23: al descubierto

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allen frunció el ceño, preocupado por la intensidad del dolor en los ojos de su hijo. nunca había visto a matthew así.

—¿qué te pasa? —preguntó—. nunca te había visto así. nunca me dijiste nada sobre tu relación con jiwoong...

matthew lo miró por un momento prolongado antes de hablar y su voz temblaba con la profundidad de sus emociones.

—estoy enamorado —soltó de golpe, como si liberara un peso que lo oprimía—y eso es lo que me pasa. no te dije nada porque sabía que traería problemas para jiwoong, nadie entiende lo que sentimos... quería evitar esto, y aún así el desastre nos atrapó.

el silencio se instaló entre ellos y el corazón de allen se apretaba mientras trataba de contener sus propios sentimientos al escuchar la cruda verdad de su hijo.

matthew rompió el silencio nuevamente y habló:

—¿recuerdas cuando me dijiste que si tenía los mismos pensamientos que jungmo te lo dijera? bueno... ahora mismo me quiero morir.

y sin más aviso, matthew abrió la puerta del auto y salió disparado hacia la casa, dejando a allen inmóvil detrás del volante con una sensación abrumadora de impotencia y preocupación.

finalmente, reaccionando ante la profundidad del sufrimiento de su hijo, allen sacó su teléfono y llamó a zhanghao.

zhanghao respondió rápidamente al llamado:

—¿qué sucede? —preguntó, notando urgentemente el tono angustiado en la voz de allen.

—necesito ir a ver a jiwoong en la cárcel —dijo allen sin rodeos—. no puedo quedarme aquí sin hacer nada.

zhanghao entendió al instante y hubo un breve silencio antes de responder:

—está bien, ven aquí. te espero porque estoy aquí mismo ahora.

allen asintió aunque sabía que zhanghao no podía verlo y encendió el motor comenzando a manejar hacia la cárcel con una velocidad controlada por sus emociones.

allen llegó a la comisaría con el corazón latiendo con fuerza mientras cruzaba las puertas y buscó a zhanghao en el vestíbulo y, al verlo, corrió hacia él. se abrazaron con fuerza, como si ese simple gesto pudiera unir todas las piezas rotas de su mundo.

—¿cómo estás? —preguntó zhanghao, separándose un poco para mirar a allen a los ojos.

—preocupado. no puedo creer que esto esté sucediendo —respondió allen, con su voz temblando levemente—. matthew está devastado.

zhanghao asintió con tristeza antes de tomar una respiración profunda.

—voy a entrar primero a ver a jiwoong —anunció—. tú quédate aquí.

allen dudó pero finalmente estuvo de acuerdo, comprendía que zhanghao tenía un vínculo especial con jiwoong y quería ayudarlo. observó cómo zhanghao se dirigía hacia la sala de interrogatorios, cada paso cargando el peso de la situación.

cuando entró, encontró a jiwoong sentado en una pequeña silla frente a unos barrotes metálicos oxidados. su mirada se iluminó al ver a su amigo entrar.

—hao… ¡te juro que no hice nada! —exclamó jiwoong, aferrándose desesperadamente a los barrotes como si esos simples hilos metálicos pudieran protegerlo del mundo exterior.

zhanghao se acercó más y lo miró con una mezcla de comprensión y empatía.

—lo sé —dijo suavemente—. te creo. ya lo he dicho antes: nadie tiene derecho a juzgar tu amor por matthew y recuerda que él ya es mayor de edad... no es un delito amar.

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