Amor de libro [ADL #1] -PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO ✔

02. É L

Te quiero
sí, te quiero
y nada se acerca
a la forma en que te necesito.
***

Kea se acerca a mí y me hace dejar la lectura.

—¿Viste eso? —me pregunta. Sacudo la cabeza en una negativa y me pongo de pie colocando el libro bajo mi brazo. Mi amiga siempre llega en el momento más interesante del libro y me hace cerrarlo; luego se queja de que no le pongo atención, de que la ignoro—. Asier te estaba mirando —susurra en mi oído.

Vuelvo a negar con la cabeza ahora sonriendo por tan ridícula idea. Él ni siquiera me hace en el mundo. Soy invisible, ¿acaso no se ha dado cuenta?

—No, claro que no —digo en voz baja—. Estás loca y ves cosas donde no las hay. Eso es lo que pasa.

Ella pone su brazo sobre mis hombros y comenzamos a caminar hacia el edificio de la escuela. Las clases están ahora por comenzar y no quiero llegar tarde otra vez.

—Que sí, te digo. Te miraba como si tuviera sed y tú fueras la última Coca-cola fría en el desierto.

Elevo mi mirada hacia el frente queriendo carcajearme, pero me atraganto al encontrarme con esos ojos que me roban el aliento, una tonta sonrisa plantándose en mi rostro sin poder evitarlo. Él me sonríe de regreso y eleva su mano a modo de saludo, logrando que el corazón se me acelere, pero rápidamente se da la vuelta y entra al edificio.

Mis hombros caen. De verdad que soy invisible.

—Te dije —murmura Kea burlándose. Yo la observo y elevo mis cejas. ¿Que no acaba de ver cómo me ignoró? Asier pasó de mí y ella sigue insistiendo con su descabellada idea.

—Como sea, amiga. Dime, ¿y eso que estás aquí afuera conmigo y no besándote con tu novio? —la cuestiono. Hace un ademán para restarle importancia y señala un grupo de amigos en la entrada, su novio sobresaliendo en altura por sobre todos.

—Está haciendo planes con ellos. Me dijo que me avisaría para que fuéramos. ¿Te animas? —Miro hacia donde están los chicos riéndose y empujándose, nosotras acercándonos a ellos. Como no veo a Asier reunido en el grupo supongo que es una buena idea ir. Una distracción me vendría bien.

—Vale.

—Genial. Entonces te aviso y paso por ti. —Kea besa mi mejilla y sale corriendo cuando su novio le hace señales. Gira su cabeza y grita—: ¡Ponte algo bonito!

Después desaparece en el interior.

«Algo bonito. Sí, claro.»

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