Only 4 U (Yeongyu)

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—¿Eso al menos es una cosa real?

—Si no lo es, debería serlo. Conozco a mucha gente que definitivamente lo tiene.

No podía estar en desacuerdo con él, y por una fracción de segundo me olvidé por completo de los cincuenta millones de posiciones comprometedoras en las que lo había visto. Pero entonces empujó la puerta y se apoyó en el marco. Apenas había una zona plana en él. Todo era elegante, en relieve y tallado. Bíceps inclinados hacia los tríceps. Pectorales acolchados, grandes antebrazos. Incluso su pelo tenía una caída que resaltaba los distintos tonos de oro.

—Tus poses en el marco de la puerta están en su punto. Una proporción perfecta entre bíceps y mangas abultadas. ¿Cuánto tiempo te llevó perfeccionarlo? —Arqueé una ceja.

Yeonjun se miró el brazo y se rió. —Supongo que tuve suerte y lo clavé en el primer intento.

Bueno, eso salió mal. Me pregunté qué más había clavado en el primer intento. Me aclaré la garganta y dirigí el pulgar hacia mi portátil abandonado.

—¿Qué pasa? Estoy en medio de algo. —Técnicamente, estaba en medio de la lectura de la semana siguiente para Computación Avanzada y no retenía nada.

—Oh. Sí. Lo siento —Dejó caer el brazo del marco y metió una mano en el bolsillo de sus pantalones de chándal azul marino, que eran casi tan buenos como los pantalones grises. Casi. La desventaja del azul marino era que ocultaba más que el gris—. Sólo quería decirte que te sientes con nosotros si quieres. En clase, quiero decir. La mayoría de los chicos son geniales. No dejes que Hyunjin te incomode.

Contrólate, hombre. Deja de imaginar cómo se flexionaban sus bíceps mientras se masturbaba en la fiesta de los Lee. Se me ocurrió que debía de haberse limpiado bien ahí dentro, porque me había chocado de lleno con su pecho y ni siquiera lo había olido. Oh, Dios, ahora no sólo había visto repetidamente a mi compañero de piso masturbándose, sino que también me había chocado literalmente con su semen.

—Okay, gracias por la oferta. Quiero decir, lo sé. Sólo quería sentarme con mi... amigo hoy.

—¿Era el tipo de las gafas el que estaba a tu lado?

Un respingo interno. ¿Habíamos intercambiado nombres? No creo que lo hayamos hecho. Asentí con la cabeza. —Sí, es él. Es un buen tipo. De todos modos, gracias por la oferta.

—Genial.

Pensé que habíamos terminado, pero Yeonjun se demoró y, tras un par de segundos de silencio, se adelantó y se invitó a entrar. Se detuvo ante mi estantería y recorrió con un dedo los lomos de los libros que había traído de casa. Había tenido la estúpida idea de conocer al amor de mi vida y compartir con él todos mis favoritos. Hyunjin odiaba la lectura, y yo nunca había estado con nadie el tiempo suficiente como para molestarme.

—Creo que he leído uno de estos, tal vez —Su dedo se había detenido en un lomo color berenjena de Thrice Bound By Oath—. Fueron muy grandes en su día, ¿verdad?

—Todavía lo son. Es mi serie favorita. La releo entera al menos una vez al año. Lucha de espadas, intriga, romance, traición, declaraciones de lealtad —Hice una pausa para suspirar con nostalgia—. Y toda la representación LGBT que un niño gay con ojos de estrella como yo podía esperar. Estaba obsesionado cuando era adolescente. Quizás todavía lo estoy, pero shhh. Vivieron bajo mi cama durante años en casa para que no se perdieran o se destruyeran.

Las cejas de Yeonjun parpadearon con una preocupación tan evidente que casi me sorprendió.

—¿Tus padres no están de acuerdo con que seas gay?