18. FRAGMENTOS DE CANCIONES

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Así que abre tus ojos y ve
La forma en la que nuestros horizontes se encuentran
Y todas las luces te conducirán
En la noche conmigo
***


NAIRA

¿Qué hace él aquí? ¿Y dónde está Kea?

Miro con fijeza justo en el interior del auto. Sé que me está viendo y trato de transmitirle todo mi odio en una sola mirada. Quiero que sepa que acaba de arruinar un hermoso momento con mi novio.

Un toque cálido acuna mi mejilla y hace que mi malestar se pase un poco. Sonrío, giro el rostro hacia Asier y beso la palma de su mano.

—Ya llegaron por nosotras, solo que no tengo ni la menor idea de dónde pueda estar Kea —digo. Él frunce el ceño y yo levanto mi mano para alisarlo.

—¿Vas a esperarla? Envíale un mensaje para hacerle saber que la están esperando.

Tiene razón. Rebusco en mi mochila por mi celular y una vez que lo encuentro marco su número. Al tercer timbre contesta.

¿Bueno?

—Kea, ¿dónde estás?

¡Nai! Yo... —Escucho su voz romperse un poco y me preocupo.

—¿Qué pasa? —pregunto alarmada.

Y-yo... estoy en casa. ¿Puedes venir? Necesito... —Un sollozo interrumpe su petición y llevo mi mano al pecho en un gesto inconsciente—. Te necesito, Nai. ¿Crees que puedes venir?

Miro hacia Asier quien me estudia con ojos preocupados y luego hacia el auto, de donde Diego ha salido y se ha apoyado sobre la puerta con los brazos cruzados.

—Voy para allá.

Cuelgo la llamada y luego clavo mis ojos en Asier.

—Tengo que irme. Kea no está bien.

—¿Dónde se encuentra? —pregunta con un deje de inquietud en su tono.

—En su casa. Seguramente su hermano no lo sabe o... No sé, pero tengo que irme. ¿Te veo mañana?

—Claro. Te envío un mensaje más al rato para ver si estás desocupada y... ¿te marco en la noche?

Mi gesto preocupado se derrite por su dulzura. ¡Dios! ¿Por qué tiene que ser tan lindo? Atento, dulce, caballeroso, guapo... Todo lo que siempre he querido, y ahora lo tengo frente a mí.

—Eso sería genial.

Doy un paso más cerca y él toma mi rostro entre sus manos para depositar un beso en mi nariz, luego en mis labios.

—Entonces tenemos una cita telefónica.

Dejo escapar una pequeña risa y asiento mordiendo mi labio.

—Sí.

Me da un último beso y entonces, sintiéndome triste por tener que alejarme de él, me encamino hasta donde Diego está recargado. Las gafas de sol que lleva puestas no me permiten ver su mirada, sin embargo puedo notar cómo sus labios están apretados en una fina línea.

Abro la puerta del coche, entro y la cierro tras de mí viendo a Diego rodear la parte delantera del coche y luego meterse justo a mi lado. Desvío mi vista por la ventana y sacudo mi mano en una despedida al ver a Asier de pie sonriendo con tristeza. Él devuelve el gesto y entonces el motor ruge y nos estamos alejando de la escuela.

Cierro mis ojos y recuesto mi cabeza en el respaldo rememorando todos los sucesos de esa mañana. Asier y su nerviosismo, su declaración y luego sus dulces besos y suaves caricias. Creo que tanto leer novelas románticas me está haciendo una cursi. Además, Asier no es como los protagonistas de esas historias por los cuales suspiro, sufro y me emociono, él es mejor, mucho mejor y solo por una razón: Él es real. Y es mío.

Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora