Extra IV | Amarte siempre

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Quiero tenerte
Conmigo siempre, siempre, siempre
Para besarte, acariciarte
Siempre amarte
Hasta la muerte
***


NAIRA

—¡Por fin! Mis amadas  vacaciones han llegado. —Me dejo caer en el asiento del acompañante junto a Asier y suspiro con alivio.

Este ha sido el último día de clases del penúltimo semestre de mi carrera y he estado más presionada que nunca. Con todo mi tiempo dividido entre tanto estudio y el trabajo estuve temiendo colapsar en cualquier momento por el estrés y la falta de sueño.

No quiero ni imaginar cómo será el próximo.

—¿Llamaste a tu mamá? —pregunta cuando salimos del estacionamiento del campus.

Chasqueo la lengua y miro por la ventana.

—Sí, pero dijo que se iría con Marcos de viaje. Lo envían a España por negocios durante casi un mes y ahora quiere llevársela, ¿puedes creerlo? Me quita a mi mamá durante el tiempo que puedo verla —me quejo. Guardo silencio por un momento cuando no responde y luego resoplo—. ¿Y tú? ¿Llamaste a tus papás?

Escucho una leve risa salir de sus labios y me dan ganas de llorar de felicidad. Hace tiempo que no lo escucho reír...

Dios, ¿qué nos ha estado pasando? Estos últimos meses Asier se ha vuelto más reservado de lo normal. Ha abierto una brecha entre nosotros y no sé si es por algo que he hecho yo.

¿Qué hice mal? Si tan solo me lo dijera, entonces tal vez podríamos arreglarlo. Lo intentaría con tal de que todo volviera a la normalidad.

—Relájate, Nai. No te preocupes por ella. Ya está grandecita como para saber cuidarse sola, ¿no crees? Y, contestando a tu pregunta, sí. Ya los llamé, pero resulta que están con mi tía Ana y no regresan sino hasta la próxima semana —concluye.

—Así que... ¿a dónde iremos por mientras? —cuestiono sacudiendo mis demás pensamientos.

Miro su perfil y noto que su mandíbula está algo apretada. Luce tenso con sus nudillos blancos aferrando el volante y los ojos entrecerrados fijos en la calle.

Parece tan incómodo ante la idea de pasar una semana a solas conmigo y eso me parte el corazón.

Una de las comisuras de su boca se eleva de repente; de manera casi imperceptible y me da una mirada de reojo.

—Ya verás —responde. Pisa un poco más el acelerador y nos conduce a casa.

.

.

—No sé para qué quieres que me lleve tanta ropa si la mitad del tiempo no la vamos a usar —murmuro tratando de aligerar el ambiente tenso.

Lo veo rascar su nuca y hacer una mueca incómoda que me hace sonreír. A veces puede seguir siendo tan tímido.

—Eh...

—Es broma. —Cierro mi maleta y escucho su resoplido—. Ya estoy lista —informo.

Me giro a enfrentarlo y sus ojos se desvían a la cama.

—Está bien. Entonces vamos.

Pasa a mi lado sin siquiera rozarme, evitando el contacto, y me siento derrotada.

Guarda su celular en el bolsillo de su pantalón y entonces recuerdo la manera en que lo bloquea cuando me encuentro cerca, no queriendo que vea lo que tiene ahí. Como... si me escondiera algo.

Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora