la academia distrital melancholy a primera vista puede aparentar ser como un colegio común y corriente, pero al cruzar la puerta se conocen muchas historias, la de cada alumno, la de sus amigos, la de los profesores y hasta la de sus familias. serim...
serim y woobin intercambiaron miradas, apenados por la situación pero a la vez aún consumidos por la ira.
sí, tendrían que resolverlo... pero no hoy.
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—¿y ustedes qué piensan de lo ocurrido hoy?... con el profe rim y el señor seo.
taerae soltó en la mesa, sus demás amigos comían o al menos fingían hacerlo.
—yo digo que esos dos se estaban peleando por el corazón del profe allen —habló hyeongjun—y perdón que lo diga, matt... pero es que tu papá tiene mucho levante.
—totalmente de acuerdo —dijo chaehyun.
matthew no respondió, solo suspiró y jugó un poco con su comida. taerae lo vio, preocupado.
—¿qué pasa, matt? —preguntó—desde que saliste de la cita con el profesor sangwoo... estás así.
matthew lo pensó por unos segundos antes de responder y vio a su mejor amigo, sonriéndole de manera despreocupada.
—solo estoy ansioso por los exámenes... es eso.
—¿seguro?
—mh, sí.
—yo le doy la razón a matt —esta vez quien habló fue minhee—eso es algo que también me tiene ansioso y full estresado... que horror.
—¿pero tú de qué te preocupas? —taerae se cruzó de brazos, mirándolo—chae y tú tienen la vida resuelta... sus padres les pueden pagar las mejores universidades y listo. en cambio yo, debo esforzarme mucho para entrar a la universidad de busan y así estar más cerca de junhyeon.
los mellizos se mantuvieron en silencio, no querían hablar.
si tan solo supieran la verdad.
—no debemos confiarnos igual... queremos que sea por nuestro propio mérito —mencionó chaehyun.
—eso es válido —hyeongjun asintió.
wonjin se limpió la boca con la servilleta y se levantó de la mesa.
—ya regreso.
nadie le prestó mucha atención, así que se fue directo al baño y se encerró en uno de los cubículos; se arrodilló frente al inodoro, se metió los dedos dentro de la boca y comenzó a provocarse el vómito. en cuestión de segundos, logró sacar todo de su estómago y tomó aire, realizar esa tarea siempre lo dejaba agotado.
se levantó y bajó la palanca, cuando abrió el cubículo y salió se quedó helado al ver quién lo esperaba.
era hyeongjun.
—¿por qué?...
—jun...
—¡wonjin! —hyeongjun lo abrazó con fuerza, su mente frágil y adolescente aún no podía comprender del todo lo que ocurría—... no, no lo hagas más... ¡está mal!
