32. CÓMPLICES

166K 14.6K 3.1K
                                    

Piel con piel,
El corazón se me desarma.
Me haces bien,
Enciendes luces en mi alma.
***


NAIRA

Fue raro ver cómo mi mamá y Kea dejaron de hablar al mismo tiempo cuando segundos antes se veían muy emocionadas por saber todo lo que había hecho en estas dos semanas pasadas. Al principio no entendía por qué el cambio tan radical de actitud, pero luego una melodía fue llegando a mis oídos y me descolocó por completo.

¿Venía del patio?

Cuando las miré para recibir alguna explicación, ellas me instaron a que saliera para ver lo que pasaba. Debí de haber imaginado que tramaban algo y quedarme ahí hasta que soltaran toda la sopa, sin embargo mi curiosidad pudo más conmigo por lo que fui a asomarme.

No fue hasta que abrí la puerta y vi a Asier de pie frente a mí, que entendí. Ahí, luciendo pálido y nervioso, cargando un ramo de rosas con manos temblorosas y llevándome serenata hasta la puerta de mi casa, mi cerebro comenzó a trabajar a toda prisa.

Mil ideas iban y venían en mi mente y hacían a mi corazón acelerarse. Y luego él comenzó a hablar. Dijo las cosas más dulces y tiernas. Algo cursis, sí, pero mentiría si les digo que no amé cada segundo de ello. Escucharlo decir que me amaba desde años atrás fue lo que me hizo romper en llanto.

¡Dios! Lo amo tanto también. Y por eso le dije que sí cuando preguntó si volvíamos. Era lo que deseaba, de hecho nunca había querido que nos separáramos, pero, a pesar de que no fue mucho, este tiempo alejados me hizo darme cuenta de lo grandes que son mis sentimientos hacia él.

Más grandes de lo que fueron por Diego. Lo amé, sí, aún lo quiero y creo que siempre lo querré solo por el hecho de haber sido el primero, pero no se compara con lo que ahora tengo con Asier.

Mi novio. El chico más maravilloso del mundo.

Justo ahora me tiene abrazada y no parece querer dejarme ir. No quiero que lo haga. Quiero quedarme en sus brazos para siempre.

Tengo tantas preguntas, pero no quiero arruinar el momento, por lo que solo cierro los ojos y disfruto de su calor, de esa cercanía que añoré tanto durante las pasadas semanas.

Hundo mi nariz en su camiseta e inhalo esa fragancia que tanto me gusta, que me hace sentir feliz y relajada. O tal vez solo sea que es él. Como sea, disfruto lo más posible de ese momento que no podría ser arruinado de ninguna manera.

—Uh, no quiero ser aguafiestas, pero estos chicos cobran por hora, Asier.

La voz insegura de Fidel me hace reír y soltar la cintura de mi novio. Me equivoqué al pensar que no podían romper nuestra burbuja.

—Oh, cierto —dice Asier.

Me sonríe y tiende el ramo de rosas en mi dirección. Suelto una risita y lo tomo sin dudar. Siempre me pregunté que se sentiría que me regalaran uno, ahora lo sé. Se siente... genial.

Aunque no creo que sea por el regalo en sí, sino más bien por la persona de la que proviene. Así hubiera sido una sencilla margarita me habría encantado igual, simplemente por el hecho de que habría venido de Asier.

Lo veo sacar algo de dinero de su bolsillo trasero sin dejar de sonreír y camina hacia el grupo tras nosotros. Murmura algo que no alcanzo a escuchar con claridad y entonces ellos se marchan en un pequeño auto verde.

Dios. ¿Cómo pueden caber tantas personas en un espacio tan reducido?

—Espero que el auto sea resistente —murmuro. Fidel ríe y asiente de acuerdo conmigo.

Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora