Only 4 U (Yeongyu)

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Ojo con esa anotación.

—Te lo estás perdiendo. Búscalo en Pornhub la próxima vez y a ver qué te parece —Se dirigió a mi espalda, frotando más aceite sobre mí antes de dar un fuerte golpe a mi hombro—. Creo que estamos listos. Ve a sentarte en la silla y hagamos esto.

—No me has puesto nada en el culo.

Silencio. Entonces Beomgyu se rió.

—¿En serio?

Había bromeado un poco, pero maldita sea, había lubricado todo lo demás en mí aparte de mi pene, y ahora tenía curiosidad por saber si lo haría.

—Claro, ¿por qué no?

—Ohhhhhkey. —Enganchó sus dedos en la cintura de los calzoncillos y los bajó sobre mi culo. Sus cálidas palmas se deslizaron con firmeza sobre mis mejillas—. Jesús, parecen rocas. ¿Crees que podrías romper una nuez entre ellos?

—Nunca lo he intentado. —Me reí y luego ahogué un gemido cuando apretó mientras simultáneamente presionaba sus pulgares en los hoyuelos sobre mi trasero. Era uno de esos puntos que me hacían flaquear las rodillas, y una de las pocas ocasiones en las que el entrenador del equipo me hacía trabajar y el gemido que soltaba era de placer.

Beomgyu lo hizo de nuevo en el otro lado, y esta vez sí se escapó un gemido. Jesse me dio un ligero golpe en la mejilla.

—Uh-uh, nada de eso. No hasta que la cámara esté encendida.

¿Y por extraño que parezca? Fue la palmada combinada con la reprimenda lo que me hizo pasar de estar semiduro a estar totalmente empalmado.

Me ajusté la erección a través del spandex, y Beomgyu me lanzó otra mirada de mando que hizo que mi pene se retorciera.

—Yeonjun. En la silla. Ahora.

Riendo, tomé asiento. —Muy bien. Si vas a dirigir, hazlo.

Me imaginé que simplemente sacaría mi pene y empezaría a acariciarlo, pero de repente la idea de que Beomgyu me dijera lo que tenía que hacer era más atractiva. Menos intimidante de alguna manera.

—Esperaba que dijeras eso. Dios, esa luz del sol es perfecta. Espera.—Levantó su teléfono, tomó una foto y me mostró la pantalla.

Yo no era de los que se miran mucho en un espejo, pero entendí lo que quería decir sobre la luz y las sombras. Definitivamente tenía un ambiente.

Con la manta blanca que cubría la silla, la pared gris pálido en el fondo, y el sol derramando oro cálido, sobre todo, parecía una de esas sesiones artísticas de Instagram que a mi hermana Lia le gustaba hacer con sus plantas de aire y suculentas. Salvo que lo hacíamos con mi pene, y no había forma de que yo pudiera presumir de este arte ante ella.

Le devolví la cámara. —Me gusta.

—Bien. De acuerdo —Beomgyu se golpeó el labio inferior, y entonces sus cejas se dispararon—. Oh, Dios mío, acabo de tener otra idea realmente buena. Demonios, esto es divertido. Eres como mi propio muñeco sexual privado —Agitó una mano violentamente en el aire—. Quiero decir, no así, pero... ya sabes lo que quiero decir.

— Beomgyu.

Intenté una táctica diferente, ya que me di cuenta de que se estaba poniendo nervioso, y mantuve mi voz baja y firme mientras me movía en la silla.

—¿Sí?

—Dime qué hacer.

Parpadeó y luego asintió lentamente antes de entregarme la botella de aceite para bebés que había estado usando.