CAPITULO 32

5.4K 300 64
                                    


Sentía como el sudor frió caía libremente por mi frente. Mis manos y piernas temblaban y los latidos de mi corazón golpeaban desenfrenadamente contra mi pecho. Mis uñas enterrándose en la palma de las manos. La quijada tensa. Lagrimas desenfrenadas.

Es solo un sueño.

Estoy soñando.

− ¡he, Meredith! -era Grayson - ¡despierta!

Abrí mis ojos de golpe y lo primero que vi fue la imagen distorsionada y borrosa de un par de ojos aterrados mirándome fijamente.

−fue solo un mal sueño, tranquila -susurró temblorosamente -respira, tranquila.

Asentí entre sus manos mientras lloraba en silencio. Me di cuenta que las pesadillas jamás me dejarían y que tendría aprender a vivir con ellas, a pesar de que provocaban que todo mi cuerpo se retorciera de dolor y angustia.

Tendría que acostumbrarme, o al menos fingir...

−lo siento -murmuré, después de sentirme un poco más segura entre sus brazos. No sabía si sería capaz de hablar pero debía intentarlo -estoy bien, siento haberte asustado.

− ¿podemos hablar de esto?

−yo preferiría que no -me aterraba la idea de romperme a llorar en frente de él. Todavía no estaba lista para hablar abiertamente de mi pasado, no era por falta de confianza o por qué no quisiera hacerlo... es que en realidad, no podía.

− ¿Por qué te pasa estas cosas? -preguntó de todos modos.

−tonterías mías -conteste, restándole importancia -de verdad, no tienes de que preocuparte. No estoy loca ni nada.

Estudió detenidamente cada centímetro de mi cara. Sabía que estaba intentando descifrar de donde venia tanto sufrimiento, pero él no sabía que en realidad era algo mucho más complicado y profundo.

−no te insistiré - soltó por fin -. Debes saber que estaré para ti cuando estés lista y me cuentes. Y Meredith, nada de lo que te haga sentir mal es una simple tontería.

Sonreí. ¿Por qué intentaba pretender? Yo estaba más que solo enamorada de este chico.

-gracias -me limite a decir antes de deslizar mis manos detrás de su cabeza y estrellar mi boca contra la suya.

Un gemido se escapó de su garganta lo cual interprete como una grata bienvenida. Debía ser normal, debía ser cosa del amor el sentir tanta necesidad de tenerlo cerca de mí.

Baje mis manos hasta el borde de su camisa e inmediatamente se la quite. Quería sentir cada parte, cada milímetro de piel.

−eres muy suave -se me escapó decir entre jadeos.

Y sé que si hubiese estado en otras condiciones mi rostro ya se encontraría completamente rojo, pero tan extraño como suena ni si quiera me avergonzó decirlo.

−puedes hacerlo también. -me di cuenta de que estaba nervioso y que no sabía hasta donde debía llegar, pero yo ya estaba demasiado perdida entre sus besos como para pensar en nada que no fuese Grayson.

Dicho así, tomó el borde de su sudadera y la arrojó lejos de nosotros. Ahora estaba solo con mi sostén y pantaloncillos.

Nunca en mi vida había estado sola con un chico en una habitación y muchísimo menos semidesnuda.

Pero este no solo era un chico, era mi novio.

Y lo amaba.

−Meredith -soltó con una exhalación. -nena, me imagine tantas veces esto, me mantenía despierto en las noches pensando y pensando en verte de esta manera. Ni en mis jodidos sueños podían llegar a superarte, eres preciosa.

SIEMPRE FUISTE TÚ / GRAYSON DOLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora