la academia distrital melancholy a primera vista puede aparentar ser como un colegio común y corriente, pero al cruzar la puerta se conocen muchas historias, la de cada alumno, la de sus amigos, la de los profesores y hasta la de sus familias. serim...
lo haría después, solo esperaba que el chico no estuviera muy molesto.
—hola, riri —escuchó la dulce voz de su hermana mayor, xiaoting—. ¿qué haces?
—hola, ting... —contestó—hago mi trabajo final de contabilidad. es pesado, la verdad.
—me imagino, riri... si necesitas ayuda, dime.
—claro que te diré —le hizo saber con una sonrisa mientras escribía en la computadora—, eres la hermana más inteligente que puede existir.
xiaoting solo soltó una risa, su hermano siempre se encargaba de halagarla cada que tenía oportunidad. ella tenía 23 años, estudiaba administración de empresas y tenía un futuro prometedor; al igual que ricky, solo que él tenía otros planes a escondidas de sus padres.
ricky quería ser diseñador de modas, no administrador.
¿cómo lo lograría? ¡nadie sabe! pero de que lo haría, lo haría.
—xiaoting —la voz de su madre retumbó en los oídos de todos—, ¿puedes salir? debo hablar con tu hermano.
la chica solo vio a ricky con un rostro de preocupación y él le sonrió, indicándole que todo estaba bien. ella asintió y salió de la habitación, dejándolo a solas con su madre.
—¿qué ocurre, mamá?
—me gustaría saber sobre tu nuevo romance... con ese mocoso de ese barrio de mala muerte.
ay no.
¿cómo se había enterado de gyuvin?
—mamá... yo-
—no digas nada, riri —ella no lo dejó hablar y era evidente que no lo dejaría defenderse—. solo quiero que sepas una cosa y es que tu papá y yo fuimos los primeros en apoyarte cuando saliste del clóset, diciéndote que amor era amor y todas esas cosas de padres ejemplares... pero una cosa es que salgas con un hombre rico y otra muy distinta a que salgas con un hombre pobre —la mujer se acercó hasta él, tomando su rostro con cierto desdén y le sonrió con hipocresía—. querido, no me hagas arrepentirme de apoyarte con esto... así que tienes una semana para acabar con tu capricho o yo misma me encargaré. te amo y quiero lo mejor para ti. cuando termines tu tarea baja cenar y recuerda que dependiendo de lo que tú hagas, yo tomaré decisiones.
su madre besó su frente con dulzura, como si nunca lo hubiera amenazado y le sonrió; siendo de esas típicas sonrisas que te dan diabetes o derrochan miel de lo dulces y empalagosas que son. finalmente, se alejó de él y salió de la habitación, dejándolo con una enorme confusión y ansiedad en su pecho.
maldita sea, estaba jodido.
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en la acogedora cafetería de la clínica, wonjin y hyeongjun disfrutaban de un merecido descanso. la música de fondo creaba una atmósfera de calma, ideal para relajarse tras una intensa jornada de trabajo o visita. los dos amigos se sentaron en una mesa pequeña, rodeados de unas cuantas plantas que adornaban el sitio, dándole un toque de vida.