1-Grimmauld Place

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Era una mañana como cualquier otra en Grimmauld place, los únicos dos ocupantes de la casa tenían la misma pelea matutina de siempre.
-¡Hey Lunático! -gritaba Sirius mientras azotaba la puerta del baño.
-¿Qué rayos quieres? Hay otros 3 baños en la casa, sin contar el de tu habitación -respondió Remus desde la ducha.
-Tú muy bien sabes que esos baños están asquerosos. No me gustan, yo quiero éste -dijo el animago mientras intentaba abrir la puerta.
El ex-profesor Remus Lupin se había ido a vivir con su amigo de toda la infancia por dos razones. La primera era que la casa en la que el vivía antes de que el profesor Dumbledore le ofreciera trabajo estaba ya muy vieja y se caía a pedazos, y dos porque ahora que la orden estaba funcionando de nuevo le sería más útil vivir en el cuartel general.
-Remus John Lupin, te cuento tres para que salgas del baño... uno... dos... tres. Alohomora
Y con un movimiento de varita la puerta del baño se abrió mostrando a un Lupin vestido y listo para salir.
-Con que ya estabas listo -dijo Sirius con una sonrisa en los labios.
-Por supuesto, pero quería ver cómo intentabas abrir la puerta -dijo el licántropo mientras salía al pasillo y bajaba las escaleras
-Hey, ¿a dónde vas? -Pregunto Sirius mientras lo seguía
- Pues a desayunar. Voy a preparar algo muy ligero ya que en un rato tendremos a los de la Orden aquí y seguramente a Molly con un fabuloso estofado listo para la merienda.
-¿Qué día es hoy, Lunático? -pregunto Sirius mientras corría escaleras arriba-. ¿Por qué no me recordaste que hoy era la junta?, mira como esta la casa, Molly me va a matar, ¡hoy vienen todos! -gritaba desde el piso de arriba, tratando de buscar una ropa decente.
Mientras que en la cocina Lupin ya disfrutaba de una taza de chocolate caliente, mientras leía El Profeta, disfrutando de las veces que sonaban los muebles al caer Sirius encima de ellos.
Pero Sirius no era el único que sufría de caídas esa mañana. En alguna parte de Londres una metamorfomaga de nombre Nymphadora Tonks era reprendida por su madre, gracias a los tres golpes que se había dado por las prisas que tenía.
-Nymphadora, ten más cuidado -decía Andrómeda Tonks que en ese momento le servía el desayuno a su hija.
-Mamá, ¿cuántas veces te he pedido que no me llames Nymphadora? -decía la joven auror mientras su cabello se tornaba rojo intenso.
-Y tú no le cambies el color a tu madre -decía Tedd Tonks mientras le daba un beso en la frente a su hija.
-Papá, hoy es la primera junta de la Orden, Moody me pidió que vaya a la oficina para poder ir juntos al cuartel pero se me hace tarde, y por eso me estoy tropezando, no porque no tenga cuidado -dijo Tonks mientras se tomaba de un trago en licuado que le había hecho su madre.
-Entonces es por eso que dormiste aquí, ¿cierto? -dijo Tedd mientras leía El Profeta
-Sí, porqué de aquí queda más cerca el Ministerio que de mí casa.
Y dándole un beso a sus padres salió disparada a ver a Alastor Moody el jefe de los aurores.


En Grimmauld Place las personas empezaban a llegar. Los Weasley fueron los primeros, seguidos por los demás miembros de la orden. Ya era casi la hora de empezar y quedaban dos asientos libres en la mesa.
-Remus, ¿quiénes faltan? -pregunto Sirius en voz baja, señalando el asiento contiguo a él.
-Falta Alastor y Nymphadora- dijo Remus mientra revisaba los nombres de una lista.
Severus Snape que había estado atento a la conversación de los amigos no perdió la oportunidad para decir uno de sus típicos comentarios.
- Veo que no somos lo suficientemente importantes para tener la presencia de tu querida sobrina, ¿o no es así Black? -dijo Snape con su típico tono frío y burlón de voz.
Sirius que en ese momento se preparaba para contra atacar escucho el timbre de la puerta, despertando así el retrato de su difunta madre, que se encargaba de insultar a todos los ocupantes de la casa.

-¡Traidores de la Sangre en mi casa, que deshonra para la familia Black!- eran las cosas que se escuchaban por parte del retrato de la señora Black
-¿Qué no les dijeron que no tocaran el timbre?- dijo un irritado Sirius que salía del comedor donde se harían las reuniones.
-Tranquilo, ve y abre la puerta que yo calmaré a tu madre- dijo Lupin saliendo tras él y subiendo las escaleras.
Afuera Moody le había propiciado un manotazo a Tonks por haber tocado el timbre
-¿Qué tiene de malo?- decía con voz inocente la joven auror.
-Te dije que no lo tocaras.
-Ya, perdón.
-¿Qué no se te dijo que no tocaras el timbre?- dijo un irritado Sirius Black que no se había percatado de quien estaba en la puerta.
-Perdón tío, fue un accidente. Ya sabes, la costumbre- dijo sonriendo Tonks, mientras se alegraba al ver la sorpresa en la cara de Sirius.
-Nymphadora, Alastor, son ustedes los que faltaban - dijo abriendo más la puerta para que pasarán los recién llegados.
-No me llames Nymphadora, sólo Tonks.
-Sigue sin gustarte el nombre, ¿cierto? -dijo Sirius mientras abrazaba a su sobrina que no había visto en muchos años ya.
-¿Dónde están los demás, Black?- preguntó Ojoloco.
-Vamos, están en la cocina -dijo Sirius, que iba tras Moody.
Remus bajaba las escaleras después de haber tapado el retrato de la señora Black, y no se fijó que quien estaba en el vestíbulo no era Sirius.
-Sirius ya quedó el asunto del retrato -gritó Lupin mientras hacía un gesto de satisfacción con las manos.
La voz de Lupin hizo que Tonks se espantara, por lo que esta volteo y dio unos cuantos pasos atrás. Con lo que no contaba Tonks era con el paragüero en forma de pata de Troll que estaba en su camino, provocado así una de sus conocidas caídas.
Remus que vio todo como si pasará en cámara lenta, en un movimiento rápido y seguro sostuvo a la chica de la cintura justo antes de que ella tocará el suelo.
-¿Estás bien?- dijo Remus, al ver que la chica no abría los ojos.
-Claro que no lo estoy, me has dado un susto de muerte -dijo Tonks.
-Perdón, pensé que eras Sirius.
-No te preocupes- dijo muy apenada Tonks que se había dado cuenta de donde tenía las manos y la cercanía que tenía con el desconocido.
Remus que había notado el sonrojar de la chica se incorporó quitando las manos de la cintura de esta. Ella muy apenada había cambiado inconscientemente el color de su cabello que ahora era rosa chicle.
- Tu cabello... ¿cambió?- dijo atónito Remus-. Espera, tú eres metamorfomaga, ¿cierto?
-Sí. Me llamó Tonks, un placer ... -dijo extendiendo la mano hacía el desconocido.
-Disculpa mi falta de educación. Soy Remus Lupin -dijo mientras estrechaba la mano de la chica y por alguna razón se sonrojaba-. Tonks es un nombre extraño para una chica - dijo Remus tratando de distraerla para que no notará el tono de sus mejillas.
-No es mi nombre -dijo Tonks sonriendo por el color en las mejillas de Lupin-. Me llamó Nymphadora, pero no me gusta- dijo mientras cambiaba su tono de cabello al habitual.
-En ese caso, un placer Tonks -dijo Remus que se acercaba a la joven para plantarle un beso en la mejilla-.Tú puedes llamarme como quieras -dijo mientras sonreía, y se percataba del cambio de color en las mejillas y cabello de Tonks.
Tonks había sentido la voz, las manos y los besos de Remus tan familiares que de pronto supo quien era él y se sonrojo aún más. Justo cuando se lo iba a decir alguien salió del comedor y los interrumpió.
- Remus, Nymphadora, no es mi intención interrumpir, pero solicitamos su presencia para poder comenzar -dijo Albus Dumbledore.
-Claro, profesor. Por favor pasa- dijo Remus que como buen caballero le dio paso a Tonks.

Y así, por fin los 2 se sentaron en los lugares que quedaban, juntos y sonrojado decidieron poner atención a las palabras del director.

Luna de coloresWhere stories live. Discover now