además, no todos los días tenía un pene del tamaño de Maryland haciendo valer los derechos de los estados en mi mano. No podía esperar a metérmelo en la boca, eventualmente. Entonces sí que empezaría realmente la diversión.